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Comunicados de prensa

CHARLA CON DIRIGENTES OBREROS DEL PTS

Intelectuales y clase obrera en la argentina de hoy.

Prensa PTS

26 de octubre 2004

Facultad de Humanidades y Artes, Rosario
 
Charla: Intelectuales y clase obrera en la argentina de hoy
 
Con la presencia de Celia Martínez, obrera de Brukman, Chiche Hernández, delegado de SIDERAR, y José Montes, delegado del Astillero Río Santiago. Los tres son destacados dirigentes obreros de procesos muy importantes en la clase obrera en los últimos años.
 
Celia Martinez, destacada dirigente obrera en el fenómeno de las fábricas ocupadas y puestas a producir por sus trabajadores. José Montes, en la lucha contra la privatización del ARS –que no pudo concretar ningún gobierno hasta ahora- y en la lucha contra la burocracia de ATE, recuperando el cuerpo de delegados por sección. Chiche Hernández, que fue parte de la lucha contra la privatización de SOMISA a principios de los 90 y hoy enfrenta en SIDERAR a la patronal de Techint y la burocracia de la UOM. Los tres son, además, dirigentes nacionales del Partido de Trabajadores por el Socialismo, PTS.
La charla se desarrolló durante casi dos horas, con la presencia de más de 80 personas, fundamentalmente estudiantes universitarios y secundarios, pero también con la participación de trabajadores de San Nicolás, docentes, una delegación de la Comisión de Acción Gremial de Empleados de Comercio de Rosario, el presidente del Centro de Estudiantes de Humanidades (MST) y otros.
La charla fue organizada por la Agrupación En Clave Roja (PTS e independientes), desde la Secretaría Obrero Estudiantil del Centro de estudiantes de Humanidades, y por la agrupación juvenil Tinta Roja.
 
