logo PTS

LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

Las policías comunales y el poder de los intendentes

Tras el giro a derecha del kirchnerismo, los proyectos para crear policías comunales persiguen la finalidad de fortalecer el poder represivo del Estado, concediendo facultades extraordinarias a los intendentes, institucionalizando sus patotas en aras de la “seguridad” de los barrios privados y parques industriales.

Miguel Raider

10 de octubre 2013

Tras el giro a derecha del kirchnerismo, los proyectos para crear policías comunales persiguen la finalidad de fortalecer el poder represivo del Estado, concediendo facultades extraordinarias a los intendentes, institucionalizando sus patotas en aras de la “seguridad” de los barrios privados y parques industriales. La reciente intervención del intendente massista Humberto Zúccaro encabezando un mini ejército contra los trabajadores de la gráfica Impresores en el Parque Industrial de Pilar (igual que contra los obreros de Kronberg) ilustra la gravedad de esta tendencia reaccionaria.

En realidad las policías comunales ya rigen en 59 municipios con menos de 70.000 habitantes. Según la Ley 13.210 (2006) el intendente tiene atribuciones de sheriff para “lanzar operativos”, “diseñar acciones estratégicas” y designar “el jefe operativo”, bajo el “control ciudadano” de los Foros Vecinales (creados por Menem como alianza reaccionaria entre las clases medias y la policía). En la década K se registraron 2.224 casos de gatillo fácil y ninguno mereció una línea de esas instituciones de “control”.

Los proyectos presentados, tanto por Scioli, Massa, Marcelo Saín (Nuevo Encuentro) y De Narváez, proponen extender las policías comunales a los municipios con más de 100.000 habitantes para afianzar el control social sobre las barriadas populares, ante la incertidumbre del fin de ciclo kirchnerista y el ajuste en puerta.

Scioli y su ministro Granados ya lanzaron el plan piloto en La Plata. Si bien Insaurralde adhirió para que “los intendentes nos transformemos en nuestro propios jefes de policía”, Scioli (como De Narváez) quiere subordinarlas al Ministerio de Seguridad, acordando con los intendentes el nombramiento de los jefes operativos.
En consonancia con Insaurralde, el proyecto de Massa apunta a fortalecer la autonomía de los intendentes, multiplicando sus presupuestos: “los intendentes ejercerán la conducción orgánica de la Policía de Seguridad Municipal…cuando el personal de la Policía de Bs. As. en persecución inmediata… deba penetrar en una jurisdicción municipal deberá comunicar a la policía del lugar las causas del procedimiento y sus resultados, siendo extensible a la Policía de Seguridad Municipal”1. No casualmente el massismo tendió puentes hacia los “progresistas” de Nuevo Encuentro, que redactaron un proyecto por “una fuerza de seguridad local propia, descentralizada... bajo la conducción del intendente”.

Scioli y Massa estarían dispuestos a consensuar: todos acuerdan en sostener policías de “proximidad y disuasión” armadas, como la Metropolitana de Macri, que no vaciló en reprimir a trabajadores y pacientes del Hospital Borda.

Sólo el FIT enfrenta estos aprestos represivos con un programa contra “las policías municipales de los intendentes de la corrupción y el delito... es necesario poner fin a las causas de la miseria social que causa el capitalismo y reemplazar el aparato de represión de este Estado, que está al servicio de los explotadores, por organizaciones de los trabajadores mismos en el camino de la lucha por su propio gobierno”.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: