logo PTS

Nacionales

Miér 21/5: ¡TODOS a la ASAMBLEA INTERCLAUSTROS DE SOCIO!

Frenemos la persecución ideológica y el despido de Iñigo Carrera en Sociales

En los últimos días un hecho escandaloso inunda los pasillos y las aulas de Sociales. A menos de dos meses de asumida la nueva gestión de nuestra facultad, ya demostró que nada se improvisa y que se embarcó en una carrera contra el tiempo (marcado por la sucesión presidencial 2015) para atrincherarse en Sociales a como dé lugar.

PTS

20 de mayo 2014

Frenemos la persecución ideológica y el despido de Iñigo Carrera en Sociales

En los últimos días un hecho escandaloso inunda los pasillos y las aulas de Sociales. A menos de dos meses de asumida la nueva gestión de nuestra facultad, ya demostró que nada se improvisa y que se embarcó en una carrera contra el tiempo (marcado por la sucesión presidencial 2015) para atrincherarse en Sociales a como dé lugar.

Se dio a conocer el concurso de un cargo titular de la materia optativa de Socio “La formación económica de la sociedad argentina y sus crisis” que tenía que regularizar la situación laboral del prof. Iñigo Carrera. Sin embargo, luego de dar clases por años como ad honorem, de armar la materia, de conseguir un lugar entre las cátedras que mantienen una posición ideológica distinta a la dominante, el gobierno de la facultad arma un concurso donde lo que predomina es un supuesto criterio formal de evaluación y la trayectoria de Iñigo le vale su despido. Con este hecho sin precedentes, la gestión “va más allá” y avala que el jurado evalúe a Iñigo Carrera con descripciones que afirman que utiliza “categorías marxistas”[1]. Se trata de un despido pero también forma parte de un ataque reaccionario de la gestión a la pluralidad ideológica.

El decano Postolski (Carta Abierta), redactor y defensor de la ley de medios, alrededor de la cual diseñó su reforma del plan de estudios de la Carrera de Comu en los años en que se desempeñó como director de dicha carrera, es hoy uno de los tres decanos autodenominados “progres” (a prueba de Sciolis, Milanis y Bernis) con la tarea de “gobernar” una de las facultades claves de la UBA para las principales políticas K.

Este despido discriminatorio a un docente reconocido por esta casa de estudios, tiene sustento en una universidad de clases, en donde la cualificación y la difusión-producción ideológica está al servicio de los intereses del mercado y del Estado, para seguir reproduciendo el statu-quo. Tal es así que mientras miles de docentes se ven obligados a concursar para regularizar su situación laboral, los funcionarios cobran más de $650 mil y $1.000.000 anuales. Las diferencias brutales en los ingresos, tienen su explicación en la composición antidemocrática del cogobierno universitario, donde una porción minúscula de profesores y funcionarios deciden sobre y a pesar de los intereses de las mayorías estudiantiles, docentes y no docentes. Por eso, la bronca que genera en docentes y estudiantes en la Carrera de Sociología en particular, responde al apoyo masivo a la campaña que hicimos desde la Izquierda el año pasado, planteando entre otras cosas, el rechazo al concurso discriminatorio de Iñigo Carrera y nuestro cuestionamiento al funcionamiento antidemocrático de la universidad.

Dime con quién andas…

A contramano del clima festivo que aparenta la gestión entrante, el kirchnerismo se encuentra en los albores de su fin de ciclo. Por eso, aunque se empeñen en negar cualquier similitud con sus colegas del rectorado, las camarillas (radicales, kirchneristas y macristas) manifestaron en varias oportunidades el acuerdo que tienen para gobernar la UBA, tal es así que el año pasado se presentaron como lista única los profesores que se identifican con distintas variantes patronales.

A tono con la derechización del gobierno, el PRO aplaude de pie la ley antipiquetes del diputado K Kunkel, condenan junto al massismo y el FAUNEN a los petroleros de Las Heras, atacan a los trabajadores y festejan el ajuste, la UBA también los encuentra unidos. Contigo pan y cebolla…

