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INTERNACIONAL

Ante el paro convocado de este 2 de octubre

“Necesitamos una política para triunfar: unidad de las filas magisteriales y un gran paro nacional”

Entrevistamos a Antonio Méndez, integrante de la Asamblea de Coordinación de las Secciones 10 y 11 de la CNTE e impulsor del boletín Nuestra Clase.

3 de octubre 2013

EO: Desde tu punto de vista ¿en qué momento se encuentra la lucha magisterial?

AM: Estamos ante un momento de definición de la lucha que puede llevarnos a su extensión y fortalecimiento, o a un retroceso. Necesitamos una política para triunfar, con la unidad de las filas magisteriales y preparando un gran paro nacional.
Tras el violento desalojo del plantón magisterial en el Zócalo capitalino, amplios sectores estudiantiles y populares mostraron su solidaridad con el magisterio. Así se constató en la gran marcha y la nutrida concurrencia al “grito de la resistencia” del 15/09 en el DF, y con los paros estudiantiles en decenas de escuelas y facultades de educación media superior y superior que se han sumado al segundo “paro cívico nacional”. En varios estados, miles de maestros salieron a repudiar la represión. Pero lo más novedoso es la emergencia de un proceso antiburocrático al interior del SNTE, que ya habían preanunciado los compañeros de Quintana Roo y de Veracruz que salieron a las calles rebasando a su dirección, pero que hoy está contagiando a estados como Zacatecas, Chihuahua y Puebla. Se plantea en los hechos una tendencia unitaria al interior de las filas magisteriales que puede estar augurando una verdadera revuelta contra los charros al interior de nuestro sindicato, con la expresión de sectores más allá de los que organiza la CNTE o el magisterio democrático. Esto muestra que hay ánimo de luchar y de resistir, pero no es suficiente para triunfar. La dirección de la CNTE no ha tenido una política clara de unidad de la base magisterial, incluso frente a sectores que se reclaman democráticos como el CEND. Recién ahora en la última ANR del pasado 22/9, se planteó la necesidad de impulsar comités ahí en donde la CNTE no tiene presencia y tejer la unidad con estos sectores, sin embargo desde nuestro punto de vista es insuficiente.

EO: Entonces, ¿qué consideras que hay que hacer para soldar la unidad de las filas en el magisterio?

AM: Para dar una respuesta a la altura del ataque y la intransigencia del gobierno, requerimos hacer un llamado a todos los maestros del SNTE al paro magisterial y a luchar codo con codo, desarrollando el fenómeno antiburocrático que se vive en nuestro sindicato. Esto coadyuvará a que las bases rompan con el control de los charros, aprovechando este momento para pelear efectivamente por la democratización de nuestra organización, planteando la más amplia unidad en la acción e integrando en la lucha la consigna por la recuperación del SNTE y por arrancar a los cientos de miles de trabajadores de la educación que siguen bajo el yugo de los charros. Para esto hay que impulsar y promover la organización independiente de las bases, llamando a que en toda escuela, centro de trabajo y oficina, se impulsen asambleas de base para decidir democráticamente el camino de la lucha, y poner en pie un organismo representativo de todo el magisterio conformado por delegados rotativos, revocables y con mandato de dichas asambleas. Los organismos con los que contamos ahora como la Asamblea Nacional de Representantes (ANR) pueden ser organismos más representativos y democráticos de toma de decisiones, sólo en la medida en que se nutran de delegados de base y representen a los sectores que se están insubordinando contra el control de los charros, estén organizados en la CNTE o no. Se trata de que las decisiones y propuestas se den de abajo hacia arriba y de que los organismos de dirección respondan a la voluntad de la base. Existen en nuestra historia de lucha, antecedentes de autoorganización muy superiores a las trabas impuestas por la burocracia traidora del SNTE, pero que también exceden las estructuras sindicales, como el Congreso de Representantes Democráticos de Escuela que, durante la primavera magisterial de 1989 en DF, llegó a integrar a 50 mil maestros.
Eso nos permitirá discutir democráticamente lo que es una necesidad urgente: un plan de lucha unificado de todo el magisterio, con acciones escalonadas que le muestren a los de arriba que la reforma no podrá mantenerse.
Asimismo, se debe resolver que toda negociación de demandas locales debe estar subordinada a la demanda nacional de abrogación de la reforma. La lógica de las negociaciones por Estado impuesta al magisterio después de la descentralización educativa ataca directamente nuestra fortaleza, ya que divide las fuerzas del magisterio, desampara a las secciones donde la CNTE no tiene hegemonía y debilita el alcance nacional de la lucha.
Opinamos que todas las secciones en lucha tienen que estar integradas en una sola comisión negociadora que ponga como piso mínimo la abrogación de la reforma educativa. No se puede negociar por separado ni subordinar la demanda común de abrogación a las reivindicaciones locales.
Éstas son propuestas para fortalecernos en la lucha por nuestras demandas centrales. A esta política debe responder las acciones y medidas que tomemos; nosotros creemos que la permanencia del plantón en el DF es una decisión legítima de las bases, al mismo tiempo que en nuestra opinión es una decisión completamente táctica. Lo central, para nosotros, es la orientación política, la estrategia para torcerle el brazo al gobierno, haya o no plantón, vinculada a la preparación de paro nacional, cuestiones como mantener o no el plantón o realizar determinadas acciones deben decidirse bajo esa perspectiva.
Lamentablemente hay corrientes que se reclaman de “izquierda” y que, “alertando” bajo la excusa de la supuesta debilidad del movimiento llaman desde hace semanas a dar “dos pasos atrás”. Se hacen eco de quienes pretenden dividir esta lucha unitaria y negociar por separado. Desde Nuestra Clase, como una corriente de opinión en la lucha magisterial, creemos que estamos a tiempo de fortalecer nuestras filas y tener una política concreta y activa para unificar la lucha con otros sectores de trabajadores y la juventud.

