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LOS BLAQUIER DE LEDESMA

Oligarcas y genocidas ahora se dicen "Cristinistas"

La impunidad (y los buenos negocios) inspiran al patriarca de los Blaquier, dueños de Ledesma. Entonces el jerarca recita su último poema, escrito tras el discurso presidencial de fomento a la industria porcina, donde explica por qué se define cristinista.

PTS

2 de septiembre 2010

por Miguel Lopez, desde Jujuy

Gestores del apagón antiobrero

En la localidad de Libertador, en Calilegua y El Talar, el 20 de julio de 1976, los militares con todo el apoyo y la logística de Ledesma S.A.A.I., al mando de Carlos Pedro Blaquier, detuvieron y secuestraron a 400 personas, en su mayoría activistas, delegados, dirigentes obreros y jóvenes estudiantes secundarios y universitarios: 35 compañeros fueron desaparecidos. La empresa centenaria colaboró con galpones, personal de seguridad, listas negras, camionetas, camiones, trailers y hasta con el corte total del suministro eléctrico en todo el pueblo. A este secuestro y detención en masa de los principales luchadores de una población obrera se lo recuerda como “la noche de los Apagones”.

Propiedades y productividad: lo que le dejó el golpe a Blaquier

La empresa que dirige Carlos Pedro Blaquier, desde los años ‘70 a los ‘90, incrementó la producción de azúcar en un 60%, la de papel en un 65% y la de alcohol en un 41%. A principio de los ‘80 entró al negocio de los edulcorantes a base de la molienda de maíz húmedo, para lo que montó Glucovil en Villa Mercedes-San Luis. En estos años también concentró más propiedad de tierras en la provincia de Buenos Aires como la Magdala (10.927 hectáreas), la Bellaca ( 8.132 hectáreas), la Biznaga ( 5.662 hectáreas) y en Gualeguaychú, la Centella (26.800 hectáreas). Además, en Jujuy la empresa cuenta con la mayoría de las tierras fértiles, 37 mil hectáreas plantadas con cañas y 2 mil con citrus, pagando irrisorios impuestos.

A las décadas que van de 1970 a 1990 los Blaquier las llaman “los años de la empresa moderna”. No mencionan que para este “despegue económico y diversificación de la producción” fue fundamental barrer con el sindicato, literalmente, logrando su intervención en 1975, su demolición luego y la posterior represión y desaparición de gran parte de activismo obrero en los apagones de 1976, fue lo que le permitió avanzar sobre las conquistas obreras. En la superexplotación a la clase obrera reside centralmente el avance en la productividad logrado en estas décadas por la patronal.
Luego del golpe Ledesma avanzó sobre las 6 horas por insalubridad que conservaban algunas secciones y sobre el descanso dominical, y aplicó la polifunción, los turnos rotativos y el trabajo a destajo o “por tanto” al que se encuentran sometidos los cosecheros de citrus y las mujeres de los galpones de Empaque.

El doble discurso de los K y sus concesiones a los monopolios azucareros golpistas

Con apenas hacer un sondeo de las propiedades y salto en la producción de la empresa Ledesma, podemos afirmar que no sólo Clarín y La Nación fueron beneficiados y acumularon ganancias siderales durante la dictadura.
El doble discurso de los Kirchner en cuanto a su “setentismo” salta a la vista con respecto al monopolio Ledesma –uno de los grupos capitalistas con más cantidad de desaparecidos. Mientras los K daban su supuesta cruzada “antioligárquica” a favor de las retenciones contra los capitalistas agrarios, por otro lado avanzaban pocos meses después en concederle a los monopolios azucareros del Norte -Ledesma, Seaboard Corporation-Ingenio Tabacal y Compañía Azucarera Concepción- la Ley de Promoción de Biocombustibles, que les permite invertir en el negocio de la mezcla de alcohol de caña con gasoil con total exención de impuestos por 10 años.
De aquí que Carlos Pedro Blaquier en su ultima entrevista en La Nación diga sin desparpajo al referirse al gobierno de Cristina “Bueno, pará un poco, pocos gobiernos han defendido tanto la industria nacional como este”. Con total impunidad Blaquier afirma que apoya al gobierno “porque reconoce las realidades”, y nada más real que los 158.419.000 pesos, que constituyen casi el doble de ganancias del año pasado cifradas en 83,13 millones. Así como hoy el veterano Blaquier halaga a los Kirchner en La Nación en los ‘70 pagaba notas en la prensa norteamericana para hablar de las virtudes del plan económico y social de la dictadura, y luego informaba de esto en cartas al ministro de Economía, su amigo Martínez de Hoz.

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