El 1 de marzo se iniciaron las sesiones ordinarias de la Legislatura de Neuquén. Los trabajadores y trabajadoras de Zanon se movilizaron para exigir al gobierno y los diputados provinciales la expropiación de la fábrica y un plan de obras públicas de viviendas, escuelas y hospitales, todas demandas muy sentidas por la población de la provincia que sufre una crisis habitacional y de infraestructura que contrasta con los millones que ingresan con las regalías petroleras. Una numerosa columna del PTS fue parte de la movilización que partió desde el monumento a San Martín junto a los ceramistas.
Después de la apertura formal de las sesiones, el gobernador Sapag declaró que “la empresa tiene que pasar a manos de los trabajadores”. Pero descartó la expropiación y señaló que el mecanismo será “el de aportar los recursos a los trabajadores para que adquieran los bienes”. O sea, un crédito del Estado para adquirir la fábrica. Esto es una estafa política que no da respuesta al reclamo y la lucha de más de 6 años de los ceramistas. Pretenden que los trabajadores le compren la planta al empresario vaciador y le paguen sus deudas millonarias. Y buscan, al mismo tiempo, debilitar el apoyo popular a su lucha “ofreciéndoles” un préstamo de millones para enfrentarlos con los trabajadores estatales y la población a la que no se da respuesta por el supuesto “rojo fiscal” que les dejó la gestión anterior. La salida para los trabajadores es continuar el camino de la lucha y su alianza con la comunidad. Por eso hay que continuar movilizados sobre la legislatura para que salga la ley de expropiación sin pago de Zanon. Que la fábrica pase a manos del Estado y, funcionando bajo administración obrera como hasta hoy, se ponga su producción al servicio de un plan de obras públicas.