La designación de Dario Richarte, subsecretario de la SIDE durante el gobierno de la Alianza, como vicerrector de la UBA pasó sin que uno sólo de estos “progres” escribiera siquiera dos renglones de carta abierta. Es evidente que su preocupación somos los estudiantes, los docentes y la izquierda, ya que dedican espacio en Página/12 para atacarnos pero no así para denunciar a un imputado por las muertes del 2001 como Richarte. ¿Cuanto desacuerdo podrían tener cuando su gobierno pone al frente del Ejército a un ex represor como Milani? No es el único. La gestión de Barbieri nombró Sercretario General de la UBA a Mas Velez, presidente de la FUBA en el ‘96 cuando se dedicó a boicotear las luchas del movimiento estudiantil contra el ajuste, tarea que lo llevó luego al cargo de ministro de Desarrollo Social y Medio Ambiente de la Nación del gobierno de la Alianza. La lista sigue y el show de “no somos lo mismo” que llevan adelante las gestiones K es sólo para las cámaras y alguna que otra carilla en Página/12, no les pidan más. Sin embargo, no sorprende este silencio de los mismos funcionarios que aprobaron reformas antidemocráticas de los planes de estudio, pasaron las cesantías de cientos de docentes, mantienen a miles de docentes sin percibir salario y celebraron su asunción detrás de las vallas del rectorado con custodia policial.

Una carrera por la sucesión (también en la UBA)

Hacia la reconfiguración del escenario político en 2015, para que pase el ajuste a los trabajadores y sectores populares con el que todos acuerdan, las gestiones están militando para alinear a la UBA tras las reglas de la “nueva” Ley Nacional de Educación Superior -de Adriana Puigross del espacio kirchnerista- (calco y copia de la LES menemista) e imponer una relación de fuerzas favorable a sus intereses. Entonces, lo que salta a la vista es que para sus objetivos necesitan un movimiento estudiantil paralizado e incapaz de ir más allá en su cuestionamiento a la universidad al servicio de las reglas de mercado, como han sabido defender con mecanismos antidemocráticos de gobierno e inclusive con las fuerzas represivas.

En momentos en los que amplios sectores de trabajadores y jóvenes avanzan en una experiencia de ruptura con el gobierno y toman protagonismo en el escenario nacional junto a la izquierda, como quedó demostrado en el segundo paro general -el 10A- durante el gobierno kirchnerista, desde el movimiento estudiantil tenemos pendiente una entusiasmante tarea: retomar las mejores tradiciones que ha sabido forjar junto al movimiento obrero, recuperando una crítica profunda a esta universidad cada vez más moldeada por la lógica del mercado, incapaz de poner su conocimiento al servicio de resolver los grandes problemas que afectan a las mayorías trabajadoras y populares y unir nuestra fuerza a la de los trabajadores que ya comienzan a levantarse y se organizan para frenar el ajuste, los despidos y los ataques persecutorios en sus lugares de trabajo.

Los concursos: de amigos, de aliados y algo más

La universidad asume de lleno un rol de selección de personal que se adapta a una lógica mercantil de la docencia, en la que se compite por puntos mientras que se legitima y “legaliza” la existencia de miles de docentes ad-honorem y precarizados que se pasan toda su carrera “aguantando” la apertura de nuevo concurso en el cual competir con sus propios compañeros para, con todo el viento a favor, obtener una renta.

Los concursos están, por un lado, ligados a la estructura de cátedra de la UBA- estructura de un titular, con JTP y ayudantes, que por otra parte ha quedado más que anacrónica dada la universidad de masas- y tiene una funcionalidad política; el docente titular regular, una vez concursado, pasa a pertenecer a la élite de los 200 profesores que eligen TODOS los funcionarios del sacrosanto “gobierno universitario” o sea los Postolskis y cia. He aquí el problema o la importancia de “pertenecer” o no “pertenecer” a la casta privilegiada. De esto surge el “manoseo” y el favoritismo de los concursos, que son un lugar de “pelea” de camarillas. Los concursos no son un lugar donde se dirima el mérito académico, ni la idoneidad de un profesor, sino un “medio” para consagrar o ampliar “los partidos” de la camarilla gobernante. Mientras tanto miles de docentes JTP y ayudantes engrosan el claustro de graduados.

Por eso, nosotros peleamos por la carrera docente, para poder ingresar a la docencia a través de una carrera sin tener que “rogar” o “caerle bien” académica, personal, ideológica o políticamente a tal o cual titular o funcionario. Peleamos por esto mientras exigimos el pase a planta permanente de todos los trabajadores que ya ejercen la docencia en nuestras facultades. Rechazamos completamente que en 2014 sean más de 10 mil los docentes que trabajan sin percibir salario alguno, mientras el rector Barbieri llega a un ingreso de casi un millón de pesos y los decanos de las facultades, ¡cobran un sueldo que no baja de los 50.000 pesos mensuales! Por eso peleamos porque todos los funcionarios cobren lo mismo que un docente, al igual que lo hacen nuestros diputados nacionales y provinciales, que cobran lo mismo que cualquier trabajador cualificado o docente.