Josefina Martinez, ayudante de cátedra de primer año de historia y dirigente regional del PTS, presentó a los invitados para la mesa de debate, planteando el orgullo que teníamos de poder realizar esta charla en la facultad, con estos destacados dirigentes obreros. Introdujo a los oradores planteando un breve recorrido histórico sobre la relación entre intelectuales y clase obrera a lo largo del siglo XX en la argentina. Considerando el momento de las primeras décadas del siglo, cuando la clase obrera en nuestro país empezaba a constituirse como tal, desarrollando combativos métodos de lucha, tendencias a la huelga general, y una militancia de socialistas y anarquistas impulsando la formación de los primeros sindicatos por oficio y federaciones. Y cómo este proceso en la clase obrera, que produjo gestas heroicas como la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde, tuvo sus repercusiones en los medios estudiantiles e intelectuales, más aún después de la gran revolución Rusa que tuvo eco en todos los continentes. Que el movimiento de la reforma universitaria de 1918 no podía entenderse por fuera de estos sucesos, en un movimiento que cuestionaba a los docentes reaccionarios, a las formas anquilosadas de gobierno en la universidad y presentaba la necesidad de una “hora americana”. Aunque señaló que éste movimiento tuvo limitaciones al centrarse en una lucha “generacional” y sin identificar claramente a la clase obrera como el sujeto central de transformación social, lo que llevaría luego a algunos “reformistas” a dar la espalda a los trabajadores reprimidos por el gobierno radical. Señaló luego como otro momento el que abre el peronismo en el poder, con una clase obrera que gana en conquistas y fuerza social, pero subordinada a un movimiento político burgués. Y que la intelectualidad y la universidad toda se pasa al bando gorila, siendo base de sustento de la política pro-yanki, que acompañaban también el PS y el PCA. Y el punto culminante de este momento será cuando la FUA apoya el golpe gorila del 55 contra los trabajadores. Por último planteó que a partir de los años 60, con el impacto de la revolución cubana, la lucha por la laica o libre, la resistencia a la guerra de Vietnam, se fue revirtiendo este proceso, para dar lugar, a partir del 68, luego del mayo francés, a una tendencia a la unidad obrero estudiantil en las calles. Rosariazo, Cordobazo, Villazo, doble poder estudiantil en filosofía y letras de la UBA. Los estudiantes no sólo se unían a los trabajadores en las calles sino un sector de ellos lo hacía abrazando una perspectiva revolucionaria de transformación de la sociedad. Con las derrota que significó la dictadura, y el retroceso de los años 80 y 90, el movimiento estudiantil se trasformó en un movimiento despolitizado y que rechaza en general la militancia política. Sin embargo, Josefina planteó que desde En Clave Roja y el PTS en la universidad luchamos por la unidad con la clase obrera y por una nueva generación de intelectuales marxistas revolucionarios, y que hoy nuestra lucha se apoya en los procesos que está comenzando a desarrollar este nuevo proletariado en nuestro país, desde las fábricas ocupadas como Brukman y Zanon, hasta los procesos de lucha contra la burocracia en importantes gremios.
Con esta presentación se dio paso a los oradores obreros.
Celia Martinez relató la experiencia de los trabajadores que ocuparon su fábrica un 18 de diciembre del 2001. Cómo al principio no pensaban poner a producir la fábrica, sino sólo esperar a que volvieran los patrones. Pero que luego, y al empezar a entrar en contacto con jóvenes y militantes, esta idea de producir bajo control obrero fue cobrando fuerza en varios de de ellos. Contó la importancia de haber descubierto que las fábricas producen sin patrones, pero no sin trabajadores. Y destacó una y otra vez la importancia del apoyo recibido, tanto de las asambleas populares, como de militantes, y los estudiantes, que colaboraron con el fondo de huelga organizando la campaña “un estudiante-un peso” para juntar dinero para los trabajadores. Que varias veces sufrieron intentos de desalojo, pero ellos convencidos de que tenían que volver a la fábrica lograron cada vez el apoyo de trabajadores, desocupados, estudiantes y asambleístas para poder regresar. Que un momento muy duro fue la resistencia en la carpa afuera de la