EO: El magisterio ha recibido un importante apoyo a su lucha y, en la escena nacional, está tendiendo a converger con cientos de miles en la lucha contra la reforma energética ¿qué política están impulsando en Nuestra Clase para soldar esta unidad?

AM: Para fortalecer el movimiento por la abrogación de la reforma educativa debemos desarrollar esta confluencia y soldar la unidad magisterial-estudiantil. Es de vital importancia tener una política clara para fortalecer las tendencias al paro nacional ya que, si logramos paralizar al sector educativo de Chiapas a Sonora, estaremos en condiciones de hacer retroceder al gobierno. La lucha contra la reforma educativa y la lucha contra la reforma energética tienden a confluir en las calles. Ha faltado una política orientada a consolidar esta unidad. En todo el país hay luchas diarias contra la política del gobierno hambreador y autoritario de Peña Nieto, como la de los compañeros de Honda por el reconocimiento de su sindicato independiente, pero están aisladas. La CNTE puede convocar a las organizaciones obreras a que se solidaricen activamente con el magisterio y al mismo tiempo a levantar un programa de lucha unificado; un verdadero llamado de emergencia a poner en pie un gran Encuentro de las organizaciones obreras y populares, que defina un plan de acción común para echar abajo la reforma educativa, la entrega de Pemex y las llamadas reformas estructurales. El Encuentro Nacional Magisterial y Popular convocado por la CNTE es un primer paso en ese sentido, y el mismo -en el cual participan muchas organizaciones- puede ser la base para ello. Este llamado debe ser público, porque esto incentivará a que las bases de las organizaciones obreras le exijan a sus direcciones la solidaridad activa e implicará una toma de posición por parte de las mismas. En el caso de las organizaciones que se dicen de oposición como la UNT, integrada por el Sindicato de Telefonistas y el Sindicato de Trabajadores de la UNAM, tienen que pasar de los dichos a los hechos, es menester que hagan un compromiso público para movilizarse junto al magisterio y generar las condiciones del paro nacional. Ya en el segundo Encuentro Magisterial se planteó esta discusión, frente a la negativa y ambigüedad de los dirigentes de la CNTE que estaban en la mesa, y eso permitió que sindicatos como el SUTIEMS retomaran la propuesta y estallaran el paro en solidaridad.

En un Encuentro como el propuesto anteriormente de las organizaciones obreras, estaríamos en condiciones de discutir concretamente una convocatoria a un paro nacional activo con movilización en las calles, que es una demanda que ya está calando hondo entre los trabajadores, como se demostró en la última marcha convocada por AMLO contra la reforma energética el 23/9 donde miles gritaban ¡Paro Nacional! Hay que llamar a hacer de este 2 de octubre un y verdadero y efectivo Paro Nacional.

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