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Mundo Obrero

CRECIMIENTO KIRCHNERISTA Y CONDICIONES LABORALES MENEMISTAS

Lo que no se discute en las paritarias

Mientras las cúpulas buscan frenar los reclamos que se han generalizado tras el conflicto de la alimentación y el ‘efecto 35’, poco se habla de las condiciones de trabajo. Mucho menos de los millones de trabajadores en negro y desocupados que ni siquiera fueron tenidos en cuenta en las paritarias.

Lucho Aguilar

17 de junio 2010

Barrio de Almagro, martes por la madrugada. “En la fábrica casi la mitad del personal está contratado por agencia, yo hace dos años. La empresa se comprometió a efectivizar a los trabajadores, pero no lo hizo. Ricardo Fort hace su fortuna con sudor y sangre de los trabajadores”. Los trabajadores de Fel Fort despedidos cortan la avenida y denuncian.

Microcentro porteño, miércoles al mediodía. “Siempre impulsamos acuerdos con sectores del trabajo. Hoy discutimos el rol de las negociaciones económicas internacionales para el crecimiento de la producción y el empleo”. Como Ricky Fort no fue invitado a la reunión, las definiciones corren por cuenta de Ignacio De Mendiguren, directivo de la UIA y empresario textil. De Mendiguren no baila tan bien como Fort. Esa es la única diferencia: el 70% de los trabajadores textiles está precarizado.

Las dos postales de esta semana son un claro reflejo de la situación de la clase trabajadora. Mientras las cúpulas buscan frenar los reclamos que se han generalizado tras el conflicto de la alimentación y el ‘efecto 35’, poco se habla de las condiciones de trabajo. Mucho menos de los millones de trabajadores en negro y desocupados que ni siquiera fueron tenidos en cuenta en las paritarias.

Lo que no se discute

Las tercerizaciones, los contratos eventuales, la masividad del trabajo en negro, los cambios en la jornada laboral con la extensión de los turnos rotativos o americanos, las cooperativas truchas, los ritmos infernales y el aumento de los accidentes de trabajo, la polifuncionalidad, son todas conquistas que las patronales afirmaron en los años 90, con la complicidad de la burocracia sindical. En los últimos años, la recuperación de fuerzas de la clase obrera -a partir de 4 millones de puestos de trabajo y un proceso de luchas reivindicativas- ha presentado una enorme oportunidad para tirarlas abajo.

Lejos de aprovechar estas nuevas fuerzas, la burocracia ha traicionado cada una de las luchas contra ‘la herencia menemista’, peleas encaradas fundamentalmente por los sectores clasistas. Son los casos de las tercerizadas en el subte o el ferrocarril Roca, las contratistas en telefónicos, los despidos de contratados en las automotrices de Córdoba o las fábricas de la alimentación de la zona norte.

Pero el silencio de las centrales sobre la precarización - y la traición a las rebeliones contra esas brutales condiciones - tiene otro capítulo, desconocido para muchos. Buena parte de los acuerdos paritarios que han firmado durante los últimos años han contenido cláusulas que han afectado las condiciones de trabajo. Un estudio del Observatorio Jurídico Social desnuda que la polivalencia funcional está incluída en el 40 % de los acuerdos firmados en los últimos 3 años, que el 49% de ellos permite cambios en la jornada de trabajo (turnos rotativos o fijos), que el 32% permite fraccionar las vacaciones, y otro tanto incorpora modalidades de contratación (pasantías, eventuales, contratistas).

Una herencia pesada

La escena que completa el cuadro se produjo la semana pasada. Fue cuando, ante la preocupación de los empresarios metalmecánicos por no perder el ritmo del impresionante boom automotriz, Cristina confirmó subsidios a las autopartistas, y les recordó que “en los últimos años, las empresas ganaron mucho más dinero que en cualquier otra época”.
Los medios oficialistas se han encargado de ilustrar con datos la frase de la presidenta. La recuperación de las ganancias patronales asombra a propios y extraños.

Lo que nadie dice es que el modelo kirchnerista se sostiene con las condiciones laborales menemistas.

Por eso, hay que apoyar la lucha de los obreros de Fel Fort y los ferroviarios del Roca contra el fraude laboral. A los jóvenes de Stani contra el convenio Mantecol, y los mecánicos de Peugeot contra los despidos en las tercerizadas.

• Por la anulación de las leyes laborales que permiten la precarización.

• Por el pase a planta permanente de todos los contratados. Igual trabajo, igual salario.

• Por el fin de las tercerizadas y los convenios negreros. Convenio único por actividad.

• Por el control de las condiciones de trabajo. Comisiones de Seguridad e Higiene independientes de la patronal.

• Por delegados paritarios elegidos en asamblea.

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