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La tormenta perfecta

El día martes la Ciudad de Buenos Aires se vio afectada, una vez más, por una intensa lluvia. Cayeron 90 milímetros en dos horas, lo que dejo a miles de personas damnificadas por la inundación, con el agua dentro de sus casas, autos flotando y barrios enteros tapados por la lluvia y sin luz.

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18 de febrero 2010

El día martes la Ciudad de Buenos Aires se vio afectada, una vez más, por una intensa lluvia. Cayeron 90 milímetros en dos horas, lo que dejo a miles de personas damnificadas por la inundación, con el agua dentro de sus casas, autos flotando y barrios enteros tapados por la lluvia y sin luz.

La Ciudad se vio colapsada, como ocurre cada vez que se genera una tormenta de gran intensidad. Más de 55 miles familias porteñas se quedaron sin luz y hasta la línea B del subte no funcionó por horas. La zona más afectada fue, como en otras ocasiones, la atravesada por el arroyo Maldonado –que corre debajo de la avenida Juan B. Justo– que va desde Villa Crespo hasta Palermo. Pero a diferencia de otras veces, se hundió la avenida Corrientes, a la altura de Almagro, y los alrededores de Parque Centenario y el Cid Campeador. Allí además sigue cortada la luz, y son sus vecinos los que están saliendo a las calles a reclamar.

Falsas promesas

Las inundaciones y los padecimientos de los vecinos cada vez que llueve no es cosa nueva. Todos los gobiernos anteriores a la gestión del empresario Mauricio Macri prometieron entubar el arroyo Maldonado y comenzar inmediatamente con obras públicas para los desagües. Macri no se quedó atrás y también prometió, de hecho, fue su caballito de batalla en la campaña electoral. Se presentó como el empresario de gestión que solucionaría los principales problemas de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires.

De todo su plan, hoy está en ejecución el entubamiento del arroyo Maldonado como para el año que viene y recién están licitadas las obras para la cuenca del Vega y el arroyo Medrano. Una auditoria de diciembre de 2009 había advertido al Gobierno Porteño sobre la ausencia de planos de catastro, de un plan serio y del nulo control sobre las empresas terciarizadas encargadas del mantenimiento.

Luego de la última inundación, Macri salio rápidamente a prometer que en ¡¡un año y medio!! todo estaría solucionado. Otra falsa promesa de un Gobierno que hace suculentos negociosos inmobiliarios con sus constructoras amigas, las que rápidamente levantan torres en Puerto Madero, pero que no dará un paso en financiar un verdadero plan de obra pública hidráulica, para enfrentar las inundaciones que sufre el pueblo de la Ciudad.

Falsas promesas que aumentan el descontento de las masas populares y algunos sectores de las clases media de este ya desgastado de gobierno por sus tantas y reiteradas crisis políticas.

El progresismo de los K hace agua.

El gobierno porteño aduce que llamó "20 veces" a las empresas Edenor y Edesur, para que aceleren la devolución del servicio eléctrico a los vecinos sin luz. Frente a este panorama, el Jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, criticó duramente el operativo montado por Edesur para resolver el problema. "Es inadmisible que la electricidad no se haya restablecido", subrayó. Desde Edesur le contestaron que fue una “contingencia climática absolutamente extraordinaria, no debidamente anticipada por los servicios meteorológicos y cuyos efectos sobre la infraestructura urbana resultan ajenos a la responsabilidad de la Compañía". Mientras los vecinos sufren, ellos, se pasan la pelota. Las empresas, previo a la tormenta, ya venían afectando el servicio a cientos de vecinos con cortes totales y parciales y dejando a sin luz a barrios enteros por las noches, en medio del calor insoportable del verano. El Gobierno K no se atrevió a meterse en la discusión, porque le toca su parte. No se ha metido con las empresas prestadoras privatizadas, más que para autorizar aumentos de tarifas usurarias. Sobre el servicio no discute, porque implica cuestionar los intereses de estas empresas.

A dos días de la tormenta quedan 2.180 usuarios sin luz. La incapacidad de los Gobiernos, tanto de la Ciudad como el Nacional, muestran que la única salida posible queda en manos de los trabajadores. Se debe expropiar y estatizar a las empresas que no cumplan con la prestación del servicio, poniéndolas bajo control de los trabajadores y usuarios, para poner en nuestras manos los servicios básicos de luz, gas y electricidad en pos de llevarlos a todas las familias.

Macri y sus funcionarios son responsables por no realizar las obras necesarias, mientras siguen con sus enormes negociados inmobiliarios y de la construcción en la Ciudad. Debemos discutir e imponer un plan de obras públicas controlado por los trabajadores y vecinos. Un plan de obras públicas que sirva a su vez para generar trabajo genuino, y mejorar decididamente el nivel de vida de amplios sectores de la población.

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