Decenas de asambleas se ponen en pie en la barriadas más golpeadas por la masacre. Sucede que los jóvenes sabemos que fue un golpe a todos y que cualquiera pudo haber estado en Cromañón. A los gobiernos y municipios que quieren silenciar con suculentas indemnizaciones a las víctimas, les decimos que va a costarles callar la bronca de los nueve millones de jóvenes que vivimos al borde y bajo la línea de pobreza, verdaderas víctimas de esta masacre. No Pasarán, que entre sus filas cuenta con amigos de los asesinados y sobrevivientes y sobreponiéndonos a la tristeza y bronca por la enorme pérdida de centenares de pibes, puso toda su energía en la organización de asambleas juveniles en decenas de barrios. Lejos de la realidad que pintan los medios que muestran a jóvenes ricachones tomando sol en Punta del Este, la inmensa mayoría de la juventud está en los barrios y en los trabajos intentando encontrar respuesta a semejante atropello.

Fue en Once donde decidimos organizar la primer asamblea que rápidamente se extendió como ejemplo al Gran Buenos Aires: Lomas, Avellaneda, Quilmes, San Martín, Villa Celina. En La Matanza, donde hay la mayor cantidad de victimas, se empezó a formar una asamblea donde participan jóvenes de Villa Scasso, R. Castillo, Laferrere, Merlo, Casanova y Ramos Mejía que decidieron realizar un festival para llegar a miles de jóvenes.

Los jóvenes secundarios del No Pasarán sacaron los candados que cerraban la puerta de los colegios y se empezaron a organizar por el castigo a los culpables. En el Bellas Artes de Quilmes se hacen asambleas y se prepara una movida cultural. Una organización similar se gesta en el Joaquín V. González, donde por las deplorables condiciones edilicias, se baraja no empezar las clases. Tenemos que destacar la comisión juvenil conformada junto a los trabajadores de Cromañón en San Telmo que organizan la movida por Pato y denuncian lo que era una masacre anunciada. En el interior la indignación y bronca no reconoció fronteras y se hicieron asambleas, marchas y se preparan festivales y otras acciones a un mes de la masacre.

No Pasarán orientó todas sus fuerzas a la juventud trabajadora, por eso organizamos brigadas de agitación en empresas, fábricas y supermercados, lugares donde son muchos los Chabanes que administran sus ganancias a costa del sudor y explotación de los jóvenes trabajadores. Precarizados, contratados y en negro, la juventud trabajadora está a merced de inescrupulosos empresarios (igual o peor que Chabán). Las mediáticas y maratónicas inspecciones llevadas adelante por Ibarra y Juanjo Alvarez son una verdadera confesión de partes que demuestra que la Capital es una bomba de tiempo, producto de la corrupción, que sólo la organización y movilización juvenil junto a los trabajadores podrá desactivar.