fábrica, y que nuevamente el apoyo nacional e internacional fue fundamental para poder seguir la lucha. Contó luego que su proyecto inicial era la lucha por la estatización bajo control obrero, para poder producir para los hospitales, en servicio a las necesidades sociales. Y que finalmente lograron volver a la fábrica. Pero que sin embargo, se ha producido un retroceso, dado que la mayoría de los trabajadores en el país confían en este gobierno, y que esto repercute al interior de la fábrica. Que sin embargo un grupo de trabajadores de Brukman sigue convencido que tienen que luchar por la expropiación definitiva de la fábrica, dado que las expropiaciones transitorias que cede este gobierno más tarde o más temprano se van a terminar, y esto se convierte en una espada de Damocles sobre los trabajadores. Para terminar, Celia relató cómo ha partir de toda esta experiencia ella se convirtió en una militante conciente, hoy en el PTS, y que lejos de lo que planteaban algunos, los trabajadores tienen que hacer política, para los trabajadores.
Ante una pregunta de una estudiante, Celia volvió a destacar que en la lucha siempre fue muy importante el apoyo recibido de la población, y que hasta a nivel internacional recibieron colaboraciones para el fondo de huelga.
También mencionó la importancia de los tres encuentros de fábricas ocupadas que organizaron junto a los trabajadores de Zanon y de otras fábricas y sectores en lucha, y cómo a partir de estos encuentros tomó vida el periódico Nuestra Lucha.
En ese momento le cedió la palabra a Chiche Hernández, que comenzó su intervención contando que el último fin de semana estuvo invitado en la zona norte del Gran buenos aires, zona de gran importancia para la clase obrera argentina, ya que allí se organizaron en los años 70 las coordinadoras interfabriles. Fue allí invitado para la inauguración del primer local del periódico Nuestra Lucha, y compartió el evento junto a trabajadores del Astillero, de la lista bordó de ferrocarriles, de la lista celeste y blanca antiburocrática de la alimentación, y otros. Hizo hincapié en que el periódico Nuestra Lucha no sólo permite expresar y conocer las experiencias de otros trabajadores, sino también comenzar a organizarse y agruparse con trabajadores de otros gremios que padecen problemas similares. “El periódico Nuestra Lucha tiene un principio: que es un periódico antiburocrático, antipatronal, antigubernamental y anticapitalista. Y éstas son las base sólidas de este proyecto porque los trabajadores necesitamos dar pasos en el sentido de conseguir la independencia política de la clase obrera. Los trabajadores no podemos seguir yendo detrás de proyectos de sectores patronales ni en función de lo que hace la burocracia.” Mencionó entonces que la compañera Celia hizo famosa una frase espectacular: “si podemos dirigir una fábrica podemos dirigir un país”. Chiche planteó que había que discutir entre los trabajadores cómo formar un movimiento político propio. “Para decidir qué hacer con nuestro destino, con nuestro trabajo, cómo salimos a pelear, cómo nos organizamos entre los distintos sectores en lucha para poder estar más fuertes, para que las luchas no sean aisladas. Porque no hay imposibilidad de que los trabajadores del subte, el cuerpo de delegados del astillero, los mineros de Río turbio, de Zapla, y todos aquellos que han recuperado sus organizaciones empecemos a conformar una mesa de organizaciones obreras. Pero no sólo en la perspectiva de la lucha y la organización, sino también en la perspectiva política. Para enfrentar esa ideología nacionalista burguesía con que el peronismo le llenó la cabeza a los obreros… que había patrones buenos, que había milicos buenos, y que los trabajadores teníamos que ir detrás de esos sectores.”
Que los trabajadores, terminó Chiche, “somos la clase social que producimos todas las riquezas que un puñado de parásitos se lleva y disfruta, mientras por el otro lado tenemos un ejército de trabajadores desocupados, millones en la pobreza. Mientras en esta provincia la patronal cerealera que exporta se lleva 7.500 millones de dólares por año. Y que esas son las cuestiones que tenemos que empezar a discutir los trabajadores, para lo que necesitamos una herramienta política. Tenemos que avanzar en esa perspectiva revolucionaria para que la clase obrera se empiece a autoorganizar.”
 
