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Mujer

DERECHO AL PAN Y A LAS ROSAS

Por el derecho al aborto

Una vez más la Iglesia, la derecha, el gobierno y la justicia se metieron con la vida de una chica discapacitada de Paraná, violada y embarazada. Con trabas judiciales, demoraron su derecho al aborto terapéutico, a pesar de que las leyes lo permiten en estos casos.

20 de septiembre 2007

Una vez más la Iglesia, la derecha, el gobierno y la justicia se metieron con la vida de una chica discapacitada de Paraná, violada y embarazada. Con trabas judiciales, demoraron su derecho al aborto terapéutico, a pesar de que las leyes lo permiten en estos casos.

¿Cuántos son los dolores y muertes de mujeres que podrían evitarse con la legalización del aborto? Ahora el gobierno dice que hay que protocolizar la excepción prevista en el código penal que establece que no es punible el aborto realizado en estas circunstancias. Esto es para evitar que se judicialice cada vez que un caso llega a un hospital. Pero, ¿cuántas chicas tuvieron que pasar por esta situación para que se tome esta medida?

¿Y cuántas más son las que deberán seguir muriendo o sufriendo consecuencias en su salud por no contar con este derecho? Porque en Argentina está prohibido el aborto; sin embargo, se practica medio millón cada año. Eso significa que hay muchos y profundos motivos que hacen que una mujer tome esta decisión, aún sabiendo que corre riesgos legales, para su salud y de muerte. ¡La prohibición no evita que igual se haga! Lo único que garantiza la clandestinidad es que haya más de 400 mujeres muertas por año, en su mayoría adolescentes y jóvenes pobres. Algo que podría evitarse si el aborto se realizara en hospitales y con personal idóneo.

Hace poco, el cardenal Bergoglio fustigó duramente a quienes defienden el derecho al aborto diciendo que son “los orgullosos que se creen dueños de la vida y que pueden decir quién vive y quién no”. ¡Hipócrita! ¡Bergoglio pertenece a la Iglesia en la que curas como Von Wernich y obispos como monseñor Plaza son los que realmente se dieron el gusto de decidir quién vivía y quién no en los centros clandestinos de detención! Allí, además, había embarazadas a quienes les robaron sus bebés.

El gobierno, en boca del ministro Ginés González García, dice que está en contra del aborto y por eso la clave es la prevención de embarazos no deseados; que con mayor información y distribución gratuita de anticonceptivos se eliminarían por completo las prácticas abortivas. Pero esto no es así; porque no hay métodos anticonceptivos 100% eficaces. Y además, porque vivimos en una sociedad patriarcal donde las mujeres podemos ser víctimas de violación. Claro que mayor educación, información y anticonceptivos puede disminuir significativamente el número de abortos; pero no lo elimina por completo, porque a veces no hay otra opción.

Y hay quienes se oponen al derecho al aborto alegando que es peligroso para las mujeres. Sin embargo, las enfermeras sabemos que es un procedimiento sencillo y seguro: en los países donde es legal, la probabilidad de que una mujer muera a consecuencia del aborto no es mayor a 1 cada 100.000, mientras que, en los países donde es ilegal, como el nuestro, esa cifra se eleva a más de 80 cada 100.000. Evidentemente, lo que es peligroso para las mujeres no es el aborto, sino la clandestinidad.

Y si el aborto está prohibido para todas las mujeres, la verdad es que las que sufren las peores consecuencias de la clandestinidad con sus enfermedades o sus muertes son las que no pueden pagar las clínicas truchas y deben recurrir a métodos caseros, peligrosos y terribles, las mujeres trabajadoras y de los sectores populares.
Por eso luchamos por la educación sexual en escuelas, establecimientos y hospitales; porque se garanticen los anticonceptivos gratuitamente en los hospitales públicos y los centros de salud a toda mujer ante su sola y libre decisión, con asesoramiento adecuado sobre su eficacia y sus contraindicaciones. Y también, al mismo tiempo, luchamos por el derecho de las mujeres a interrumpir voluntariamente un embarazo, sin por ello poner en riesgo su salud y su vida. Derecho al aborto libre y gratuito, porque no queremos ni una muerta más por aborto clandestino.

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