Al salir de la reunión en el Ministerio de Trabajo el SMATA les comunica el acuerdo firmado en el cual los suspendidos van a cobrar $1.050 por mes, y el primero de marzo vuelven a sentarse empresa, sindicato y gobierno a discutir el futuro de los compañeros suspendidos. Aquí va el reportaje a Cristian, despedido de Gestamp

¿Qué pasó hoy en la audiencia?

Hoy fue un día muy importante para nosotros. El sindicato acordó con la empresa y el gobierno que los 215 compañeros suspendidos (no nos olvidemos que la semana pasada fueron reincorporados como suspendidos, NdE.) cobren un sueldo de $1.050 compuesto de la siguiente forma: $750 paga la empresa y $300 del gobierno. Desde ya que esto no significa que estemos satisfechos, porque nosotros queremos volver a trabajar y ese sigue siendo nuestro principal objetivo, pero esto es un gran paso para seguir adelante y poder reforzar la futura lucha. Esto es un respiro también por que llegó justo en un momento donde empezaba a sentirse el cansancio de los compañeros, sobre todos de los que tienen familia.

¿Cómo vieron los compañeros este triunfo?

Estaban muy contentos por el resultado que se logró con mucho sacrificio, largos días cortando la ruta a pleno sol, después de agotadoras audiencias, a puro pulmón sin un mango. También porque es un logro nuestro, de los contratados despedidos que solos empezamos a luchar y a organizarnos, no nos daba “bola” el sindicato y encima los delegados nos querían convencer que era inútil cortar la ruta, porque “no hay trabajo”. Es decir, llegamos a esto con todo en contra, venimos de una situación donde se consideraba “natural” echar contratados y sigue siendo así en muchas empresas en el país y nosotros fuimos los primeros en empezar a cambiar esta historia.

Rápidamente encontramos el apoyo de otras empresas que estaban en una situación parecida a la nuestra como Iveco. Nuestra fuerza llevo a que el sindicato se pusiera al frente de nuestro reclamo, que era volver a trabajar. Te voy a dar un ejemplo: Un compañero me dijo al final de la audiencia: “¿sabes por que yo no aplaudo? porque queremos volver a trabajar, no me gusta estar subsidiado”, y en parte tiene razón, no queremos quedarnos fuera de la planta esperando en nuestras casas.
Pero le contesté: “ahora estamos mejor, podemos seguir la lucha, porque nuestro reclamo es justo y no tenemos por que nosotros pagar las crisis que provocaron las empresas o el gobierno, quedándonos sin laburo; que la paguen ellos.

Esto nos tiene que servir para seguir con la moral bien alta y a la vez, para sumar más compañeros para que seamos más trabajadores en la pelea por el trabajo y por un sueldo digno para todos.

¿Qué conclusión sacas de esta experiencia de lucha y que les dirías a los que están en una situación parecida?

Que no hay que irse con la cabeza gacha, que se la puede pelear por más que sea un pequeño grupo, aunque no te apoye el gremio y por esta razón, no tengas respaldo de la mayoría de tus compañeros efectivos, y que siempre existe la posibilidad de ganar.

Por nuestra experiencia sabemos que no es nada fácil. Cuando empezamos éramos pocos y a lo largo de la lucha fuimos convenciendo al resto de los compañeros con mucha paciencia y diálogo, sacando volantes que repartíamos en la puerta de la fabrica, así nos fuimos ganando la simpatía y el apoyo de la opinión pública a través de los medios de comunicación. Esto nos jugó a favor, como también el apoyo pasivo de nuestros compañeros efectivos, que varios se fueron sumando a lo largo de la lucha.

Nosotros estamos convencidos que muchos que nos veían por tv se dieron cuenta que luchar no es una perdida de tiempo. Que si perseverás, podes ganar.

Personalmente creo que con una lucha unitaria de todo el SMATA se puede imponer a las empresas que no haya despidos, ni suspensiones y que volvamos trabajar todos repartiendo las horas de trabajo y con un salario digno, porque plata es lo que les sobra. Para esa pelea y en el camino de la unidad entre efectivos, contratados y entre distintas fábricas, esto es un primer paso muy importante.