José Montes comenzó a hablar contando que cuando venía viajando para Rosario desde Beriso, venía pensando qué distinto es hablar en una charla en la universidad o en los sindicatos sobre la clase obrera hoy, y que distinto era hablar de la clase obrera hace cuatro o cinco años atrás. Dijo que él tiene el orgullo de ser parte de la generación de los 70, con más de dos tercios de su vida militando bajo las banderas del marxismo revolucionario. Y que antes del 2001 cuando hablaba de la clase obrera tenía que referirse a las grandes gestas, a las grandes luchas del movimiento obrero en la década de los 70. Y que con justa razón cualquier joven que no había vivido esa época le podía decir “pero de qué clase obrera me habla usted, porque la clase obrera hoy no existe”. “Y ese discurso estaba aumentado producto de la derrota histórica que sufre la clase obrera desde el año 76 por la dictadura genocida, donde el 60% de los desaparecidos fueron activistas obreros. Y ese discurso no sólo estaba alimentado por la derrota histórica, el retroceso, sino también por las ideologías imperantes en la décadas de los 80 y los 90 que hablaban del fin de la historia y la desaparición de la clase obrera, que ya no era el sujeto social de la revolución como planteamos los marxistas revolucionarios. Que la definimos como la única clase capaz de llevar adelante un proceso de cambio profundo de esta sociedad y acabar con la explotación del hombre por el hombre.”
“A partir del 19 y 20 de diciembre empezó a cambiar la situación. Nosotros desde el PTS definimos esos hechos como jornadas revolucionarias, mientras otras organizaciones de la izquierda decían que había empezado la revolución en la argentina, y algunos llegaron a decir que era la revolución del “piquete y la cacerola” o revolución “de las cacerolas”. Nosotros lo definimos como jornadas revolucionarias, y que se habían destacado dos fenómenos progresivos, las asambleas populares, y el movimiento de desocupados (que había surgido en el año 96 en Cutral Có bajo el grito de trabajo para todos). Pero nosotros definimos desde el PTS, que a las jornadas revolucionarias del 19 y 20 le había faltado un actor central: la clase obrera como tal. Que producto del peso de la loza burocrática, de las derrotas anteriores, no había podido participar en forma activa. Pero que ese fenómeno empezó a expresarse de forma pequeña, a partir de las fábricas recuperadas. Que pusieron en cuestión a la propiedad privada capitalista. El “dogma sagrado” sostenido por más de 400 años de dominio capitalista, que la propiedad privada de los capitalistas no se puede tocar.”
“Lamentablemente ese fenómeno no se extendió a todo el país, lo que hubiera sido extraordinario. Pero si bien ese fenómeno no se desarrolló, en el último año empezó a aparecer un fenómeno nuevo, que para nosotros, los marxistas revolucionarios, es un hecho muy auspicioso, muy alentador, que es el surgimiento de un proceso al interior de los sindicatos y en las fábricas. Que es el proceso de la recuperación de los cuerpos de delegados, las comisiones internas y algunos sindicatos en determinados lugares.”
“Nosotros venimos de recuperar el cuerpo de delegados del astillero Río Santiago, teniendo el orgullo de ser una fábrica que no pudo ser privatizada, y el cuerpo de delegados de sección jugó un rol fundamental. Pero la importancia de los cuerpos de delegados no es un patrimonio sólo del Astillero. Los cuerpos de delegados y las comisiones internas son una gran conquista de la clase obrera argentina desde el punto de vista de la organización. Jugaron un rol fundamental por ejemplo en la resistencia peronista, la resistencia a la dictadura gorila. En el cordón industrial de Rosario, por ejemplo, los militares tardaron meses en poder controlar las fábricas, porque la resistencia estaba basada en la organización de fábrica, en la organización de base que eran los delegados y las comisiones internas.”
 “Por eso nosotros le damos mucha importancia a éste fenómeno que se empieza a expresar en el último tiempo que es la recuperación de los cuerpos de delegados y las comisiones internas. Por eso fue muy importante para los trabajadores del astillero recuperar el cuerpo de delgados. Nos quieren hacer creer que toda la historia de la clase obrera siempre empieza de cero, que no tenemos tradición, que no tenemos historia. Pero, no, hay tradiciones, hay historia.”
