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INTERNACIONAL

DESDE BRASIL, UN EJEMPLO PARA TODOS LOS TRABAJADORES

Gran victoria de los barrenderos de Río de Janeiro

Los trabajadores de la empresa municipal COMLURB ganaron una dura batalla contra el alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes (PMDB, partido aliado de la presidenta Dilma), contra su sindicato traidor, la Justicia del trabajo y los medios.

Leando Lanfredi, LER-QI Rio de Janeiro

13 de marzo 2014

Gran victoria de los barrenderos de Río de Janeiro

Los trabajadores de la empresa municipal COMLURB ganaron una dura batalla contra el alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes (PMDB, partido aliado de la presidenta Dilma), contra su sindicato traidor, la Justicia del trabajo y los medios.

Los trabajadores recolectores de basura, limpieza urbana y de playas, conservación de escuelas y hospitales municipales iniciaron una dura huelga el 1ro. de marzo por su salario y otros derechos. Estos trabajadores son popularmente conocidos en Brasil como “garís”. Ese día fueron al sindicato -afiliado a la UGT, central sindical afín a los tucanos (PSDB, partido del expresidente Fernando Henrique Cardoso) pero que también se alía a la presidenta Dilma- para imponer que fuese decretada la huelga durante el Carnaval.

Consiguieron su objetivo tras largas horas y bastante presión contra los dirigentes del sindicato, que solo se libraron de la revuelta de los “garís” con escolta policial. Traidores que son, los dirigentes sindicales, pocas horas después, anunciaron que la huelga estaba cancelada. La huelga se impuso igual.

Tras 8 días de huelga durante el Carnaval, con la basura acumulándose y mostrando una ciudad inmunda, se impusieron contra todos los intentos de intimidación, primero con 300 despidos y luego con la militarización de las unidades con presencia de la policía armada, guardias municipales y escoltas privados armados. La respuesta del gobierno municipal y de la dirección de la empresa, con la connivencia del sindicato y de la prensa, recordó escenas chocantes de la época de la esclavitud, cuando los esclavos negros en Brasil eran forzados a trabajar por capataces armados.

Organizándose en los lugares de trabajo, con piquetes, actos y movilizaciones diarias para “mostrar” la huelga cuando la prensa y los ojos estaban dirigidos al Carnaval, enfrentando una guerra mediática del gobierno que los acusaba de ser “pequeños grupos aislados”, “solo 300 garís”, “marginales”, “delincuentes”, y de que no existía huelga sino un “motín”, sin contar con apoyo efectivo de organizaciones sindicales y de la izquierda, la huelga solo fue posible por la determinación de los garís y el apoyo y simpatía conquistados en la población.

Al quedar en evidencia ante toda la población que no se trataba de una huelga minoritaria -lo que se podía medir por la basura que había en las calles- en el quinto día de la huelga (el miércoles) la empresa convocó a una negociación en su sede. Centenares de garís se hicieron presentes votaron la negociación abierta y pública, con presencia de la prensa y de todos los garís en el auditorio de la empresa, lo que no fue aceptado. Una comisión de negociación elegida trajo la propuesta de la empresa, la misma que antes, diciendo que “si no lo aceptan los despidos serán mil en vez de trescientos”. Los garís votaron rabiosamente en contra. No se achicaron frente a esos “nuevos dirigentes” conciliadores. La mayoría de la comisión fue revocada y nuevos garís fueron elegidos.

La Justicia del trabajo, que una vez más estuvo en contra de la huelga y los trabajadores, declarándola ilegal y confirmando los despidos ilegales y arbitrarios (son empleados públicos concursados y no pueden ser despedidos por huelga), también fue derrotada. El sábado 8, bajo la lluvia en la sede de la Justicia del trabajo, se desarrolló la negociación en la que la alcaldía, la empresa y los burócratas sindicales fueron derrotados. Sus reivindicaciones económicas fueron casi completamente atendidas, consiguiendo un aumento del piso salarial inédito de 37% para una inflación que ronda el 6%, todos los despidos fueron revertidos y fue garantizado el pago de los días de huelga, además del reajuste en el vale de comida.
La victoria de esta huelga se mide no solo por las cláusulas obtenidas, sino por el salto en la conciencia y organización de estos trabajadores, que ya influencia a varios trabajadores del país que siguieron y apoyaron su huelga. Los garís discuten en sus unidades, hoy, cómo hacer para recuperar su sindicato de las manos de esa burocracia vendida, atornillada hace más de 30 años, cómo elegir nuevos sindicatos e incluso algunos discuten qué hacer para apoyar a otros sectores para que también salgan victoriosos. Resurgieron aspectos de primera magnitud como la solidaridad de clase y la confianza en sus propias fuerzas.

En muchos lugares de trabajo del país los trabajadores discutieron la huelga y se sacaron fotos de apoyo, y ahora comienza una campaña de discusión para imitar a los garís y “barrer” la burocracia y así dar pasos para derrotar a los gobiernos y empresarios. La victoria de los garís fue sentida por los trabajadores como una victoria de toda la clase trabajadora. Por eso comenzamos una campaña en todo el país: ¡Hagamos como los garís! ¡Es posible derrotar a los gobiernos y los patrones, y para eso es imprescindible derrotar a la burocracia sindical.


La LER-QI estuvo al frente de una gran campaña nacional e internacional

Aún con tantos enemigos, la huelga de los garís pasó desapercibida por las grandes sindicales del país. La CUT, For˜ça Sindical y la CTB, cómplices del gobierno represor del alcalde Eduardo Paes y su aliada nacional Dilma, que no emitieron siquiera una nota de apoyo. Los sindicatos de la izquierda antigubernamental, en la que el mismo PSOL y el PSTU influencian o dirigen, solo comenzaron a dar la cara cuando ya corrían cinco días de una dura huelga y había en curso un peligroso intento de terminar con la huelga, cuando la mayoría de la comisión de negociación de aquel momento apoyaba el fin de la huelga. Los diputados y concejales del PSOL recién comenzaron a pronunciarse sobre la huelga hacia el final del Carnaval, a partir del miércoles.

Esta demora ilustra su adaptación a los calendarios de la burguesía y no a la lucha de clases. Este rutinarismo de la izquierda expresa la adaptación al régimen burgués por la vía del régimen sindical. Hoy toda la izquierda conmemora la huelga de los garís, intentando aparecer como “parte” de ella cuando estuvo totalmente ausente.

Estamos muy orgullosos de haber compartido con los compañeros de Juventude ˜às Ruas y la agrupación de mujeres P˜ão e Rosas cada minuto de esta gran huelga y victoria de los trabajadores, desde sus primeros pasos, piquetes y manifestaciones hasta su victoria.

En muchos lugares de trabajo y estudio en todo el país organizamos campañas de solidaridad que se expresaron en fotos, utilizando las redes de internet como vehículo de difusión y masificación de la campaña. Incluso la prensa burguesa dio cuenta de su importancia. Organizamos manifestaciones con estudiantes y trabajadores en San Pablo y Campinas (ciudad del Estado de San Pablo). Los apoyos internacionales de los diputados del PTS en el FIT y de los recolectores de Jujuy eran celebrados por los garís de Rio, significando una fuerza moral, que los garís traducían diciendo “hasta los hermanos están con nosotros”. Con nuestra humilde ayuda sectores de los garís de Rio avanzan en comprender la importancia de la solidaridad internacional de clase. Prueba de eso son las fotos realizadas con los garís en apoyo a la campaña por la absolución de los petroleros de Las Heras y en solidaridad con la lucha de las obreras de la fábrica Panrico, en el Estado español y también con la huelga de los obreros de COMPERJ (Complejo Petroquímico de Rio de Janeiro) que ya lleva más de 30 días.

Prensa

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