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INTERNACIONAL

II CONGRESO DEL NUEVO PARTIDO ANTICAPITALISTA DE FRANCIA

NPA: Un intento incierto de recomposición a derecha

El Congreso se desarrolló luego de la fenomenal crisis que atravesó el NPA, que llevó a que la mayoría de la dirección histórica de la ex LCR se dividiera y un importante sector se disolviera en el Front de Gauche (Frente de Izquierda), constituyendo la Gauche Anticapitaliste (GA) en su seno.

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7 de febrero 2013

NPA: Un intento incierto de recomposición a derecha

El Congreso se desarrolló luego de la fenomenal crisis que atravesó el NPA, que llevó a que la mayoría de la dirección histórica de la ex LCR se dividiera y un importante sector se disolviera en el Front de Gauche (Frente de Izquierda), constituyendo la Gauche Anticapitaliste (GA) en su seno. Por otra parte, la hemorragia de militantes sigue, haciendo que hoy el número de votantes para el Congreso sea algo mayor a la mitad de militantes que declaraba la LCR en 2007 antes de lanzar este proyecto de partido o aun de los que contaba el NPA hace dos años (algo menos de 1.700 votantes contra 3.500 en el Congreso en 2011).

En este marco, el objetivo de la mayoría era “reunificar” el partido, posicionándolo como interlocutor válido del Front de Gauche (FG), en la búsqueda de una oposición de izquierda contra el gobierno de Hollande de carácter permanente o estratégico con corrientes reformistas, como es el FG, compuesto esencialmente por el stalinismo clásico del Partido Comunista francés y una corriente socialdemócrata republicana en torno a Mélenchon. La expresión máxima de este giro es la fórmula de conciliación de clases de “gobierno anti-austeridad”, adoptada por el Congreso, en paralelo con la estrategia del FG en esta “nueva etapa” de “Imponer una alternativa a la austeridad” (Le Monde, 29/1/13).

Sin embargo, pese a este brutal giro a la derecha (ver declaración de la Plataforma Z al fin del Congreso), el intento de recomposición del NPA que intenta llevar adelante la actual mayoría en torno a los dirigentes Krivine, Sabado y Bensancenot es incierto no tanto por su ajustada mayoría interna (apenas el 50,6% de la nueva dirección) sino fundamentalmente porque el proyecto del NPA sigue en un impasse estratégico. Es que, sin decidirse por el momento a disolverse en el reformismo (en parte por su origen histórico sesentayochesco que dio lugar a una izquierda trotskista organizacionalmente independiente, en parte por la relación de fuerzas actual desfavorable con los reformistas), ese sector expresa un profundo escepticismo histórico en relación a las potencialidades revolucionarias del movimiento obrero y sus luchas -resultado de un revisionismo sobre el carácter de la época, el programa y el tipo de partido después del fracaso de la experiencia estalinista a comienzos de los ‘90- que los lleva a tener por sola orientación la búsqueda permanente de atajos en la construcción del partido. Hoy esto se expresa, frente al ascenso de corrientes reformistas en Europa y Francia en copiar o adaptarse a la política del FG para no quedar marginados, arriesgando que su apuesta fracase nuevamente, no sacando al partido de la crisis y generando recurrentemente nuevas alas derechas que “entre cine grande y cine chico pasando el mismo film” puedan decidir ir al FG (la GA fue la ruptura más importante que sufrió el NPA, pero estuvo precedida por otras dos, además de decenas de militantes individuales que terminaron en el FG).

La falta de audacia e impotencia de la izquierda

Pero si este frágil intento de recomposición, puede gozar de una mayoría es en gran parte por responsabilidad de la izquierda del partido, agrupada en torno de la Plataforma 2/Y dirigida por un sector proveniente de la ex JCR. Este sector aunque es resistente a los giros más oportunistas de la mayoría, tanto en el plano nacional como internacional donde forma parte del ala izquierda del SU, es incapaz de presentar una alternativa de conjunto a este giro oportunista debido a que, aunque haya avanzado en elementos de delimitación con el reformismo en sus textos para este Congreso, comparte con la mayoría actual las bases teóricas y políticas de los partidos amplios anticapitalistas, es decir sin una clara delimitación estratégica y de clase. Al haber abandonado el proyecto de construcción de un partido de carácter proletario, no ponen, en los hechos, toda su energía en la implantación en los sectores estratégicos de la clase obrera -única fuerza que, no por esencia sino por el rol objetivo que juega en la producción y reproducción del sistema capitalista, puede articular detrás de sí como tribuno del pueblo (y no de forma obrerista al estilo de Lutte Ouvriere, la otra gran formación proveniente del movimiento trotskista francés) los intereses del conjunto de los sectores explotados y oprimidos por el capital, los millones de inmigrantes, los jóvenes de las banlieues, la lucha contra los problemas de género, racismo y toda opresión así como la cuestión ecológica. Pero para esto, los revolucionarios debemos jugarnos a fusionarnos con lo mejor de la vanguardia obrera, para que el programa transicional socialista, que sintetiza la estrategia y táctica revolucionaria del marxismo a partir de su experiencia histórica, se haga fuerza material en los próximos combates, único programa que unido a la única clase potencialmente revolucionaria puede liquidar la explotación y la opresión.
En este marco, la ausencia de un proyecto estratégico de partido opuesto por el vértice al de la mayoría se expresa en una permanente falta de audacia, que los lleva a intentos fracasados de reconciliación sin principios con la mayoría y a una actitud sectaria hacia los que luchamos por una política y orientación decididamente revolucionarias para el NPA. El resultado de sus zigzags permanentes es la pérdida de peso de esta corriente desde su formación e incluso con respecto al último Congreso (retrocediendo en términos absolutos de cerca de 1.000 a 500 votos), tironeada por derecha por los llamados a la unidad de la mayoría y la desmoralización de decenas, cientos de militantes que veían en ellos la posibilidad de una regeneración por izquierda del NPA desde las primeras componendas electoralistas con el FG.

