(PTS, 20/02/10) Mientras los porteños todavía se estaban recuperando de la inundación del lunes, otra precipitación intensa volvió a mostrar ayer las graves consecuencias de la desidia del gobierno de Macri. La promesa de campaña de entubar el arroyo Maldonado hizo agua, y es el pueblo quien paga las consecuencias. ¡Que no utilicen más argumentos falsos, culpando sólo a los gobiernos anteriores o prometiendo que esto estará resuelto en el 2012!. Las cifras millonarias otorgadas a los empresarios de la construcción para emprendimientos de lujo, fueron en desmedro de invertir en viviendas populares e infraestructura, tanto a nivel municipal como nacional. Este desastre no es solo porteño, en estos días vimos como las principales ciudades del conurbano bonaerense también se inundaron.

Esto sin mencionar la falta de inversión por parte de las privatizadas, que mientras fugan sus ganancias al exterior, esta semana dejaron sin luz a miles de vecino, y siguen recibiendo millonarios subsidios de parte del gobierno “nacional y popular” de Cristina.

Las escenas que pudimos ver en estos días en las calles eran dignas de una película estilo catástrofe de Hollywood. Y no sólo en la ciudad de Buenos Aires: en el conurbano bonaerense dos hombres murieron electrocutados en las vías del tren, cuyo servicio se paralizó por la tormenta, en Laferrere, un niño fue arrastrado por la corriente y continúa desaparecido. Y en Lanús se derrumbó parte del techo del estacionamiento de un shopping, en un lugar muy concurrido.

¡No se puede culpar a la naturaleza por los resultados dela voracidad caitalista y la falta de inversión, mientras los fondos se utilizan para solventar las ganancias de las constructoras en el caso porteño, o se subsidian a las grandes empresas por parte del estado nacional! Sin olvidar que la brutalidad de los fenómenos climáticos es provocada por la explotación irracional de los recursos naturales por las empresas, con la protección de los distintos gobiernos, como vimos en la represión perpetrada esta semana por la gendarmería nacional contra los vecinos del pueblo de Andalgalá en Catamarca, que se oponen a un proyecto de minería a cielo abierto que comprometería la salud de varias generaciones.

Lamentablemente, no se trata de ciencia ficción sino de la realidad a las que nos someten estos gobiernos a los cuales no les interesan nuestras necesidades, sino seguir trabajando a beneficio de los empresarios. La destrucción y tragedia frente a los fenómenos climáticos son consecuencia de la contaminación por parte de las empresas, y la falta de obras públicas que podrían realizarse si se abocaran fondos para este fin, dando empleo genuino a centenares de desocupados que hoy tienen que sobrevivir con subsidios de miseria.

El odio social que se viene generando, debemos encaminarlo contra los gobiernos nacional, provincial y nacional y las empresas privatizadas.
Desde el PTS planteamos, que para lograr una resolución definitiva a esta situación de desprotección debemos pelear por un plan serio de obras públicas bajo control de los trabajadores y la población, para acabar con las inundaciones. Esto mientras peleamos por la nacionalización bajo control de sus trabajadores de las empresas privatizadas y acabar con los cortes de luz. Esta es la única alternativa realista en este momento, ya que ni los gobiernos municipales, provinciales o nacional intentarán más que poner parches para evitar el estallido popular ante las cada días más difíciles condiciones de vida del pueblo trabajador.

PTS Capital Federal