La próxima elección para Asamblea Constituyente en la provincia de Misiones encuentra a Kirchner promoviendo la candidatura del gobernador Carlos Rovira, quien pretende introducir modificaciones legales en la Constitución de tal modo que habiliten su reelección a perpetuidad. El currículum de Rovira presenta denuncias por corrupción, nepotismo y vínculos con personajes siniestros como Adolfo Duarte, ex asesor del gobierno provincial durante la dictadura militar. Por otro lado, el Frente Unido por la Dignidad (FUD), compuesto por la CTA, la CGT, la UCR, el ARI, el PS y el PC, impulsa como primer convencional constituyente al obispo Joaquín Piña bajo la consigna “no a la reelección”. Piña es auspiciado bajo la tutela del cardenal Bergoglio y de Ramón Puerta, ex gobernador menemista, ex padrino de Rovira, y dueño de uno de los imperios yerbatales más importantes de la provincia, donde impera un régimen de semi esclavitud. Lamentablemente, la CTA vuelve a reeditar su política propatronal: después de haberle proporcionado al gobierno de Kirchner numerosos dirigentes sindicales en calidad de funcionarios, ahora cuece habas nada menos que con menemistas y la Iglesia reaccionaria en “defensa de las instituciones democráticas”. Evidentemente, ninguna de las dos “opciones” contempla las necesidades y las demandas de los trabajadores, los campesinos y los pobres de la ciudad y el campo. Es una asamblea constituyente trucha que sólo se propone saldar las diferencias entre las distintas fracciones patronales en oposición a los intereses de las grandes mayorías populares. Desde el PTS llamamos a no votar y luchar por una política obrera independiente.