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Comunicados de prensa

EL PRESIDENTE POSTERGO SU VIAJE A SANTA CRUZ

Kirchner y Solá, envueltos desde la madrugada en un clima de tensión

Prensa PTS

29 de diciembre 2006

Aníbal Fernández levantó el teléfono de su oficina y se comunicó con Néstor Kirchner: "Tenemos otro testigo desaparecido en la provincia de Buenos Aires", le dijo. Fue ayer a la mañana, temprano, cuando el ministro se enteró del caso de Luis Gerez, en Escobar.

También le contó que este albañil no declaró contra Miguel Etchecolatz, como sí lo había hecho Jorge López, el otro albañil desaparecido en La Plata. Gerez, escuchó el Presidente, fue quien sindicó a Luis Patti como torturador en una sesión del Congreso.

Una par de horas después de ese diálogo, Kirchner decidía postergar su viaje a Santa Cruz, donde pasará Año Nuevo. Es probable que lo haga hoy.

"Esto es gravísimo", decía ayer a Clarín un alto funcionario nacional, convencido de que la desaparición de Gerez está vinculada a su papel de denunciante. Sin embargo, en la Casa Rosada y en el Gobierno provincial parecían desligar a Patti del asunto, más allá de que no es un personaje querido en esos ámbitos.

Kirchner, Fernández, la SIDE y Seguridad de la Provincia acordaron actuar y mostrarse en una actitud opuesta a la letanía que imperó en las horas posteriores al secuestro de López. Y poner recursos policiales y de inteligencia en forma inmediata al servicio de la búsqueda de Gerez.

Felipe Solá, para quien el día de ayer fue realmente de pesadilla, llegó a la Rosada al mediodía para participar del acto en el que Kirchner recibió los atributos de mando que pertenecieron a Héctor Cámpora.

Se reunió con el Presidente en su despacho. También participó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. "Es de los nuestros; milita con nosotros"; explicó Solá, en referencia a que Gerez adhiere políticamente al Movimiento Evita, de Emilio Pérsico.

En ese cónclave, Solá habría recibido la "orden" de acordar la búsqueda de Gerez con el Ministerio del Interior. Kirchner habría abonado la teoría de que, como en el caso López, lo de Gerez huele a secuestro y es en contra de su política de derechos humanos y de revisión del pasado.

Mientras esto sucedía, los secretarios de Derechos Humanos de Nación y Provincia, Eduardo Duhalde y Edgardo Binstock, se reunían en un aparte con el secretario de Seguridad, Luis Tibiletti y un enviado de León Arslanián. Todo era preocupación y análisis sobre los motivos de la desaparición, el posible mensaje. El día todo mostró un incesante cuadro de reuniones y tensión.

Solá se había enterado del caso de madrugada. Lo despertó con la noticia Roberto Vázquez, subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal. Lo primero que hizo el gobernador fue hablar por teléfono con la madre y la esposa de Gerez y con el actor Alberto Fernández de Rosa, un compañero de militancia del testigo desaparecido.

A la tarde, Aníbal Fernández se reunió con Solá en la sede porteña del Banco Provincia. Por un rato, dejaron sus históricas diferencias de lado: había que trabajar sobre la orden de Kirchner de unificar criterios. Estuvieron poco más de una hora, luego de la cual Fernández designó a dos comisarios inspectores en Escobar, del área Investigaciones de la Policía Federal, para trabajar con los de la Bonaerense.

Ya entrada la noche, Solá se cruzó desde el Banco Provincia al despacho presidencial. "Descarten cualquier alternativa que no sea la del secuestro", le ordenó el gobernador, un rato antes, a los investigadores.


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