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Comunicados de prensa

Mucho más que un tironeo sobre salarios y precios

Prensa PTS

26 de agosto 2004

El Gobierno sentirá un triple alivio si el Consejo del Salario, que se reúne hoy, acuerda subir el mínimo a 400 pesos.
Unas 350.000 personas verán mejorado su ingreso en setiembre y seis millones tendrán la esperanza de que eso abra la puerta para mejorar los básicos de convenio.
Además, si la negociación no se complica demasiado podría atenuar el impacto político de lo que se cree será hoy una amplia marcha contra la inseguridad.
El tercer aspecto es que, junto con el ya anunciado aumento de las jubilaciones mínimas, empezará una nueva etapa de la política económica.
En esta etapa, como lo anunció ayer Roberto Lavagna, el Gobierno destinará parte del elevado superávit fiscal (en el año, $ 13.488 millones) a ayuda social, técnica y educativa. 
En otras palabras, será darles plata a sectores que gastan internamente para sacar a la economía de la meseta en la que estaría en los últimos 60 días.
El cambio de lógica parte de una realidad. Argentina tiene un superávit fiscal récord pero eso no le alcanzó para mantener vivo el acuerdo con el FMI y, al estar el default, tampoco para atraer capitales.
Al Gobierno no le faltan desafíos en materia económica.
El martes llega el titular del FMI. Seguramente Rodrigo Rato se mostrará predispuesto a prorrogar el pago de 1.000 millones de dólares por un año. Pero querrá llevarse la seguridad de que la Argentina le cancelará deuda por 1.500 millones de dólares hasta fin de año.
En su papel de acreedor privilegiado, el titular del FMI no dejará de lado uno de los temas que al presidente Kirchner le desagradan: la renegociación de los contratos, con previsibles ajustes de tarifas, de las empresas privatizadas.
En los próximos meses se sabrá qué pesa más para el Gobierno: si la mala noticia de una suba de tarifas o la de inversiones que no se realizan por falta de horizonte contractual.
Kirchner ya dio un primer paso al enviar al Congreso el proyecto de marco regulatorio para las empresas de servicios.
Allí definió un esquema por el cual les aumentará las tarifas a los usuarios que puedan pagar. Eso financiará el servicio para los sectores de menos recursos. En realidad, es la misma música que hace un año mencionaba la necesidad de una tarifa social. 
Aunque con matices, los empresarios hablan de que el clima de los negocios se resintió en los últimos tiempos. Y que para insuflarle aire al pulmón del crecimiento serán necesarias algunas certidumbres.
Dos hechos demostrarían que los mercados apuestan a que la economía siga mejorando. Uno, es la suba de la cotización de los bonos argentinos. Otro, que ayer el dólar podría haber vuelto a bajar de 3 pesos si el Central salía a comprar.
Hay un dato, sin embargo, que, curiosamente, puede causar alivio o preocupación: los economistas no creen que el aumento salarial vaya a desembocar en más inflación. Piensan que con el consumo en una meseta, los empresarios no podrán subir los precios. También ese partido se empieza a jugar.

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