El triunfo de René Preval en las recientes elecciones de Haití con más del 50% de los votos luego de una semana de intrigas, dio por tierra con el intento de fraude perpetrado por EE.UU. y la burguesía haitiana a favor del candidato derechista Leslie Manigat. Las tropas de ocupación de la ONU al mando de los “progresistas” Kirchner, Lula y Tabaré Vázquez, que intentaron ser garantes del fraude, se vieron superadas por las multitudinarias movilizaciones, barricadas y enfrentamientos que amenazaban con convertir al país en un polvorín y mostrar el verdadero carácter de la ocupación.
Los trabajadores y el pueblo haitiano que se habían volcado masivamente a las urnas contra el candidato de los empresarios y a favor de Preval (ex aliado del depuesto Jean Bertrand Aristide) en las elecciones del 7 de febrero, se movilizaron contra el intento de fraude cuando el Consejo Electoral se negaba a reconocer el aplastante triunfo de Preval.
Los soldados de Kirchner, Lula y Tabaré reprimieron las movilizaciones que denunciaban el fraude, dejando un muerto y centenares de heridos. Sin embargo, cuando el miércoles pasado la televisión mostró las urnas repletas de votos de Preval arrojadas en un basural, los manifestantes enfurecidos empezaron a armar barricadas para enfrentar la represión y el fraude. Esta explosiva situación que amenazaba con desenmascarar el rol de los “veedores” de la ONU y la OEA terminó forzando una salida negociada para reconocer el triunfo a Preval y desactivar las movilizaciones.
Sin embargo, el triunfo de Preval no es ninguna garantía para el pueblo haitiano y sus históricas demandas. Preval no sólo calmó los ánimos de los manifestantes pidiendo que no ataquen la propiedad privada -toda una declaración de principios en un país donde el 1% más rico controla aproximadamente el 50% de las riquezas- sino que también se mostró partidario de la permanencia de las tropas de la ONU durante su gobierno, legitimando la ocupación comandada por los imperialistas y el golpe de estado que hace dos años derrocó a su ex aliado Aristide.
¡Fuera las tropas de Haití!