“Hay un proceso profundo en la clase obrera, democrático, antiburocrático. Y en las encuestas la burocracia sindical aparece como una de las instituciones más desprestigiadas. Aún cuando el gobierno de Kirchner logró capear el temporal de que se vayan todos y lograr cierta estabilidad, ayudado por la situación económica, y las ilusiones de los trabajadores en que es un gobierno distinto a todo lo que hubo hasta ahora. Pero la burocracia sigue muy desprestigiada. Y ese proceso se está dando en todo el país. Los mineros de Río Turbio que después de haber superado el drama de haber enterrado a los 14 compañeros luego de un accidente de trabajo, hicieron una asamblea, en la que exigieron la renuncia de la conducción de ATE de la seccional del Turbio. Los dirigentes de ATE se negaron, y cómo lo resolvieron los mineros… de la forma que a mi más me gusta para acabar con la burocracia. En esa asamblea le exigieron la renuncia a la conducción de Ate, la conducción se negó, y entonces los mineros de Río Turbio los echaron a trompadas, los obligaron a renunciar y en esa misma asamblea eligieron una comisión provisoria que es la que está conduciendo la lucha de los trabajadores.”
“Los trabajadores del Astillero presentamos la lista en u plenario abierto del que participaron más de 160 trabajadores, donde se decidió la conformación de la lista, y el color de la lista, como el mejor homenaje que les podíamos hacer a los mineros del turbio, decidimos entre todos ponerle lista negra. Nos presentamos como lista negra, le ganamos a la burocracia sindical, con los delegados elegidos por los trabajadores”
“Los compañeros de la alimentación, en un gremio donde hace más de 30 años no se presentaba una lista opositora, se presentó por primera vez, y si bien producto del fraude no logró ganar el gremio, en las concentraciones más grandes del gremio de la alimentación, Terrabusi, Pepsico, Bagley, Stany, es decir en las fábricas más grandes, ahí le ganaron a la burocracia de Daer. También en algunos sindicatos, como en las seccionales del SUTEBA del gran Buenos Aires, o el gremio docente en Rosario.”
“Otro ejemplo que muestra la importancia de los cuerpos de delgados es la lucha de los trabajadores de subterráneo. En semana santa en una lucha organizada por el cuerpo de delegados fueron a una lucha de 4 días hasta que lograron imponer contra la patronal y la burocracia, y contra el gobierno, las 6 hs de trabajo para todos los trabajadores del subterráneo. Y hace un mes aproximadamente este triunfo fue ratificado por que hubo renovación de los delegados, y de 21 delegados para renovar, la oposición a la burocracia logró 19 delegados y la burocracia sólo 2.”
“Desde ya que cualquiera de ustedes me puede decir que eso todavía es pequeño. Los trabajadores asalariados somos 8 millones y si sumamos los 4 o 5 millones de trabajadores desocupados somos casi 13 millones, entonces pueden decir que es un proceso muy pequeño todavía, que no se puede hablar de que la clase obrera se está recomponiendo. A el que me diga esto yo le digo que es como si viera un vaso a la mitad, lo puede ver medio vacío o medio lleno. Yo lo veo el vaso medio lleno. ¿Por qué? Porque una vez que se inician los procesos en la clase obrera Argentina, cuando esos procesos se han hincado no hay forma de que se paren. Yo no les puedo afirmar que ese proceso va a durar unos meses, un año, dos años… Pero que el proceso se inició, se inició. Y a este proceso, como marxistas revolucionarios, le damos una importancia muy grande. Porque se abre la perspectiva de comenzar a recuperar las comisiones internas y los cuerpos de delegados. Pero no hay que verlo solamente desde el punto de vista sindical.”
“Lo importante es cómo nos ubicamos los que nos reivindicamos revolucionarios, de las distintas organizaciones de la izquierda, para darle un curso a ese proceso. Y esto está ligado a lo que señalaba Chiche Hernández sobre la necesidad de luchar por la independencia de clase. ¿Qué queremos decir desde el PTS cuando hablamos de la necesidad de pelar por la independencia de clase?
John William Cooke decía que el peronismo era el fenómeno maldito de la burguesía. Parafraseando a Cooke, diría que el peronismo es el fenómeno maldito de la clase obrera argentina. Porque el peronismo educó en los últimos 60 años a la clase obrera argentina en una ideología de conciliación de clases. Perón decía, que el trabajador, de la casa al trabajo y del trabajo a casa. Porque para hacer política están los políticos y para hacer sindicalismo están losa sindicalistas. Quería decir que los trabajadores no tenían que hacer política. La clase obrera argentina está educada con esa lógica del peronismo, de que alguien tiene que solucionar el problema desde arriba. Por eso tantas expectativas en Kirchner.”
“Y hay organizaciones de izquierda que también reivindican la conciliación de clases. El partido Comunista, campeón de intentar demostrar que hay militares buenos, o patrones buenos con los que hay que aliarse. Otra organización es el Partido Comunista Revolucionario, PCR o CCC, que se la pasan buscando militares progresistas o el patrón bueno, y que llegó a formar parte del comando electoral de Menem, y que después fue con Seineldin.”
