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EL BLANQUEO Y LA MORATORIA

Los capitales no tienen patria: nacionalizar la banca

Al cierre de esta edición, en la Cámara de Diputados, se debate el Proyecto de Ley enviado por el Poder Ejecutivo, que lleva como título: “Régimen de Normalización Tributaria, Promoción y Protección del Empleo Registrado con Prioridad en PYMES y Exteriorización y Repatriación de Capitales”. Este proyecto no es otra cosa que una amplia amnistía a los delitos de evasión tributaria perpetrados por los capitalistas

Armando Mouzo

4 de diciembre 2008

Al cierre de esta edición, en la Cámara de Diputados, se debate el Proyecto de Ley enviado por el Poder Ejecutivo, que lleva como título: “Régimen de Normalización Tributaria, Promoción y Protección del Empleo Registrado con Prioridad en PYMES y Exteriorización y Repatriación de Capitales”. Este proyecto no es otra cosa que una amplia amnistía a los delitos de evasión tributaria perpetrados por los capitalistas.

La primera parte de la Ley “perdona” a quienes evadieron “los impuestos y de los recursos de la seguridad social”, con la “exención de intereses, multas y demás sanciones”. Y en el caso de que se le esté llevando adelante un juicio, o una intimación de la AFIP, con sólo acogerse a la moratoria, dichos reclamos quedan sin efecto.

En la segunda parte permite a las pequeñas empresas que tienen hasta diez empleados “en negro”, registrar a los mismos sin pagar los aportes evadidos, ni los intereses y multas correspondientes, y a partir del trabajador número once se le aplica una fuerte quita en el importe a pagar. Asimismo el proyecto otorga una amplia facilidad de pago y con un módico interés. Por otra parte si contratan nuevos empleados, en el primer año sólo deben abonar el 50% de las contribuciones patronales y en el segundo sólo el 75% por dicho concepto.

Por último, en la tercera parte, se ofrece un amplio blanqueo de capitales con el pago de un impuesto del 8%, si declara el dinero y lo deja en el exterior, del 6% si lo deposita en el país, del 3% si compra bonos de la deuda y los tiene durante dos años y del 1% si los invierte en cualquier actividad en Argentina (incluida la compra de tierras y propiedades). Si tenemos en cuenta que sólo por el impuesto a las ganancias se debe pagar el 35%, podemos apreciar las enormes ventajas que se les da a la burguesía. Hay que considerar que cuando se evade, se evita pagar todos los impuestos, por lo que la ventaja es aún mayor. Para anotarse en este blanqueo sólo basta con una escueta declaración jurada, con los datos del interesado, en qué banco tiene el dinero y donde y en qué fecha se originó.

Evasión y blanqueo, un aspecto del capitalismo

El proyecto despertó la crítica de la oposición, y hasta el oficialista Página 12 se atrevió a oponer una serie de reparos. Por ejemplo Alberto Abad, el ex-jefe de la AFIP declaró que el proyecto “Rompe con las reglas del pacto social y fiscal, y alienta una conducta antisocial ya que se castiga al que cumplió y se favorece a los que violaron las leyes”, y que “En los últimos años la AFIP vino presentando un promedio de 1.000 denuncias penales anuales por evasión”, también afirmó que “es un salto al vacío, porque permite blanquear dinero o bienes mal habidos sin que se investigue su origen”. Los políticos más exaltados, como Elisa Carrió hablan de “asociación ilícita” de los Kirchner, Gerardo Morales dice que es “inmoral”, y el “progresismo” pide en lugar de blanqueo, más controles para evitar la fuga de capitales.

Sin embargo, la oposición patronal aplaude el salvataje a los bancos e instituciones financieras en los países imperialistas, cuando fueron estas instituciones las que provocaron la crisis con sus maniobras. Como afirma Paul Krugman, la burbuja inmobiliaria (en Estados Unidos) fue “una operación fraudulenta de inversión, que implica el pago de prometedores o anormalmente elevados rendimientos” (Clarín 29/11). Peor aún, quienes ocasionaron el desastre se van con los bolsillos llenos de cientos de millones de dólares.

Tampoco les parece “inmoral” o “ilegal” el pago de la fraudulenta deuda externa, cuestión que hasta fue demostrada judicialmente por el Juez Ballesteros, y sin embargo se sigue pagando. Aquí la oposición lo que reclama es que se “regularice toda la deuda”, es decir que se le pague al Club de París y a los bonistas que quedaron fuera del canje.

