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La no reelección de Fellner, el PJ y la lucha de los trabajadores en Jujuy

16 de noviembre 2006

Una vez que Fellner renunció a un tercer mandato como gobernador, presidió un acto en la sede central del PJ donde llamó al aparato a transformar “la bronca” por su retiro, en “gobernabilidad y gestión”, para que el peronismo se mantenga en el poder para el 2007. Fellner volvió a asumir la presidencia del PJ en la provincia y llamó a que quienes quieran comenzar la “carrera proselitista” para el 2007, lo hagan, pero renunciando a sus actuales cargos: un “llamado de atención” para poner orden en el aparato político. En pos de resolver un problema de “imagen nacional”, el kirchnerismo le causa una complicación al PJ jujeño (el mismo aparato podrido de los ’90 que lleva adelante los planes de Kirchner). Un dato no menor fueron la crisis y divisiones del PJ en distintas líneas internas durante las “crisis sociales” de los ‘901.
El ministro Fernández saludó a Fellner por los medios como el artífice de la “estabilidad” y la “buena administración” de Jujuy en el último período. Pero lo cierto es que la estabilidad llegó luego del agotamiento del ciclo de lucha de clases (estatales en el ‘93-’95; desocupados en el ‘96 y ‘97). Ese ciclo de lucha se dio cuando la desocupación (según datos “oficiales”) trepó al 19,7% en el ’97, de un 5 o 6% en el ‘93. Menem -desindustrialización mediante-, dejaba que los “bordes” del país estallen (como también Salta y Neuquén), con su política de “austeridad fiscal”. Allí, en el marco de la crisis económica y fuerte lucha de clases, fue cuando el PCR-CCC y Santillán cumplieron un rol de contención y desvío, ya que diluyeron la fuerza obrera y popular en las “multisectoriales”, donde curas y empresarios negociaban en desmedro de los reclamos obreros. Finalizado el ciclo, con cooptación y represión, llegó Fellner, a fines de 1998.

La situación actual
Desde entonces la política de enviar partidas más regularmente, refinanciando las deudas de Jujuy y demás “provincias chicas”, fue lo que permitió que se paguen los salarios estatales “en tiempo y forma” y se den subsidios masivos a los desocupados, donde la CCC fue la primera en crecer como un gran “sindicato de desocupados”; y para debilitarla en el último período el gobierno, le dio más prebendas a la “Tupac Amaru”-CTA (política para dividir a los desocupados).
También se mantienen desde entonces infinidad de microemprendimientos, “cooperativas de trabajo” y demás, que lograron un “colchón” de consentimiento reformista de las masas para con el gobierno. Así, “Fellner lo hizo”: ya cumplió dos mandatos en una situación de relativa paz social. Por ello el elogio a la “buena administración” -de una de las provincias más pobres del país- es funcional a los planes de los empresarios y de “pacificación social” que necesita el gobierno nacional, desde Duhalde en adelante.

La apuesta del PTS
No sabemos cuándo y cómo resolverá el PJ esta “crisis de candidatura y conducción”, pero es seguro que buscará cerrarla para las elecciones. Los trabajadores debemos salir nuevamente a la lucha, organizándonos desde las bases dando una respuesta propia. Pese a la pasividad más general, en los últimos años emergieron distintas luchas obreras (La Esperanza, 1999-2000; la UOCRA, 2002; Zapla, 2004 y 2005), y recientemente la Coordinadora de Trabajadores en negro. Desde el PTS sostenemos que allí están las fuerzas para poner en pie una herramienta política propia, obrera y popular, que luche contra el estado de los capitalistas.

1 Dice la prensa burguesa que la nueva situación “abre, como hace tiempo no sucedía, un terreno de incertidumbre política que asusta a algunos y alienta la esperanza de otros” (El Tribuno de Jujuy, 6/11). Una semana después señalaba: “No hay que olvidar que la sucesión asfixiante de gobernadores en la década del ’90 tuvo entre su principal razón, una feroz interna justicialista que no medía consecuencias ni secuelas. En bambalinas, un ex gobernador comentó alguna vez que durante su mandato debió sufrir gobiernos paralelos, desinformación y desconfianza que hacía compleja la tarea diaria” (ídem, 13/11). De todas maneras señalemos que esta nota exagera el aspecto de crisis política del PJ, minimizando el aspecto estructural de aumento sideral de la desocupación en los ’90.

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