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Informaciones Obreras

Grissinópoli-Brukman

Ley de expropiación

30 de septiembre 2002

LVO: ¿Qué pasó en la última reunión en la legislatura de la ciudad?
MS: Se discutieron en comisión los proyectos de ley presentados por Grissinópoli y Brukman. Se “consensuó” entre los trabajadores de Grisinópoli y los legisladores un proyecto de ley que prevé otorgarle a la cooperativa formada por los primeros la ocupación temporaria por el plazo de dos años de maquinarias e inmueble.
LVO: ¿Qué significa para los trabajadores este nuevo proyecto?
MS: Muy poco. Por un lado se aseguraron no ser desalojados por ese término, pero, a costa de la incertidumbre de no tener garantizados los insumos para la producción, la colocación de sus productos, y por consiguiente el cobro de sus salarios. Todo esto agravado, porque este nuevo proyecto “obliga” a los propios trabajadores, al cabo de este lapso, a comprar las máquinas e inmueble. Es decir, el esfuerzo de estos dos años de trabajo para terminar saldando las deudas de los antiguos patrones. Los que a su vez no sólo se benefician con esto, sino que durante estos dos años, el Estado les debe abonar los alquileres, por la expropiación transitoria. En los casos anteriormente sancionados para Ghelco y la imprenta Chilavert, se había establecido la expropiación transitoria de los inmuebles, que en la Ciudad de Buenos Aires son carísimos, aunque las maquinarias y marcas se expropiaron en forma definitiva. Para Grissinópoli ni siquiera esto.
LVO ¿ Y el proyecto Brukman?
MS: Los legisladores del ARI, que presiden la comisión, más los justicialistas y los oficialistas de la ex Alianza rechazaron de plano el proyecto de estatización sin pago. Argumentando que el Estado no puede tener una política para socializar los medios de producción. Es decir, no se trata de un problema presupuestario, sino de que lisa y llanamente, no quieren dar respuesta a los problemas de los trabajadores. Porque queda demostrado, que estos legisladores, no defienden los intereses de la clase trabajadora, y están sólo para defender a su propia clase. Y para esto utilizan los fondos públicos. Así lo demuestran los proyectos de cooperativas ya sancionados, o en estudio como el de Grisinópoli, los que de ninguna manera dan una solución a los trabajadores, sino que los únicos beneficiados son los patrones: se liberan de sus deudas, reciben dinero fresco y se quitan de encima el conflicto con los obreros.
LVO ¿Les ofrecieron alguna alternativa?
MS: No. Porque ponían como precondición para cualquier salida intermedia la formación de una cooperativa por parte de los trabajadores. Es decir los extorsionaban con una forma a la que después no se le daría ningún contenido. O mejor dicho, el contenido que le daban no era beneficioso para los trabajadores, sino para los patrones.
LVO ¿Por qué?
MS: Porque, si el proyecto es similar al de Grisinópoli: la cooperativa no tendría capital de trabajo, no sería dueña de los medios de producción, sus trabajadores no tendrían asegurado un sueldo y ni que hablar de obra social o aportes jubilatorios. Es decir no solucionaría ninguno de los problemas por lo que hoy atraviesan los trabajadores de Brukman y mucho menos aún daría una respuesta a los problemas del conjunto de la población. Esto si lo hace el proyecto de estatización elaborado por los trabajadores, debido a que en él se prevé la posibilidad de fabricar sábanas y guardapolvos para los hospitales, escuelas, etc., dar trabajo a los desocupados.
LVO ¿Qué propone el CeProDH ante esto?
MS: Proponemos, mientras seguimos luchando por la estatización bajo control y administración obrera en el camino de un gobierno de los trabajadores, impulsar una gran campaña para exigir que la legislatura demuestre si quiere legislar mínimamente a favor de los obreros, ya que hasta ahora está legislando a favor de los empresarios. Es decir, que más allá de la forma jurídica que decidan para llevar adelante la gestión obrera, el Gobierno y la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires entreguen definitivamente la maquinaria y los inmuebles a los obreros, les garanticen un salario de convenio, así como la provisión de insumos, y transforme dichas fábricas en sus proveedores, y entregue subsidios no reintegrables, a fin de que puedan diversificar la producción y por esa vía dar trabajo genuino para los desocupados. De esa manera, las empresas en manos de sus trabajadores, no deberán competir en el mercado, lo que los lleva a funcionar como una empresa capitalista más, sino se podrán concentrar en su objetivo que es darle a estas empresas una nueva función social.

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