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AYER CONTRA LOS TERRATENIENTES

La rebelión de 1912

Lucho Aguilar

26 de junio 2008

“¡Huelga por tiempo indeterminado!” fue la consigna ovacionada en la Sociedad Italiana de Alcorta (Santa Fe), el 25 de junio de 1912. Cientos de pequeños chacareros se habían reunido para enfrentar a los terratenientes de la Sociedad Rural. Eran parte de las familias obreras o campesinas que habían llegado desde Europa a fines del siglo XIX, sin más recursos que sus brazos para trabajar. Los terratenientes, que ya se habían repartido las mejores tierras a punta de fusil, entregaron parcelas a los primeros chacareros. Los dueños de la tierra buscaban extender el cultivo de cereales y preparar sus campos para el ganado de exportación, explotando a peones y colonos. Las mayoría de los 75 mil chacareros que poblaban en esos años la pampa eran medieros, aparceros o arrendatarios, que temían ser expulsados de las chacras.
El hastío a esa expoliación y las tradiciones de lucha que traían de sus orígenes, fue sembrando la rebeldía. El reclamo de Alcorta incluía una rebaja en los porcentajes de los arrendamientos; que el contrato sea de 5 años como mínimo y que el porcentaje entregado al terrateniente sea del total y no del mejor grano.

El movimiento pronto se extendería, con huelgas y acciones que involucraron a más de 120 mil habitantes de la región. La lucha duró varios meses, sufriendo la represión policial y de las bandas paraestatales, que incluyó el asesinato de Netri, Mena y otros dirigentes federados.

El Grito de Alcorta logró algunas concesiones de parte de los terratenientes, y abrió una década en que los chacareros pudieron mejorar sus condiciones de contratación y arriendo. Nunca se planteó llegar tan lejos como otros estallidos que, como la Revolución Mexicana de 1910, lograron trastocar la estructura económica y social del campo. Aún así, ese mismo año se puso en pie la Federación Agraria, que en su primer congreso planteó la reforma agraria integral.

Luego de las primeras décadas de conflictos, la acumulación de capital permitió a importantes sectores convertirse en propietarios de las tierras que arrendaban. Si en la década del ‘10 habían sellado alianzas con sectores obreros, la década del ‘20 los encontró reclamando el orden contra los obreros rurales que se levantaban desde la Patagonia a La Pampa. Ya con los sectores anarquistas y socialistas desplazados de la dirección, la Federación Agraria saludaba el golpe del General Uriburu contra Yrigoyen: “la Nación ha hecho una vez más honor a su glorioso origen y después de un profundo accidente histórico ha vuelto a juntarse con su destino. La revolución ha triunfado”. (La Tierra, septiembre de 1930).

La pelea por una mayor cuota en la distribución de la ganancia y la renta agraria fue conformando una alianza más o menos estable entre la pequeño burguesía agraria hasta sectores capitalistas medios que fueron incorporando cada vez más mano de obra asalariada. Hoy, esas tendencias históricas se hicieron más evidentes, en medio del lockout patronal que lleva 100 días. La Federación Agraria es, aún con su perfil discursivo, uno de los puntales de pelea por la distribución de la renta entre los sectores burgueses del campo y la ciudad. El botín que roban a los trabajadores y el pueblo pobre.

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