“La empresa Ledesma decidió ceder terrenos en El Triángulo”, titula en páginas centrales El Tribuno de Jujuy del miércoles 21, con la foto del intendente peronista de Libertador, Ale, junto Juan Carlos Alderete de la CCC. En una nota al lado, el gerente de Blaquier responsable de proveer la logística a la represión asesina de la policía provincial, Federico Gatti, anuncia que fue “Una solución beneficiosa para todas las partes”. Notablemente, la noticia aparece publicada recién 6 días después del acuerdo efectivo (¡!). Es evidente que la forma de anunciarlo al público fue una de las claves del acuerdo mismo. ¿Quién salía ganando y quien aparecía cediendo? Esa es la cuestión.

 
La gran patronal de Blaquier dice que “decidió ceder” (nunca abandonan la potestad de la decisión) 24 hectáreas de sus tierras en Libertador General San Martín-Ledesma. Se suman a las 40 expropiadas de apuro por la legislatura provincial en medio del temblor de la generalización de las ocupaciones una vez que, después de 7 horas de combates de resistencia, la policía fue obligada a retroceder y no pudo consumar el desalojo. ¿Que duda cabe que fue un producto de la lucha de miles de familias trabajadoras ocupantes con su acción directa?

El acuerdo en Ledesma excede el demagógico plan oficial de “un lote para cada familia jujeña que lo necesite” lanzado por el PJ (específicamente por el candidato a gobernador Fellner para sobreponer al peronismo de la situación de desborde y la crisis en que estaba el gobernador Barrionuevo). Porque el plan de empadronamiento masivo en toda la provincia, como contención al desborde, no dice ni siquiera donde estarán los lotes prometidos en medio de la campaña electoral, mientras que en Libertador fueron los trabajadores que marcaron el terreno y dijeron “esta tierra es mía”, la que, finalmente, fue expropiada al gran monopolio agro-industrial. En este sentido es un triunfo histórico, y que cunda el ejemplo a todos los rincones del país: la ocupación de la propiedad concentrada de la tierra de los capitalistas es la única garantía en la lucha por la vivienda para los que no tienen nada.

 
Las masas sin techo y “los focos de ocupas”

Pero el acuerdo que es presentado con bombos y platillos por la CCC, tiene otras caras. Como dicen los editorialistas patronales refiriéndose a la crisis desatada en Libertador “el Gobierno de Jujuy pudo atravesar la tormenta -como tantas veces lo hizo- y sigue hasta hoy, sin el aporte de la oposición, con la durísima tarea de desarmar los últimos focos de ocupas y ordenar los planes de lotes y viviendas” (El Tribuno, 19/9). El gobierno de Jujuy atravesó la tormenta porque cuenta con una gran aliada en la organización estatal de Milagro Sala, la Tupac Amaru, que llamó a abandonar las ocupaciones que se habían desatado en toda la provincia detrás de la vaga promesa de ser anotados en masa en una lista para esperar la entrega de lotes que no se saben donde están y que, si existieran, tampoco significan viviendas efectivas.

En “los focos” que se resistieron a abandonar las ocupaciones porque no confían en la oficialista Tupac, no hubo, por responsabilidad de la CCC y también de los sindicatos de la CTA cuyos afiliados fueron parte de las ocupaciones, una política para unir a la vanguardia de Ledesma con la demanda que abarca decenas de miles de familias en Jujuy. Ante la propuesta de una ‘Asamblea unificada de Delegados de todos los asentamientos y sindicatos solidarios’ (que hicimos como propuesta pública desde periódico Nuestra Lucha y el PTS), la dirección de la CCC decidió, conservadoramente, aceptar la promesa del plan gubernamental de “lotes para todos” pregonado por Barrionuevo y apoyado por la Tupac, y no extender la demanda que daba para más.

 
La moral de los que luchan

Para definir el resultado de todo episodio de la lucha de clases hay que evaluar como queda la moral de los explotados. Sin duda, esta se eleva con los resultados materiales obtenidos por su acción. Para las compañeras y compañeros que no tenían nada y le han arrancado un pedazo de tierra al genocida Blaquier, es claramente un aliciente para seguir la lucha por un plan de viviendas para todos. Como señaló el dirigente del PTS, docente y candidato a intendente por el Frente de Izquierda en Libertador, Miguel López, “Festejamos con nuestros compañeros y compañeras del periódico Nuestra Lucha, como Patricia Garnica, portera de escuela de ATE, delegada de cuadra del asentamiento El Triangulo y candidata a primer concejal por el Frente de Izquierda en Ledesma. Y junto con ella señalamos que las necesidades acuciantes no son monedas de cambio y que no vendemos nuestra conciencia, porque sabemos que la empresa de los Blaquier, que después del Apagón de la dictadura donde desapareció trabajadores donó las tierras del Parque Nacional Calilegua, ahora se vio obligada a ceder las tierras que se arrancaron con la lucha y pretende quedar impune, otra vez, de su culpabilidad de los asesinatos del 28 de julio. No vamos a parar en nuestra demanda de justicia, que el genocida Blaquier y sus gerentes, los policías que mataron y sus mandantes políticos vayan a la cárcel. Y decimos que esta solución es insuficiente para las masas de la provincia que no tienen un techo, que hay que preparar una gran lucha, encabezada por los sindicatos que deben independizarse del gobierno, por un plan de vivienda para todos los que la necesiten, expropiando todas las tierras que sean necesarias y en base a impuestos a las tabacaleras, mineras y azucareras para las que gestionan Barrionuevo y lo hará el candidato Fellner”.