El concurso de Iñigo: su despido discriminatorio y persecutorio

El caso paradigmático de Iñigo Carrera pone de nuevo sobre la mesa el por qué los concursos no funcionan como garantes de la estabilidad laboral sino que son funcionales a los intereses de las camarillas gobernantes.

Se trata de un concurso que lleva casi un año, al cual el Prof. Iñigo Carrera se presenta para conseguir que se regularice su precaria situación laboral en la carrera de Sociología. Su materia “La formación económica de la sociedad argentina y sus crisis” se incorporó al plantel de materias optativas de Sociología mientras el prof. Christian “Chipi” Castillo fue director de la carrera como resultado de la elección directa que llevaron adelante cientos de estudiantes en el 2002. El llamado a concurso sólo podía tener como resultado la necesaria regularización laboral de acuerdo a su trayectoria al frente de la materia.

Sin embargo, si uno se acerca al detalle del concurso, sobran las irregularidades que violan las propias reglas que las gestiones dicen defender. Los veedores estudiantiles y graduados no están presentes en la redacción del dictamen, lo que ellos mismos llaman la “ampliación” no es más que la repetición con otras palabras de iguales argumentos y todo esto por no poder explicar cómo es que el jurado se convierte en un “tribunal ideológico” capaz de juzgar si el profesor utiliza categorías marxistas y si eso es perjudicial para el dictado de una materia de la carrera que trata justamente de la formación de la estructura económica argentina desde una perspectiva marxista.

Con estos métodos nuestra pelea junto a los profesores por la “carrera docente” se convierte en una batalla contra la precarización e inestabilidad laboral y por la amplísima pruralidad ideológica como en el caso de Iñigo en su paso por Sociales: ¡primero ad-honorem, luego interino y ahora despedido por utilizar categorías marxistas!

La respuesta de Sociología: Oberti, Funes y La Mella no tienen nada de progresistas

La carrera de Sociología, donde dirige el espacio “Imaginación Sociológica” y del cual forma parte la corriente “La Mella-Marea Popular” (ex conducción del CECSo durante los últimos 5 años) ha respondido al despido de Iñigo Carrera con un comunicado enviado horas antes de la sesión en la que se iba a votar la aprobación del concurso, firmado por Alejandra Oberti, la directora de la carrera y Claudia Bacci, su secretaria académica.

En este comunicado, enviado por mail a la comunidad de sociales, la gestión de la carrera intenta poner “paños fríos” a la situación del profesor Iñigo Carrera. Alegan que no se trata de un despido ni de ningún tipo de ataque hacia este docente, más allá de las “distintas comunicaciones” que se han dado en relación a esta materia.

Los compañeros del espacio “Docentes de Izquierda” han respondido a esta verdadera burla a los docentes de Sociología. La dirección de la carrera, mientras busca eximirse de responsabilidad, no hace más que justificar por qué no garantizaron bajo ninguna forma la continuidad laboral de Iñigo Carrera cuando está a 2 años de jubilarse.

Si la gestión de la carrera estuviera en realidad preocupada por garantizar la “Carrera docente”, “¿Por qué hasta horas antes de que la gestión de sociales pretenda votar el retiro de Iñigo no manifestó ningún tipo de preocupación en relación a la continuidad laboral de Iñigo Carrera?” se preguntan los docentes. Porque son ellos quienes tomaron la política de no cuestionar bajo ninguna forma como se dan los concursos en la Universidad de Buenos Aires, por eso mismo no tomó ningún tipo de cartas en el asunto y se proponen votar junto a Postolsky y compañía la remoción del cargo a Juan Iñigo Carrera.

Esta respuesta “justificatoria” viene de boca de una gestión masivamente cuestionada. Esto se demostró en el intento de reforma de Oberti sobre el profesorado, para dejar a la carrera lista de cara a la evaluación de la CONEAU, que concluyó con la respuesta de cientos de estudiantes y profesores participando de las asambleas interclaustros en rechazo a esta avanzada.

Luego de este intento, la camarilla que gobierna Sociología sólo pudo mantenerse en la dirección a partir del mecanismo anti-democrático de gobierno de la UBA. Si los votos se contaran de forma directa, o sea de lo que trata realmente la democracia (una persona = un voto), hubiera ganado la candidata de la Izquierda al Frente, Cecilia Rossi, que era apoyada por quienes reivindicamos el proceso de elección directa de Sociología de 2002; una gran batalla contra el régimen anti-democrático de la universidad que pudo establecer (pudiendo establecer) al primer director de carrera elegido por el movimiento estudiantil. No es casualidad que el Consejo Directivo de Sociales busque consumar un cambio a su favor en la relación de fuerzas empezando por Sociología.