También omiten que el “blanqueo” se aplica regularmente en los países imperialistas; el jefe de la AFIP, Claudio Moroni, afirma que “de acuerdo a un informe de la OCDE, varios países han adoptado del año 2000 para acá medidas similares a las que estamos proponiendo. Lo hicieron el Reino Unido, Bélgica, Alemania, Grecia, Portugal, Italia y Sudáfrica. Hoy el Congreso brasileño está trabajando sobre un proyecto muy similar al escudo fiscal italiano de 2001, que fue el blanqueo más grande” (Página 12, 30/11).

Esto significa que tanto la evasión como el posterior blanqueo, son inherentes al funcionamiento “normal” del capitalismo. Quien no evade es porque no puede, o le resulta más desventajoso.

La fuga de capitales

El blanqueo tiene como principal objetivo repatriar los capitales que los empresarios tienen en el exterior, y no han sido declarados. Se calcula que estos fondos llegan a los U$S 150.000 millones, sólo en lo que va del año se fugaron más de U$S 25.000 millones. La oposición patronal afirma que esto se debe a la falta de confianza en la economía local, mientras que los progresistas hablan de la “falta de controles”.
Sin embargo la fuga de capitales es una constante de todos los gobiernos

En el trabajo “La Fuga de Capitales Historia, Presente y Perspectivas” de Jorge Gaggero, Claudio Casparrino y Emiliano Libman, se afirma que “el fenómeno denominado fuga de capitales ha estado presente en la historia económica reciente de Argentina”. Según los autores “la literatura analizada se refiere, en general, a la fuga como un problema casi exclusivo de los países “sub” y “semi” desarrollados”, incluso se afirma que “un buen número de autores pone el acento en el endeudamiento externo como fenómeno que suele estar vinculado a la fuga de capitales, en la medida en que la deuda externa pública suele ser el factor clave que permite la remisión de activos privados locales al exterior (Boyce y Ndikumana, 2002; Basualdo y Kulfas, 2002).

Esto significa que el fenómeno de la fuga de capitales, es expresión de la relación de los países semicoloniales con el imperialismo. En otras palabras, engloba el saqueo de las riquezas de las filiales imperialistas vía la repatriación de ganancias, el pago de Royalties y Patentes, el pago de la deuda y la salida de capitales especulativos, entre otros conceptos. En cuanto a la fuga realizada por los capitalistas locales, es una manifestación de dicha relación; en este caso significa que la burguesía autóctona imita el comportamiento de sus socios imperialistas y “aseguran” sus ganancias en las metrópolis, contribuyendo a la extracción de riquezas de nuestros países.

Regulaciones: una utopía irrealizable

Según el trabajo citado, “varios autores plantean que la fuga de capitales otorga un ‘poder de veto’a los sectores dominantes”. El Cronista, diario del establishment, afirma que “es de destacar que los cerealeros entraron casi 23 % menos de divisas esta última semana”, además está la presión de los países imperialistas, y se debe sumar los funcionarios del gobierno, como Martín Redrado, nada menos que el presidente del Banco Central, quien no tomó ninguna medida ante la fuga que se produce día a día, y quien no ha recibido ninguna crítica de los Kirchner. Aún los defensores del gobierno como Página 12 reconocen que los capitalistas siempre encuentran nuevas formas de evadir los controles que intenta poner el gobierno. El reciente blanqueo no es otra cosa que el reconocimiento de este fracaso.

La propuesta de regulación es aún más utópica en estos momentos de crisis internacional. Si se pretende evitar que la actual debacle del capitalismo sea descargada sobre los trabajadores y el pueblo, y controlar efectivamente el mercado de capitales no hay otra salida que la nacionalización de la banca y del comercio exterior. Dada la tecnología existente en la actualidad, esta medida se puede realizar inmediatamente. El verdadero obstáculo son los gerentes y demás funcionarios de los bancos, y aún del gobierno, que no sólo se opondrán, sino que intentarán boicotearla de todas las formas posibles. Por eso esta medida sólo puede ser llevada adelante por los trabajadores, que son quienes manejan todos los mecanismos del sistema. Esta es la única forma de evitar la fuga de capitales.

De esta forma se tendrá en primer lugar el control de lo que se exporta e importa, a que precios y en qué cantidades, a la vez que el control de todos los movimientos financieros del país. Expropiando la banca privada y fusionando todos los bancos en una sola institución nacional bajo la administración de los trabajadores, se podrá crear un sistema unificado de inversiones y créditos, proporcionando al Estado los medios necesarios reales, es decir materiales para poner la riqueza producida por los trabajadores al servicio de sus necesidades.

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