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Mundo obrero

ENTREVISTA A UN MEDICO QUE ASESORABA A SINDICATOS COMBATIVOS EN LOS ’70

“No se habla de la inseguridad laboral”

La Verdad Obrera entrevistó al Dr. Abel Bohoslavsky, dedicado a la Salud Ocupacional. En los años ‘70 se desempeño como médico en el Sindicato de Perkins, en Córdoba. Actualmente es Jefe de Sanidad en el Departamento Judicial de Lomas de Zamora, y fue médico de los sindicatos gráfico y del neumático.

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15 de septiembre 2011

La Verdad Obrera entrevistó al Dr. Abel Bohoslavsky, dedicado a la Salud Ocupacional. En los años ‘70 se desempeñó como médico en el Sindicato de Perkins, en Córdoba (1972-75). Actualmente es Jefe de Sanidad en el Departamento Judicial de Lomas de Zamora, y fue médico del Sindicato Gráfico donde creó un consultorio de salud ocupacional (1986-88), del Sindicato de Neumáticos seccional Pirelli (1992-1998) donde creó en Merlo (Bs.As.) un centro de atención al trabajador.

¿Cómo se definen las enfermedades laborales?

Las enfermedades ocupacionales son las que se producen en relación directa con la actividad laboral, profesional, o por el oficio de cada trabajador. Y tienen la característica que se desarrollan en el tiempo, no es abrupto, no es un accidente.

Entre las más frecuentes encontramos la intoxicación por plaguicida, en el trabajo rural. Otra enfermedad antigua -que en la actualidad no ha disminuido- es el trauma acústico por el ruido industrial, pero también lo padecen los trabajadores del transporte. Es un daño irreversible, porque van quedando sordos. Después tenemos toda la psicopatología laboral, cuestionada en muchos casos como si no existiese. La obra social de la UTA en Bs As, tiene como una especie de prestación exagerada de psiquiatría, y esto es por la naturaleza propia de la actividad. Esto es independientemente de la personalidad previa de quien se enferme: estamos hablando de un condicionamiento estrictamente laboral.

-El reciente múltiple choque ferroviario, ¿ud. lo evalúa como un accidente?

No es un accidente. Son hechos evitables, detectables y prevenibles. No sé cuáles son las circunstancias, pero están involucrados tres trabajadores: uno de colectivo y dos de ferrocarriles. Para ellos es un accidente de trabajo, en el caso del colectivero mortal. Lo que importa es que es un accidente de trabajo, más allá de ser una tragedia colectiva. Y no se habla de la inseguridad laboral que está provocando 900 muertes por año, casi tres muertos por día. Y hay accidentes que dejan mutilados, discapacitados. Y tres muertes por día, en un país con una fuerza laboral de 15 millones de trabajadores, es después de la desocupación el problema social más importante.

Además se da una sobrecarga laboral. Esto provoca otra patología laboral que tampoco está en el centro de las preocupaciones Institucionales, ni siquiera sindicales: la fatiga. Y tanto la fatiga físico-muscular, como la mental, llevan a una pérdida de la atención, de concentración, que a su vez lleva a la pérdida de reflejos y a la incapacidad de reaccionar frente a imprevistos, como consecuencia de jornadas agobiantes de trabajo.

¿Qué enfermedades tienen los trabajadores del transporte?

Una es el trauma acústico, tanto por la sonoridad ambiental como del propio vehículo. A raíz de la posición aparecen con frecuencia hemorroides. Además la hipertensión arterial, ulcera gástrica, colon irritable, por la cantidad de horas que llevan arriba del vehículo se les altera el ciclo fisiológico. Hay que agregar los trastornos musculo-esqueléticos, trastornos de columnas, cervical, lumbar, dorsal, etc. Esto lleva incluso a discapacidades porque no pueden mover las piernas, los brazos cuando tienen trastornos cervicales. Y en los choferes que tienen un muñequeo constante por el movimiento del volante y la palanca de cambio, algunos terminan padeciendo trastornos musculares tendinosos. O lesiones en las manos, muchas veces discapacitante. Imagínense que alguien con tendinitis, túnel carpiano o con artritis en la muñeca o en el brazo, no puede manejar, esta inhabilitado para manejar. Y si lo sigue haciendo se coloca en riesgo a sí mismo o a terceros, porque es un transporte público.

¿Cómo se entiende los dichos de la Presidenta, que afirmó que su papá fue colectivero y no tuvo tendinitis?

Nunca se enferman todos. Los trabajadores del subte afectados por esto no son todos, son un grupo. Como decir “hay 30 enfermos y 70 sanos, no hagamos nada porque la mayoría está sana”. Es un disparate. No le puede achacar a los enfermos mala predisposición, a los enfermos hay que atenderlos, prestarles atención, y si se trata por una situación generada por malas condiciones de trabajo que además son muy fáciles de corregir, se resuelve mejorando la ergonomía del puesto de trabajo.

Un trabajador del subterráneo nos contaba que al tener el teclado a una altura elevada, no les permite apoyar el brazo, y les ocasiona dolores cervicales y dorsales además de la tendinitis. ¿Cómo debería resolverse?

La característica del género humano es el movimiento en forma de pinza (entre pulgar e índice), el movimiento en pinza está hecho, entre otras cosas, por el movimiento de los tendones, que puede lesionarse como consecuencia de la fuerza. En este caso al mantener el brazo erguido sin apoyo alguno. La segunda es por la fuerza y repetición: así los músculos se agotan. ¿Qué hay que hacer cuando hay agotamiento? Descansar, si uno no descansa aparece la fatiga muscular, el tendón se comienza a inflamar. Esto es lo que se llama tendinitis, que puede llegar a extremos brutales como la impotencia funcional completa, que se da mucho en los trabajadores de armados de cubiertas de las fábricas del neumático.

¿Estas afecciones se podrían evitar?

La ergonomía estudia la relación del hombre con sus instrumentos de trabajo. Las condiciones de trabajo dependen de muchas cosas, en el puesto de trabajo está el hombre con sus instrumentos de trabajo, el hombre y la máquina. Diseñar un buen puesto de trabajo implica adaptar el puesto de trabajo -la máquina- al hombre. Hoy día hay muchísimo avance que permite aliviar la carga de trabajo. Para resolver este problema, la tendinitis, hay que adaptar el mecanismo de carga de estas tarjetas a la fisiología humana. Es fácil y barato.

LVO: Un trabajador de subterráneo nos contaba que la ART no les reconoce muchas de las enfermedades laborales.

Bueno, es que la ART son un negocio. Para prevenir nada. Son empresas que lucran con prestaciones médicas a partir del infortunio. Las ART deberían ser eliminadas e instalarse un nuevo mecanismo, superior. Un mecanismo estatal con control sindical y profesional, un sistema nacional de higiene y seguridad en el trabajo. Eso no está.

Entrevistó Rosa D’Alesio

Prensa

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