“Los delegados nunca cumplieron sus funciones, no visitaban los equipos, nada. Así que nos juntamos en la puerta de Base y dijimos hay que parar. Al parar, declararon el paro ilegal. Pero nosotros paramos igual. Se junto toda la gente, más de 600 personas. Y estuvimos 2 días en la base y ahí vinieron los roces con los delegados”.
“Después del paro nacional salimos a trabajar. Todos disconformes, era un malestar general. Toda la gente estaba prácticamente desahuciada, con la cabeza caída porque no se había conseguido verdaderamente lo que habíamos pedido. Lo habíamos buscado solos y no lo habíamos encontrado, habíamos pedido ayuda del sindicato y tampoco lo habíamos conseguido.”
“Un compañero tuvo que subir a la torre, la misma impotencia, la misma indignación que sentíamos todos, a todos nos afecta igual. Este compañero no aguanto. Esa persona que se subió a la torre no es referente, no es dirigente, es un operario más de Pride que no se la aguantó. Subió a la torre, que tiene 30 mts. de altura y amenazaba tirarse y como primera medida pidió que pararan todos los equipos y que vinieran para acá”.
“Veníamos de recibir tres o cuatro cachetazos del sindicato. Porque con diferentes paros, los logros siempre afectaban más a la gente de producción, por el convenio, por una cosa u otra, siempre perdíamos nosotros. A nosotros lo del impuesto no nos afectaba porque el básico estaba en $1.100, a los de producción si porque estaba en $3.000.”