“Desde el PTS planteamos que una tarea fundamental es la de avanzar en la independencia de clase. Que los trabajadores avancen en romper las ataduras con los patrones y levantar una política de independencia de clase. En ese sentido Chiche planteaba que bárbaro sería que todos los que enfrentamos a la burocracia, los de Astillero, Subte, Rio Turbio y todos los demás nos unificáramos y dijésemos: hay una lucha, salimos a hacer una acción común de todos para apostar a que esa lucha triunfe. Hay una elección en un sindicato, y la posibilidad de recuperar un sindicato… toda esa energía puesta al servicio de que se recuperen más cuerpos de delgados, más comisiones internas, más sindicatos. Para empezar a recuperar las mejores tradiciones de la clase obrera argentina como fueron las coordinadoras, o los sindicatos clasistas en los años 70. Eso sería extraordinario. Acabar con esa lacra que el tiene el movimiento obrero que es la burocracia sindical. Pero eso, visto desde nuestra perspectiva revolucionaria, no eslo más importante, aunque es urgente. Porque qué faltó para nosotros en la década del 70, a pesar de toda esa energía revolucionaria en el proceso abierto en el año 68 que dio proceso extraordinarios como las coordinadoras, como el cordobaza, que tiraron dictaduras, pero que hoy seguimos como estamos. Para nosotros lo que faltó fue un partido revolucionario.”
“Ese partido revolucionario hoy hay que construirlo, y no es ninguna de las organizaciones de la izquierda que se conocen en la actualidad. Porque ese partido revolucionario solamente se puede hacer realidad cuando los elementos más avanzados que destaque la lucha de clases, los luchadores obreros y populares que vayan surgiendo, empiecen a tomar en sus manos las ideas del marxismo revolucionario y empiecen a dar pasos para construir ese partido revolucionario.”
“Ese partido todavía hay que construirlo. Hay que construir esa organización política que faltó en los 70. Ese partido no existe hoy en la argentina. Y no puede creerse que una organización porque dirige uno o dos sindicatos, una o dos comisiones internas, diga que es el partido revolucionario y la dirección indiscutida de las masas”
“Por eso a nosotros, tanto a Celia, a Chiche y a mi, nos parecía muy importante poder participar de esta charla. Josefina se refería en la introducción a cuáles son los intelectuales que está formando la universidad hoy, y al servicio de quién. Porque las experiencias de control obrero, muestran que los trabajadores somos los que movemos el país, y que no necesitamos a los patrones. Pero para nosotros sería muy importante contar con la colaboración de los estudiantes más avanzados de ingeniería, por ejemplo para elaborar un plan de construcción de la industria naval. Como sería importante que los estudiantes de derecho o abogados pongan a disposición todos sus conocimientos al servicio de los trabajadores.”
“Nosotros en los 70 la mayoría de los jóvenes estábamos impactados por el proceso revolucionario que recorría el mundo, y empezábamos a militar al calor de ese proceso revolucionario. El que no militaba entonces era considerado un tonto. Hasta socialmente no tenía amigos, no podía tener novia, era casi un marginal. Vos tenías que militar en algo o sino no existías. En cambio hoy es visto como una pérdida de tiempo. No vayas, te vana llenar la cabeza, te van a llenar el coco… Pero al revés de esa ideología impuesta por los capitalcitas, que quieren formar profesionales al servicio de los grande monopolios y las grandes empresas nosotros creemos que como luchan los compañeros de En Clave Roja hay que luchar pro formar una corriente estudiantil pro-obrera, y por poner los conocimientos que reciben en la facultad al servicio de los trabajadores y el pueblo. Para hacer verdaderamente realidad lo que plantean los compañeros, es decir una universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo. Nosotros creemos que en esa perspectiva vale la pena militar. La militancia en la perspectiva de estar al servicio de la clase obrera es la mejor manera de utilizar las energías revolucionarias que tiene la juventud al servicio de una causa noble, como la que abrazamos nosotros en los años 70, al calor del proceso revolucionario.”
“A mime parece muy interesante que ya no tengo que referirme a los 70 para explicar que la clase obrera es el sujeto social de la revolución. Y que esa perspectiva no está mañana a la vuelta de la esquina, que es un largo camino que hay que recorrer, pero sólo si empezamos a unirnos los trabajadores con los estudiantes que empiezan a ver esa perspectiva, hay posibilidades de comenzar a dar pasos hacia allí. En ese camino estarán dadas las posibilidades de construir ese partido revolucionario por el cual luchamos, yo hace más de 30 años, Chiche hace unos 20 y Celia hace 2 años. Gracias compañeros.”
APLAUSOS.
 
 
 

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