Los últimos días se publicó el resultado de una “rosca” que se venía cocinando desde hace meses: en una reunión en Odontología, 12 de los 13 decanos de la UBA sellaron un pacto entre las dos “familias” fundamentales de las camarillas universitarias: la radical, y la centroizquierda K. Clarín anuncia sin mucho firulete que el consenso es poner “dos decanos kirchneristas” en el Rectorado. Así, el gobierno K se juega a hacer con los decanos de la UBA lo que hizo con ciertos organismos de DD.HH., medios de prensa, dirigentes sindicales y de la “oposición”. Es decir, cooptarlos hasta el final. ¿El cemento para sellar la boda entre sectores otrora “irreconciliables”? Adivinó: la enorme caja ($$) de la UBA que, ¡oh azar!, se engrosaría con un anunciado aumento de Filmus, el Roberto Galán de este culebrón.
Ahora los artífices de este “matrimonio por conveniencia” discuten cómo enfrentar a un indeseado invitado: el movimiento estudiantil, los centros y la FUBA, que bloquearon las sesiones de la Asamblea Universitaria. Para esto el gobierno, mientras se niega a mover un dedo para que aparezca López, ofrece las mismísimas instalaciones del Congreso para reunirse al resguardo de la Policía Federal. Todo un símbolo de este pacto reaccionario.

La crisis orgánica sigue abierta
El verdadero “Pacto de Olivos” entre los decanos confirma que lo que los separó estos meses no fueron grandes debates ideológicos, la discusión de cómo conseguir salario para los trabajadores universitarios, o cómo la UBA pone a disposición del pueblo trabajador sus recursos tecnológicos y económicos. No: fueron diferencias tan profundas como puede serlo un bolsillo. El “plan de gobierno” de los decanos es una mera repartija de secretarías como cotos de caza. Al igual que ciertas aves carroñeras, mientras la UBA se debate en una crisis presupuestaria y política, la agonía de la universidad de la LES, las camarillas que provocaron esta situación aplicando aspectos de dicha ley, privatizando secciones de la universidad, rapiñando el presupuesto, y acompañando con el silencio a Menem y con aplausos a De la Rúa, hoy pretenden cerrar la crisis orgánica de la UBA con un pacto ilegítimo.

Una salida progresiva: una Asamblea Universitaria Constituyente
Las declaraciones de los decanos son un “tributo” al movimiento estudiantil, que viene denunciando la crisis de la UBA. Ahora hablan de “reformar los estatutos”, de rediscutir el “rol social de la universidad”. Es decir que han abandonado la “táctica Tuta Muhamad” que usaron con la burocracia de APUBA y toman, aggiornados, los reclamos estudiantiles, para “camuflar” su voluntad de perpetuarse en los órganos de gobierno.
Solamente con la intervención independiente del movimiento estudiantil, docente y de no docentes combativos, la UBA puede tener una salida progresiva, imponiendo una Asamblea Universitaria Constituyente con mayoría estudiantil, claustro único docente y voto de los no docentes, que ponga la UBA al servicio de los trabajadores. No dar apoyo a los decanos para la próxima Asamblea Universitaria es fundamental, cuestión en la que coincidimos con la conducción de la FUBA. Pero esto es necesario hacerlo en cada facultad, por lo que cuestionamos la subordinación del PO, la CEPA-PCR y el MST-Alternativa a los decanos Sorín en Arquitectura, y Trinchero en Filosofía, o el voto del PO al kirchnerista Salgado en Comahue. En el Centro de Sociales, donde somos parte de la conducción como parte de Oktubre, el Centro enfrenta al decano Schuster, lo que nos ha valido numerosos ataques. No se puede luchar por democratizar la UBA con los decanos K, por lo que llamamos a los compañeros a abandonar esta política.

Movilizarse masivamente para impedir la Asamblea Universitaria
Los anuncios afirman que la Asamblea Universitaria será a fin de año, a espaldas de los estudiantes. Debemos oponerles una movilización realmente masiva, realizando asambleas, comisiones, e instancias interfacultades. Tenemos que aspirar a organizar al sector más amplio posible de estudiantes, y no solamente al más organizado y activo, contra este enclave reaccionario. La marcha del 18 de noviembre, a dos meses de la desaparición del compañero López, debe servir de preparación para enfrentar al pacto de los K y los radicales para perpetuarse en la UBA.