logo PTS

Breves

Mundo feliz

2 de noviembre 2006

Algun incauto habrá pensado que era un hombre muy saludable. Un hombre con un humor por demás particular para hacer bien su “trabajo”. Porque Pereyra no paraba de reir mientras festejaba y se codeaba con sus compañeros. Reía a carcajada batiente acompañando cada recarga de su escopeta de doble caño. Disparaba y reía como si estuviera en el stand de una kermesse donde por cada acierto se obtiene un premio. Pero Pereyra disparaba contra una tribuna repleta de cientos de hinchas de Newell’s Old Boys. Hasta que en un momento la tribuna se transformó en un torrente de cuerpos informes que se arremolinaban esquivando los proyectiles como podían. Eran varios los uniformados que tiraban indiscriminadamente sin parar, pero el subcomisario Pereyra se distinguía por su “simpatía” a rabiar con la gente de la popular. Hasta los jugadores estaban indignados y el arbitro Elizondo no vaciló en denuciar la bestial represión. Fútbol de Primera emitió las imágenes para el fastidio y el desconcierto de millones de televidentes. El derby rosarino daba mucho para hablar ... sobre todo de las risotadas del Subcomisario Pereyra. Eduardo Aucar, jefe de Orden Público, salió al cruce: “yo no lo conozco ni lo tuve a cargo, pero según me comentaron Pereyra siempre se rie cuando se pone nervioso”. ¡Ridiculez o cinismo! Probablemente ambos. De todos modos, llegó la noche y los ánimos seguían caldeados. Las autoridades de Santa Fe no podían sortear el chubasco más que acusando recibo y prometiendo un rosario de sumarios y sanciones para aquellos que habían cometido “errores” y “excesos”. Suena mal, aunque no tan raro. Los “progresistas” suelen exorcisar el demonio del “desorden” con la policía, un demonio que hasta a veces rie en su celo y “exceso” de orden, simpático para con las necesidades de los capitalistas.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: