El viernes 13 de junio de 2014 se realizó en el Hospital Castro Rendón una numerosa y representativa asamblea con trabajadores/as de diferentes sectores del hospital, enfermeros/as de la guardia de adultos y pediatría, de la Unidad de Tratamientos intensivos de adultos y pediátricos, de consultorios externos de ginecología, de clínica médica, técnicos del laboratorio, trabajadores/as de la cocina, mucamos/as, choferes, de anatomía patológica y la morgue, de la central telefónica, ropería, camilleros, estadística, deposito, mantenimiento, adicciones, administrativos, contaduría, entre otros.

Fue la asamblea más numerosa de los últimos tiempos. Los compañeros/as expresaron su bronca contra el gobierno que sigue negándose a discutir seriamente salario, mientras el costo de vida aumenta día a día. El reajuste del 35 % que conseguimos con 31 días de lucha en enero, hoy ya se lo comió la inflación. Según datos oficiales el IPC (Índice de Precios al Consumidor) en Neuquén los alimentos aumentaron 42 % y en un nivel general el aumento fue de un 40%. Por esto resolvimos parar y movilizarnos para exigir a este gobierno gerente de las petroleras una nueva recomposición salarial acorde al aumento del costo de vida y la reapertura de las paritarias para el sector salud.

La asamblea con intervenciones de trabajadores y trabajadoras de diferentes sectores debatió y se pronunció contra la maniobra burocrática de la conducción de ATE que intenta imponernos un paritario que no fue votado en nuestra asamblea. En el último plenario de delegados de ATE Salud, los delegados/as afines a la conducción propusieron que el plenario vote los paritarios sin consultar a las asambleas de base y propusieron la continuidad del paritario del Hospital Castro Rendón votado en el 2011 (quién era en ese momento delegado General de la Junta Interna de ATE y el 6 de diciembre del 2013 perdió las elecciones). En una bochornosa y ajustada votación, por 30 votos contra 22, impusieron que los delegados paritarios se votaban en el plenario y no en las asambleas de base. Desde la Junta Interna junto a delegados de otros hospitales y centros de Salud nos retiramos y no avalamos esta maniobra antidemocrática.

Con esta votación, los delegados que responden a la conducción de Quintriqueo, pretenden imponerle a los trabajadores/as del Hospital el más importante de la provincia, un paritario que no pudieron votar en asamblea como históricamente se hizo. Un paritario que desde que perdió las elecciones el 6/12/13, NO participó de ninguna asamblea de base. Pretenden imponernos la continuidad de un paritario, mientras los trabajadores/as del Castro Rendón en las elecciones del 6 de diciembre dejamos claro que lo que queremos es un cambio.

En el Plenario de Delegados/as de ATE Salud se consumó un verdadero ataque a la democracia y libertad sindical, a la soberanía y potestad de las asambleas. Un verdadero ataque a los/as que todos los días peleamos por la construcción de un sindicalismo de base antiburocrático y combativo, que base todas sus decisiones en asambleas democráticas.
Con esta maniobra burocrática quieren que los sectores opositores a la actual conducción de ATE no tengamos ni voz ni voto en las paritarias. No nos extraña semejante maniobra de esta conducción que acaba de ser parte de una escandalosa elección de la CTA, donde el fraude, la violencia y los discursos macartistas contra los partidos de izquierda fueron el eje de campaña. Quieren evitar que los trabajadores/as de base sean parte de la discusión paritaria porque se encargaron de que ningún delegado opositor sea parte de la mesa.

Pero la asamblea del Hospital Castro Rendón rechazó la maniobra de la burocracia de ATE votó desconocer a Juan Millapán como paritario representante de nuestro hospital y eligieron a la Delegada General de la Junta Interna Flor Peralta como legítima paritaria votada en Asamblea.

Esta resolución fue acompañada con un petitorio con 300 firmas de trabajadores/as de base del Hospital.

El masivo rechazo a las maniobras burocráticas de ATE y apoyo a la actual Junta Interna, volvió a demostrar que algo cambió en el Castro Rendón. Que los trabajadores y trabajadoras quieren tener voz y voto, que sus opiniones sean escuchadas, que no van a permitir ningún ataque a la democracia sindical, a la soberanía de las asambleas como organismos de debate y decisión.