Al igual que en el 2002 cuando las autoridades de la facultad intervinieron restableciendo el régimen anti-democrático del voto ponderado, ahora avanzan para barrer las conquistas que ha dejado esa elección, como por ejemplo la pluralidad ideológica -gracias a la cual por ejemplo se inscribió la materia de Iñigo Carrera-, avanzando sobre los contenidos marxistas de la carrera con el objetivo de fortalecer a una gestión kirchnerista que se encuentra fuertemente cuestionada.

Nuestro desafío

Desde la Juventud del PTS – copresidencia del CECSo, parte de la mayoría estudiantil en el Consejo directivo y en la carrera de Sociología- estamos convencidos que el conjunto de los estudiantes y docentes de la Facultad de Sociales, podemos frenar el despido persecutorio y discriminatorio de Iñigo Carrera y hacer valer el rechazo a este concurso que es la máxima expresión de una universidad que rechazamos, donde estos mecanismos garantizan la designación de docentes amigos y no la estabilidad laboral para miles de docentes precarizados y sin salario. Denunciando este régimen universitario y rechazando el despido de Iñigo acordamos con cientos de estudiantes que apoyaron a la Izquierda al Frente en las elecciones de Centro y de Consejo. En Sociales no podemos permitir que un grupo minúsculo con el interés de seguir reproduciendo el statu-quo y arrogándose el poder de decidir a pesar de las grandes mayorías, decida que un docente abandone una cátedra que construyó con años de trabajo gratuito por utilizar categorías marxistas.

El fin de ciclo del Gobierno Kirchnerista y la unidad reaccionaria entre los distintos proyectos patronales (del oficialismo y de la oposición) se expresa en la UBA con Richarte y en Sociales con este despido. La Juventud del PTS va a poner todas sus energías para dar esta pelea, porque entendemos que única forma de apostar a que el movimiento estudiantil vuelva a convertirse en un actor político frente a los tiempos por venir, y nos encuentre junto a los trabajadores y sectores populares, es si paramos la avanzada de la gestión.

Tenemos una importante tarea como CECSo en estos días, organizándonos en los cursos, abriendo el debate con los docentes, votando mandatos por curso que amplifiquen las voces en la próxima asamblea interclaustro para que resolvamos entre todos como impedimos el despido de Iñigo Carrera y denunciamos esta persecución que hoy es sobre un docente pero si pasa se convertirá en un mal precedente para nuestra Facultad.

Invitamos a todos a participar de la próxima asamblea interclaustros,

Miércoles 21/5, 19hs en MT, TODOS a la asamblea interclaustros

NO al despido de Iñigo Carrera

NO a la persecución ideológica

Democratización YA de la universidad

Los concursos: un poco de historia

Hasta la Reforma del 18, la ley universitaria vigente, conocida popularmente como Ley Avellaneda (ley 1597) establecía que era el poder ejecutivo el encargado de designar a los profesores al frente de los cursos. Con la Reforma del 18, que incorpora la autonomía universitaria y el cogobierno, entre cosas se implementan por primera vez los concursos de oposición. Este mecanismo, por el cual debe pasar cualquier docente que aspire a un cargo en las universidades, buscaba contrarrestar la injerencia del poder ejecutivo en la vida universitaria.

Durante los gobiernos peronistas, se sanciona la Ley Guardo que garantiza al ejecutivo la potestad de designar a los docentes. Con este respaldo, el peronismo realizó una importante purga de intelectuales opositores.

Será la llamada “revolución libertadora” la que derroque con un golpe militar al gobierno de Perón, intervenga las universidades y pronto se vea en una encrucijada de cara a amplios sectores del movimiento estudiantil e intelectuales que la apoyaron para derribar el peronismo al que denunciaban por coartar la libertad de pensamiento. Para no perder su apoyo le “devolverá” a la legislación universitaria algunas de las principales conquistas de la Reforma del 18, entre las que hacen a la autonomía universitaria, que el concurso sea el que defina los cargos docentes sin intervención del poder ejecutivo, mientras siente las bases para avanzar sobre otras concesiones a otros actores que le brindaron su apoyo, como la Iglesia Católica.

Todas las legislaciones posteriores y las distintas corrientes patronales que estuvieron al frente del gobierno de la universidad en todos estos años y hasta la actualidad, siguen defendiendo los concursos por oposición y antecedentes, como método de “selección” docente bajo el falso argumento de imparcialidad y garantía de idoneidad.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: