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El gobierno de Kirchner despues de la derrota de Misiones

Operación maquillaje

9 de noviembre 2006

El oficialismo intenta presentar la bajada del pulgar a las reelecciones de Fellner y Solá como un signo de buena salud del gobierno “que escuchó el mensaje de las urnas de Misiones”, dicen. Y hasta existen sectores ultra oficialistas que pretenden hacer pasar este y otros gestos de reacomodamiento ante la crisis como “un giro a la izquierda” de Kirchner. Así desde Página/12 el periodista Horacio Vertbisky anuncia exultante “el nombramiento de Graciela Ocaña, asesorada por Pablo Lanusse, para recomponer el estropicio en el Hospital Francés, y está avanzado el proyecto de reconocimiento de la personería gremial de la Central de Trabajadores Argentinos, que no participó en el bochornoso traslado de los restos de Perón a San Vicente (...) La consigna es recuperar el atrevimiento.”

En realidad, la derrota electoral en Misiones obligó a Kirchner a “desensillar hasta que aclare” en su carrera reeleccionista. El presidente que siempre sostuvo que estaba en “campaña electoral permanente” ahora habla de “dedicarse a la gestión” y postergar para abril la definición sobre su candidatura o la de su esposa. A la vez que con esto intenta aliviar su marcha hacia el 2007 tirando el lastre de la reelección de Solá, apoyará las reelecciones de los gobernadores Alperovich en Tucumán, ˜ángel Maza en La Rioja, Das Neves en Chubut, José Luis Gioja en San Juan y Gildo Insfrán en Formosa, todos con iguales o peores antecedentes y prácticas clientelares que Rovira pero cuyas postulaciones a segundos mandatos están contempladas por las amañadas reformas constitucionales de provincia tanto como la suya propia por la reforma del Pacto de Olivos. Pero la impugnación de Solá tampoco le ha servido para postergar el debate electoral y tomar un respiro. Al revés, ahora se multiplicaron los postulantes a suceder al gobernador y recrudece la interna nada menos que en el aparato del PJ bonaerense. Es un claro signo de la crisis de gobierno que en el primer bastión del peronismo Kirchner no tenga aún un candidato con aceptación popular; mientras cobra fuerza la alianza entre Duhalde y Macri para postular a Blumberg como gobernador en una alianza de centroderecha.

Pero el repliegue táctico del movimiento “Kirchner 2007” lanzado desde el palco del 25 de mayo responde a mucho más que al resultado electoral en Misiones. De conjunto, hay una profunda crisis de la coalición gubernamental que vino armando el kirchnerismo y que fue presentada en aquella Plaza del SI. Lo más importante no son las múltiples internas políticas en el régimen sino que, con ese telón de fondo y a pesar del colchón a los enfrentamientos de clase que significa el crecimiento económico, comenzó al menos de una franja importante de los trabajadores y el pueblo el fin de las ilusiones con Kirchner. Por todo esto es que intentan un “operativo maquillaje”.
Nada muestra mejor el contenido real de estas maniobras de cambiar algo para que nada cambie como su política hacia el Hospital Francés. Se dijo que se cambiaría la patoteril intervención de Salvatierra por la cándida figura de Graciela Ocaña, pero este anuncio no llegó ni a oficializarse cuando las enfermeras y enfermeros se movilizaron a Plaza de Mayo por sus reclamos desenmascarando la verdadera situación. La intervención que mandó las patotas continúa, el gobierno rechaza el pedido de estatización de sus trabajadores y, para colmo, la justicia procesó tanto al Tuta Muhamad como, al mismo tiempo, inició causas contra los delegados de la junta interna del hospital.
Con la misma lógica de esta nueva versión de “la teoría de los dos demonios” arremete contra “los métodos” de la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires de impedir la designación del Rector de la UBA, mientras busca asentar una nueva “autoridad antes del 2007” postulando a los decanos peronistas Rubén Hallú y Jaime Sorín como candidatos a rector y vicerrector, sin conceder a las demandas de democratización ni cambios de fondo a los antidemocráticos y elitistas estatutos del gobierno universitario.
El probable otorgamiento de la personería gremial a la CTA, de concretarse, sólo significará un taparrabos por izquierda mientras sigue apostando a su alianza con Moyano, a quien defiende de la ofensiva de Barrionuevo y “los gordos” para hacerse de la conducción de la CGT. No obstante el “atrevimiento” oficial llegue hasta el reconocimiento formal de la CTA, la dirección de Víctor De Gennaro y Hugo Yasky que pretende representar un “nuevo sindicalismo” más democrático, está siendo denunciada en estos momentos por las listas opositoras que piden la postergación de las elecciones en la Central debido a la falta de garantías democráticas, ya que a pesar del mecanismo del “voto directo” que la distingue del método de elección de la CGT, hay manipulación de padrones, aparición de afiliados truchos, urnas volantes, retaceo de fiscales de la oposición y toda una serie de irregularidades “a lo Rovira” por parte de los mismos que en Misiones apoyaron a Piña. La dirección de la CTA, que dice tener más de un millón de afiliados, se prepara para inflar los números de la elección a su favor para ponerlos en la mesa de negociación con el gobierno en pos de obtener su personería.

