¿Cómo ven la situación después de ocho años de De La Sota y cuatro años de gobierno de Kirchner? Según el gobierno provincial se crearon 35 mil puestos de trabajo en blanco y el mismo número en negro. ¿Pareciera que no habría de qué quejarse?

C: Sí, dan trabajo, pero los trabajadores se sienten atados porque no hay una organización que los respalde en lo sindical, en sus reclamos. Y el trabajo es en su mayoría precario. Yo no veo mejoras, ni en las condiciones de trabajo ni en el salario. Este año se dieron aumentos pero si todo aumenta, estamos en la misma.

M: Con lo precios como están, el salario tendría que estar sujeto directamente a la inflación. Y hay otros temas también para hablar de este gobierno. Como el de la vivienda. De la Sota le da casas a la gente de las villas para quedarse con los terrenos que salen tres veces más que las casas que les construyen. Lo hace para sacarse “un problema” dentro de la ciudad. Los countries están por un lado y a las villas las tiraron afuera de la circunvalación, como separando lo “malo” de lo “bueno”. Creo que eso está mal, más allá de que un trabajador, no puede comprar siquiera mil ladrillos. Y después está el tema de la justicia. Ante los despidos, siempre del lado de la empresa. En el caso Dalmasso, no quieren ensuciar a los que están metidos. Imaginate que un político, ahora están cerca de elecciones, si se abre un quilombo perjudicaría mucho a su partido.

C: El caso Dalmasso salpica a profesionales, gente de otro nivel social, políticos. Entre todos hacen un fuerte para cubrirse, para quedar impunes. Si fuéramos nosotros ya estaríamos presos.

¿Por qué creen que comparado con Buenos Aires en Córdoba hay menos expresiones de lucha en el movimiento obrero industrial?

M: Principalmente por los dirigentes y me parece que la sociedad está medio reprimida, reacia a las manifestaciones y demás expresiones de lucha. Por otro lado, muchos trabajadores vienen de una crisis muy dura y agarran el trabajo que consiguen y, aunque sea poco, se conforman.

C: Además ven que no hay sindicato que los defienda. En el caso nuestro que peleamos por tener delegado y vas contra la empresa, contra el gobierno, contra el Ministerio de Trabajo y encima con el sindicato en contra. Fue muy difícil.

¿Qué opinan de la política y de los políticos patronales en Córdoba? ¿Cómo ven que se junten juecistas con radicales, peronistas de un tipo con radicales de otro tipo? ¿es la nueva política?

C: Los partidos están con el gobierno, no veo que respalden mucho a los trabajadores. Subsidian a las empresas y las dejan hacer lo que quieren con los trabajadores.

M: Es todo lo mismo, lo que nos importa a los trabajadores, a ellos no le interesa nada. Siendo peronistas, juecistas o radicales, lo que buscan son intereses personales y los intereses de las grandes corporaciones. Veo muy mal que los dirigentes sindicales apoyen sus listas o vayan directamente en ellas. Si el trabajo de ellos es preocuparse para que estén mejor los trabajadores, que haya mejores condiciones de trabajo, salarios dignos…

C: Yo opino que como lo sindical y lo político van de la mano, pienso que si hay un sindicalista que respalda a los trabajadores, que forme un partido de los trabajadores. Es lo que realmente hay que hacer, un partido con los trabajadores, con los que la viven. Para pelear por lo nuestro, en primer lugar por trabajo para todos, por condiciones de trabajo y por sindicatos que defiendan los derechos de los trabajadores y tengan su propia política.

¿Por qué decís que lo sindical y lo político van de la mano?

M: Y es muy simple, así sería mucho más fácil pelear para conseguir las conquistas de los trabajadores.

M: Con un compañero de otra automotriz charlábamos que para llegar a formar un partido político de los trabajadores, primero tendríamos que pasar por la organización sindical, recuperar los cuerpos de delegados, y nos preguntábamos ¿no habrá que vivir esa experiencia primero? Acá tenemos una experiencia, intentamos tener delegados, pero no llegamos por lo que decía antes: teníamos al sindicato, al gobierno y a la empresa en contra. Hay que intentar las dos cosas al mismo tiempo. A mí lo de un partido de trabajadores me parece bien, pero se hace difícil cuando uno charla con la gente, porque está muy arraigado ir a trabajar y agachar la cabeza. Se relaciona una cosa con la otra, pero está difícil.

C: Generalmente vienen de haber estado un año sin hacer nada o de otro trabajo haciendo changas donde ganaba $500, $600 por mes, hoy buscan otro trabajo a la tarde, la mujer sale a trabajar, en muchos casos son docentes. Son laburantes, dejando de lado el organizarse, el charlar de política. Van dejando de lado esas cosas por la misma necesidad.

M: Hay gente que no cree en el sindicato, que te dice “ustedes tienen razón” pero los gana lo que charlábamos recién. Pero también hay que pensar que este momento económico tampoco va a durar toda la vida. Uno ya está avivado, esto ya pasó entre el ´98 y el 2001…

C: Claro, esto era un furor, acá había tres turnos, se hacían 900 autos por día, y de repente echaron a más de la mitad de la fábrica.

M: Por experiencia sabemos que son 5, 6 años como mucho y después se viene a pique. Entonces, los compañeros hoy tratan de mejorar su calidad de vida, aprovechan para hacer horas extras, seguro que tienen que pagar algún crédito, aprovechar a llevar a los chicos al cine, a comer a tu señora, cosas que antes no podías hacer. Fijate con qué poco nos conformamos.

C: Sí, pero a eso nos están llevando. Es como le dijo el jefe a un compañero que despidieron: “ si no te alcanza la plata, mandala a trabajar a tu señora”. Ellos quieren a todo el mundo con la cabeza gacha. No les importa ni tu familia ni nada. Pero bueno la idea de partido de trabajadores está buena, habrá que seguir machacando.