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Internacional

ARDE FRANCIA

La huelga es a todo o nada

Esta mañana, éramos 3.000 huelguistas de diferentes sectores (funcionarios, docentes, trabajadores de la energía, de la salud, del transporte, con los trabajadores de Air France, controladores aéreos y técnicos del aeropuerto...) tratando de bloquear el acceso al Aeropuerto Charles de Gaulle y a Roissy.

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21 de octubre 2010

por Yann* desde Francia

Esta mañana, éramos 3.000 huelguistas de diferentes sectores (funcionarios, docentes, trabajadores de la energía, de la salud, del transporte, con los trabajadores de Air France, controladores aéreos y técnicos del aeropuerto...) tratando de bloquear el acceso al Aeropuerto Charles de Gaulle y a Roissy. La policía nos reprimió con gases cuando intentábamos sortear el cordón policial. Entonces decidimos movilizarnos a las diferentes terminales del Aeropuerto. Estábamos todos muy motivados y cantaban consignas a favor de la huelga general y por la renuncia de Sarkozy.

Más allá del ataque que significa la reforma de las jubilaciones para el conjunto de los trabajadores y de su carácter regresivo, el movimiento actual comienza a concentrar otras reivindicaciones y problemas sociales, el problema del desempleo y por consiguiente la necesidad del reparto de las riquezas y del tiempo de trabajo, el problema de quién pagará la crisis y de cuál será el futuro de la juventud...

Trabajando con los niños, los jóvenes y las familias del 93, yo veo que en la situación actual ellos sienten que no tienen futuro. No hay viviendas, no hay trabajo. Sufren una discriminación violenta por su pertenencia étnica y su situación social. Sus padres son explotados, mientras que una minoría rica vive una vida de lujo. Hay 30.000 niños en el 93 que no van al colegio y el desempleo y la precariedad son aplastantes. Esta falta de perspectiva lleva cada vez más a un tipo de individualismo, donde el dinero y las ganancias son los valores predominantes. La juventud desconfía de todas las instituciones. Ahora esta juventud empieza a movilizarse y lo hace por sus propias razones y con las herramientas que encuentran a su alcance. Es tarea del movimiento de los trabajadores ofrecer una perspectiva a los jóvenes, más allá de la cuestión de las jubilaciones; es necesario elaborar junto a ellos un programa político capaz de dar respuesta a sus problemáticas. La prueba es que cada vez que nos manifestamos organizadamente con los jóvenes en Saint Denis, donde los enfrentamientos y la quema de autos son cotidianos, nunca hubo incidentes.

Si estoy en huelga y en la lucha desde hace semanas y si me comprometo con el movimiento, es porque creo que no podemos perder esta batalla contra la burguesía y su estado. Ni de cara a esta juventud, ni de cara al conjunto de los trabajadores de Francia y del mundo entero. Y para resistir y triunfar no hay otra opción más que la huelga general y el bloqueo de la economía capitalista. Si triunfamos en este punto, estaremos en mejor posición para poner sobre la mesa el resto de las problemáticas.

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