Hace dos días la burocracia del SMATA Córdoba me ha echado del gremio, justamente por no firmar el acta donde despidieron a 350 compañeros contratados.
Tanto la discusión de la coordinación como la de corriente político-sindical cruza un problema general que es la división de las filas obreras... es si vamos a hablar de democracia cuando el 87 % de los compañeros no tienen representación gremial.
Los clasistas no firmamos los despidos, ni de efectivos ni de contratados, los clasistas defendemos a los trabajadores en negro. Lo que está en discusión es que se viene la rebelión desde las bases.