Por el contrario, a cualquier embellecimiento de un giro a izquierda de Kirchner, el gobierno mantiene su curso en las cuestiones estructurales. En primer lugar, los grandes empresarios reunidos en el Coloquio de IDEA, empezando por el presidente del agrupamiento patronal Enrique Pescarmona, se muestran muy conformes: “La estrategia argentina está bien porque se basa en tres cosas fundamentales: tipo de cambio alto, superávit fiscal y comercial y desendeudamiento de la economía. Es el mismo esquema que les permitió a los países asiáticos crecer el 10% durante muchísimos años”. Y remata diciendo que como esos países también “nosotros tenemos bajos salarios”. La pauta oficial de tope salarial entre el 13 y 15% (aún menos que la del 19% del 2005) que el gobierno viene discutiendo con la CGT apunta a conservar esta conquista empresaria. A la vez, el ministro Tomada sostiene que “no me vuelve loco bajar la desocupación a un dígito”, muy por el contrario, la relativamente alta desocupación en medio del más grande crecimiento económico en décadas les es completamente funcional para mantener la presión salarial a la baja. En cuanto a la cacareada lucha contra “el trabajo en negro” y la precarización, el Ministerio de Trabajo acaba de fallar contra la huelga de FOETRA y les permite a Telecom y Telefónica continuar su fraude laboral con más de 2000 contratados actualmente bajo el convenio de la UOCRA.
Y si hay un hecho que da por tierra con toda pretensión de disfrazar de progresista el curso del gobierno, este es el silencio cómplice que Kirchner, junto a Solá, mantiene sobre el secuestro de Julio López, que ha desaparecido de los medios y casi no merece ninguna mención oficial. De la primera intención de “embarrar la cancha” con hipótesis extravagantes sobre la desaparición ahora se pasa directamente a la estrategia de tender un manto de olvido.

Por ello, como informamos en las páginas de este número de La Verdad Obrera la iniciativa de la Multisectorial de La Plata, aceptada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia -que agrupa a organismos de derechos humanos no oficialistas, sindicatos y la izquierda- de convocar a una reunión nacional para coordinar las jornadas de lucha a dos meses de la desaparición de López, debe ser apoyada en el camino de una Asamblea Nacional de Lucha contra la impunidad. Así como es decisivo preparar alternativas clasistas en los sindicatos para impulsar la renovación de las comisiones internas y cuerpos de delegados que se preparen para más duros enfrentamientos, también hace falta mostrar una voluntad política nacional opuesta al mensaje de los grupos de tareas que con el secuestro del testigo del juicio a Echecolatz pretenden poner un punto final a la lucha por castigar a todos los culpables para volver a actuar contra los trabajadores y los estudiantes combativos.

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