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VENEZUELA

¿Hacia dónde va el gobierno de Chávez?

La ausencia de Chávez de casi un mes por su enfermedad que se revelara como un cáncer, aparentemente controlado, no dejó de provocar tensiones en la estructura del gobierno.

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21 de julio 2011

por Liga de Trabajadores por el Socialismo

(Extractos)

I

La ausencia de Chávez de casi un mes por su enfermedad que se revelara como un cáncer, aparentemente controlado, no dejó de provocar tensiones en la estructura del gobierno. Más allá de especular sobre el estado de salud real de Chávez, lo que sí ha sido claro es que su ausencia mostró la debilidad estructural de un proyecto político donde todo gira alrededor de un liderazgo unipersonal, donde se necesita de la “firmeza” del jefe para “unificar” las distintas fracciones y hacerlas andar en un mismo sentido. (…) En este sentido, un escenario en el que la enfermedad avance y no pueda estar a tono para la campaña y elecciones de finales de 2012 sería realmente un gran problema para el chavismo y abriría un escenario turbulento.

II

Chávez buscará un entramado de poder más controlado para intentar “galvanizar” sus fuerzas internas y a su propio movimiento, en el marco de un país donde los índices económicos de recuperación se han mostrado muy lentos y comprometidos por, una vez más, la crisis energética, una alta inflación permanente, el creciente descontento social expresado en una oleada de conflictos por recomposición salarial y manifestaciones continuas de protesta, así como crisis sociales, expresada más recientemente en la crisis carcelaria. En los últimos años el gobierno de Chávez ha perdido el empuje central y el agotamiento político se transpira, aunque aún conserva cierto aire que puede tornar más lento su declive político, o dar pie a recuperaciones ocasionales (…).

III

En el plano más estructural se viene operando una reorientación política del proyecto de Chávez, lo que ya se ha venido expresando tanto en el plano de la política externa como de la interna. En el plano externo (…) su orientación busca reducir fricciones y se hace más funcional a los intereses del imperialismo norteamericano en la región. Los acuerdos que se tradujeran en el reconocimiento de Lobo, surgido del propio golpismo, pacto que sería aplaudido por el propio Estados Unidos, implicó la legitimización del primer golpe a nivel continental desde la caída de las dictaduras en los 70’s y 80’s, medida que conduce a enredarse con el imperialismo y significa un duro golpe para el movimiento de resistencia hondureño y regional.

IV

El gobierno se dispone a iniciar una nueva fase en su relación con las multinacionales (…) donde el capital transnacional invertiría con mayor control de los negocios, en una supuesta búsqueda de desarrollo nacional de la mano del capital extranjero. En este marco se empieza a traslucir una especie de búsqueda de un desarrollismo más clásico, de asociación con el capital extranjero, acomodándose a las tendencias fundamentales impuestas por el mercado internacional, a diferencia del período anterior donde (…) el país venía corriendo con los gastos centrales en las inversiones para sus políticas desarrollistas, producto de retener una cuota mayor del “excedente”. Consecuente con esta nueva orientación, el gobierno ha procedido a un acelerado proceso de endeudamiento del país. (…)

V

En este sentido el gobierno no está ampliando las conquistas prometidas, ni haciéndole importantes concesiones al movimiento de masas. Las Misiones hace tiempo que alcanzaron un techo y muchas tienden a declinar. La gran Misión Vivienda no es más que la repetición de los otros planes ya lanzados (…) De igual manera se prepara la Misión Trabajo que sería en base a las construcciones de las propias viviendas, de la que aún no ha definido sus características, en un país donde casi del 76% de la fuerza laboral está en situación de precariedad laboral.

VI

Por estos aspectos centrales, enunciados anteriormente, es que decimos que el gobierno de Chávez se encamina hacia un gobierno burgués semicolonial más “normal”. Es decir, que deja de conservar esos rasgos de un bonapartismo sui generis de izquierda que lo caracterizaron durante un buen período. Esto no quiere decir que no continúe estructurándose como un gobierno con fuertes trazos bonapartistas en el sentido de la dependencia de la gran figura alrededor del cual gira todo, pero ya no en el sentido de lo que plantea Trotsky de buscar cierta libertad de acción frente a los capitales extranjeros apoyándose en la movilización de las masas trabajadoras y pobres, a las que a su vez le hace ciertas concesiones. Hablábamos de “rasgos”, ya que Chávez, más allá de su retórica, no se ha caracterizado por su agresividad en tocar intereses económicos imperialistas, sino más bien por una agresividad verbal. Aunque el esfuerzo de Chávez por mostrarse más funcional al imperialismo no quiere decir que lo logre, es decir, que pierda todos sus rasgos para hacerse un gobierno burgués “normal”, ni que en determinado momento pueda hacer ocasionales gestos a izquierda. En este mismo sentido no se puede descartar que frente a golpes de la crisis internacional sobre la región y el país, y/o de la lucha de clases nacional, Chávez apele nuevamente a ciertas medidas de rasgos bonapartistas de izquierda. (…)

IX

La ventaja del gobierno es la debilidad de una derecha no estructurada (…) que no termina de capitalizar a fondo el declive del chavismo. Pero donde la derecha ha movido sus fichas es hacia el movimiento sindical, aprovechándose demagógicamente del alto grado de conflictividad sindical por recomposición salarial, sabiendo articularse con casi toda la gama de sectores del sindicalismo no afín al gobierno. (…) Justamente, estos sectores de la burocracia sindical colocan al movimiento obrero a merced de las corrientes burguesas de derecha, como desgraciadamente vimos en las importantes marchas de Guayana del pasado 26 de marzo o en las del propio 1° de Mayo, donde sectores de lo más rancios de la burguesía hacían su activa presencia.

X

En esta situación es clave forjar un movimiento independiente de los bandos burgueses en pugna, ya sea el gobierno nacional o la oposición de la derecha, donde la necesidad del reagrupamiento de la vanguardia obrera en torno a un programa y una perspectiva de independencia de clase está más planteada que nunca. Por eso urge bregar porque se abra paso, desde las bases, entre la vanguardia obrera y la juventud, una verdadera corriente clasista y combativa, de unidad desde las bases en lucha y con plena independencia de clase, avanzando en forjar una poderosa organización revolucionaria, un partido revolucionario de los trabajadores. Luchar por una perspectiva independiente y un programa de clase, es la clave del momento, si no queremos que el descontento de Chávez sea aprovechado por la derecha.


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