El avance de la izquierda revolucionaria

En este marco, la única corriente que no sólo aumentó su porcentaje sino que creció en términos absolutos entre los dos Congresos es la ex P4, actual Plataforma Z, de la que forma parte destacada la Corriente Comunista Revolucionaria (CCR). Así, en 2011 la P4 obtuvo 120 votos (3,5%), y en 2013, a pesar de la caída brutal del número total de militantes, la PZ logró 145 votos (9 %), expresión aún minúscula pero existente de que hay militantes que buscan una salida revolucionaria a la crisis del NPA.

En sus peleas políticas durante las asambleas previas y en el Congreso mismo, la PZ no sólo fue el sector que se opuso decididamente al giro oportunista de la actual mayoría; sino que a la vez que señalaba los desacuerdos estratégicos y límites de los camaradas de P2/Y, los llamó a romper todo compromiso con la mayoría y todo sectarismo en relación a la izquierda revolucionaria, a hacer un bloque para frenar el giro oportunista de la actual mayoría. Lamentablemente, este llamado no fue escuchado y la P2/Y terminó limitándose a una “hoja de ruta” de tareas elementales y ultra mínimas que ni siquiera constituyen una orientación clara para los próximos meses, menos aún un grito de guerra contra el giro a la derecha que se impuso en el reciente Congreso.

Pero el crecimiento de la PZ y del CCR no es sólo expresión de un fenómeno al interior del partido, sino, sobre todo, la expresión de una política decidida de construcción de una política revolucionaria en la realidad, como demuestran las dos actividades de reagrupamiento de la vanguardia a la que nos jugamos con todas nuestras fuerzas solamente en el mes de enero (ver aparte), es decir a la vez que participábamos del Congreso, o la lucha ideológica por poner al trotskismo a la ofensiva en el exitoso Ciclo ¿Por qué Trotsky? de hace un par de meses, del que ya hemos dado cuenta a los lectores de LVO. Estas acciones de defensa abierta de las ideas revolucionarias sin ningún temor y ocultamiento, de intervención decidida en la lucha de clases han permitido la adhesión de nuevos militantes a las ideas revolucionarias, en una dinámica inversa a la del conjunto del partido, militantes que hoy día luchan por esas mismas ideas en el seno del NPA. Estos avances son un pequeño ejemplo, de lo que podría hacer la extrema izquierda en Francia, empezando por los camaradas de la P2/Y, si se decidiera a romper ofensivamente con políticas como la de la mayoría que sólo pueden llevar al NPA al fracaso. Los intentos de reagrupamientos de la vanguardia obrera y los grandes combates de clase por venir hacen que la necesidad de una política revolucionaria y de un reagrupamiento de los revolucionarios sobre nuevas bases sea más imperiosa que nunca.

Corresponsal


Declaración de la Plataforma Z en el final del Segundo Congreso del NPA

La dirección saliente ganó una ajustada mayoría sobre la base de un texto que prepara las condiciones para un agravamiento de la crisis.
No propone nada concreto para la construcción del partido, ninguna prioridad de inserción e intervención. En el fondo, con la “oposición de izquierda”, “alternativa política común” y “gobierno anti-austeridad” quiere resolver la cuestión del poder en un sentido que se aleja de la estrategia revolucionaria. Para recibir los votos de camaradas sensibles a la presión de la “unidad” del partido, sembró la confusión entre “gobierno anti-austeridad”, que implica el apoyo al Estado burgués y “gobierno de los trabajadores” que implica por el contrario un proceso revolucionario.
Las consignas que propone abren el camino para un “gobierno de izquierda” con reformistas y antineoliberales en el marco de las instituciones del capitalismo. Este giro se hace bajo la presión del Front de Gauche que llama a la unidad de “la otra izquierda” en la perspectiva justamente de un “gobierno anti-austeridad”. Se trata de una clarificación a la derecha de los principios fundadores.

Por eso vamos a continuar con el combate contra esta orientación desastrosa. Nuestra política no tiene como vocación seguir siendo minoritaria. Habrá evoluciones en el partido frente a los acontecimientos de la lucha de clases y los cambios políticos que nos esperan. Nos apoyaremos en los progresos importantes de la PZ en este Congreso mientras que las otras plataformas se hundieron respecto a las cifras absolutas. Nos dirigimos particularmente a los camaradas de la PY y a todos aquellos/as que quieran constituir un frente contra la orientación de la dirección. Nos proponemos reconstruir el partido en la lucha de clases alrededor de los siguientes ejes:

 Independencia política del NPA con respecto al Front de Gauche: ninguna alternativa común es posible.

 Inserción del partido en la clase obrera, empezando por los sectores estratégicos, por la construcción de agrupaciones de trabajadores alrededor de boletines que les permitan apropiarse de nuestras propuestas y contribuir a ellas.

 En el momento en que el movimiento obrero empieza a desplegar sus fuerzas como en PSA, Renault, Goodyear, Sanofi, iniciativas para apoyar las luchas, impulsar la autoorganzación y, la convergencia.

 Frente único para la acción con las organizaciones del movimiento obrero, desde la base hacia arriba, creando una relación de fuerzas por nuestras iniciativas, combatiendo a las direcciones sindicales que colaboran más que nunca con la patronal y el gobierno, constituyendo un polo alternativo.

 Orientación internacionalista y antiimperialista sistemática combinando el apoyo a los pueblos oprimidos y trabajadores en lucha y el combate contra nuestro propio imperialismo.

II Congreso del NPA -1 a 3 de febrero de 2013

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