El conflicto surge a raíz de una suspensión arbitraria de un compañero que es inspector. Le dan 30 días de suspensión. Nosotros sabemos que después lo despiden. Por eso se lanza un quite de colaboración, no salimos a trabajar porque no están las unidades en condiciones. Nos amparamos en el decreto 6.92 que dice que tienen que salir todos los coches con velocímetro, las puertas deben cerrar automáticamente, cosa que ninguna empresa cumple, y ni el gobierno, ni el Ministerio de Trabajo, ni la CNRT, hacen cumplir. Nosotros decidimos hacerlo cumplir. Tuvimos dos días con esta medida, jueves y viernes, con asamblea permanente. El Ministerio nos obliga a acatar una conciliación obligatoria, donde vuelve todo a foja cero hasta dentro de 15 días, que se pueden extender 5 días más. En ese acuerdo que los delegados firmaron, el compañero queda reincorporado se van a pagar los dos días de paro. Eso figura en el acta, pero ahora depende de nosotros hacerlo cumplir. Muchos de nosotros tenemos claro que esta conciliación no era justa. Pero surgió por voto de la mayoría y lo tuvimos que acatar. Pero ahora corremos el riesgo de que cuando termine la conciliación al compañero lo puedan echar y volver a generar este conflicto. Queremos rescatar que tuvimos una asamblea de 700 personas, nosotros somos aproximadamente 830 y hay una predisposició a hacer un paro o tomar medidas si esto continúa.