Los trabajadores, a la vez que producen cada vez más, no sólo ganan por debajo de la inflación, en promedio, sino que cada vez están más lejos de mejorar su nivel de vida, y hoy les resulta cada vez más difícil acceder a una vivienda, un auto o encarar las vacaciones. También se puede afirmar que mientras la burguesía goza de todos los beneficios de la sociedad, los hijos de la clase obrera, o los jóvenes trabajadores se encuentran cada vez más lejos de gozar de mínimos beneficios, como una pilcha de moda o los pesos necesarios para salir a pasear, y lo que es más importante, el acceso a la educación secundaria y universitaria. Gracias a esta política de Kirchner, si hay alguna movilidad social, es hacia abajo.

La inflación
Según el INDEC el costo de vida se incrementó en un 86,17% entre fines de 2001 y setiembre de 2006, mientras que los salarios subieron, en promedio, el 80,6%. Del conjunto de los asalariados, los trabajadores en blanco le ganan a la inflación con un aumento del 117,97%, mientras pierden por goleada quienes cobran en negro y los estatales con una suba del 51,09% y 37,59% respectivamente.

Ganancias capitalistas
Los empresarios se benefician a pesar de los controles, en primer lugar por la diferencia entre el aumento de los precios y los salarios, pero también porque al aumentar la población ocupada aumenta el consumo y venden más. Gracias a esto mientras el margen de ganancia se mantiene estable, aumentan los ingresos por la mayor venta.
Pero además cuentan con otro recurso, a la vez que mantienen estables los precios de los productos que mide la canasta del INDEC, aumentan los precios de los productos más sofistificados o “de marca”, así en el último tiempo se pudo ver fuertes aumentos en los productos textiles, zapatos, micros de larga distancia y esparcimiento. Por ejemplo se estima que este año veranear costará un 20% más que el anterior, entre muchos otros. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, autorizó aumento para los colegios privados y ahora están presionando las obras sociales prepagas. Así los empresarios además de ganar por la mayor mercadería vendida también incrementan sus márgenes de ganancia. En otras palabras, con estos productos compensan las mayores ganancias que no pueden obtener en los que son controlados por el gobierno. El secretario de Comercio, consciente de esto pretende que el INDEC cambie la metodología para medir la inflación, sacando del índice los incrementos de precios de los restaurantes y los deliverys, si no lo puede controlar quiere que no se note.
Otro elemento muy importante es que la producción de los bienes están concentrados en pocas manos, un oligopolio, por lo que no tienen problemas en ponerse de acuerdo entre ellos para evitar los tibios controles del gobierno. Un ejemplo de esto fue el aumento que los empresarios de la medicina privada lanzaron en bloque a fines de octubre.
De tal manera, según el Clarín del 28/9, mientras el índice de inflación del año estaría en el 10%, la suba de todos los precios se ubicaría en un 14%.
Esta es la forma en que, a pesar de la supuesta “dureza” de Moreno (actualmente más “ablandado”), el gobierno le permite a los capitalistas mantener sus enormes beneficios.