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¿Hasta cuándo las empresas actuarán con tanta impunidad?

Mi hijo Ignácio Manavella, se recibió en la Escuela Politécnica de la Universidad de S˜ão Paulo, Brasil (mecatrónico) y fue contratado por la empresa Impsa para trabajar con energía eólica en la instalación de torres en Comodoro Rivadavia.

Prensa PTS

30 de mayo 2007

Mi hijo Ignácio Manavella, se recibió en la Escuela Politécnica de la Universidad de S˜ão Paulo, Brasil (mecatrónico) y fue contratado por la empresa Impsa para trabajar con energía eólica en la instalación de torres en Comodoro Rivadavia.

Ignácio mencionaba, con frecuencia, la falta de seguridad en la instalación de la torre, refiriéndose al "amadorismo" con que se procesaban las pruebas. Tuvo serios problemas con el departamento de recursos humanos, que no concretizaba los términos del contrato. El día 17 de julio de 2006, intentando testar la actividad del "molino", las palas no reaccionaron al comando, no se colocaron en posición de bandera, el fuerte viento arrancó una de las palas desequilibrando toda la torre que acabó desmoronándose. No tenían lugar donde ampararse y de los 8 ocupantes en ese momento, en cuanto sólo podían estar 3 personas dentro, 7 consiguieron salir. Mi hijo fue aplastado por una puerta y sólo consiguieron retirarlo después de 5 horas de arduo trabajo. Fue internado en el hospital de la ciudad, en estado grave.

El portavoz de la empresa daba entrevista diciendo que todos estaban fuera de peligro y otro contingente de la empresa se encargaba de "limpiar" los destrozos del proyecto, no dejando elementos para que se realizara la pericia, ya que el accidente tenía víctimas.

Mi hijo de 25 años, fue trasladado para Buenos Aires (Clínica Bazterrica) y con él quedamos esperando por un milagro que le devolviese la joven vida y el futuro. Por ser un joven deportista con una buena salud, su cuerpo se fue deteriorando lentamente hasta llegar el día 24 de setiembre de 2006, en que vimos partir un pedazo de nuestras vidas. Sabemos que accidentes suceden, sólo que en este caso los errores de proyecto están comprobados, y yo me pregunto cómo una empresa como Impsa puede llegar a ser tan incompetente al punto de poner en riesgo la vida de personas y dar elementos a los que se oponen a un recurso alternativo de energía tan importante. ¿Hasta cuando las empresas de Pescarmona podrán actuar con tanta impunidad?

Para ellos el problema acabó, para nosotros comenzó. No sé que posibilidades de divulgación puede tener este mensaje, mi deseo es que todos los jóvenes que trabajan por un futuro mejor presten atención a la capacidad humana de las empresas donde presten sus servicios. Necesitamos de personas íntegras, no es posible quedarnos a merced de la vanidad de incompetentes y deshumanos que solamente buscan ganancias a costos humanos muy grandes.

Muchas gracias por el espacio que me dan y espero que nadie más pase por el dolor de perder alguien tan querido por pura codicia.

Elba Haydée Fraga
28/05/07

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