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A 30 años del villazo

El plenario de Villa

1ro de abril 2004


En marzo de 1974, los metalúrgicos de Villa Constitución, lograron un gran triunfo sobre la burocracia sindical, la patronal y el gobierno de Perón. Lo lograron con democracia sindical, organización, métodos duros -como la ocupación de fábrica con rehenes- y con un amplio apoyo obrero y popular, en lo que se conoció como el Villazo (ver LVO anterior)
Después de un año de gobierno peronista, la base obrera cuestionaba el Pacto social y su congelamiento salarial y Villa mostraba que se podía ganar.
A su vez la Triple A multiplicaba sus ataques a los dirigentes obreros, estudiantiles y populares y de la izquierda. Perón alentaba el levantamiento de Navarro (jefe de la policía de Córdoba) que destituyó al gobierno de la izquierda peronista y puso a un militar como interventor de la provincia. La burocracia sindical peronista que tenía el ministerio de Trabajo atacaba a los activistas y oposiciones combativas.
En la Argentina de hace 30 años, se acentuaba el enfrentamiento entre la revolución y la contrarrevolución.
Por eso la convocatoria a un Plenario Nacional antiburocrático y combativo fue una gran medida que tomó la nueva dirección forjada en el Villazo.
El motivo inicial era rodear de solidaridad a los metalúrgicos y garantizar que los acuerdos firmados se cumplieran. Pero rápidamente la vanguardia obrera lo vio como la posibilidad de reagrupar fuerzas a nivel nacional y avanzar. Por eso todas las corrientes de izquierda y combativas, a excepción de la JTP (la expresión sindical de los Montoneros), participaron del Plenario. El sábado 20 de abril de 1974 el Club Riberas del Paraná desbordaba con más de 3.000 compañeros. Había delegaciones de todo el país, de azucareros del Ingenio Ledesma de Jujuy hasta de estatales y de la construcción Río Negro y Neuquén, de los ceramistas de Villa Adelina hasta los bancarios de Capital. Agustín Tosco, Reneé Salamanca, Ferrarese del Sindicato de Farmacias y Alberto Piccinini de la Marrón de Villa fueron algunos de los oradores destacados. El Plenario no funcionó como tal, por maniobras del PC no se reconoció la representatividad real y se limitó a un acto, que aprobó algunas resoluciones.
El tema central que se debatió fue la necesidad de poner en pie una Coordinadora Nacional antiburocrática. El PST (antecesor del MAS de donde surgió el actual PTS) defendió desde el Frente de los Trabajadores la necesidad de poner en pie dicha Coordinadora. Pero la inmensa mayoría se opuso. La JTP no participó del Plenario para no romper con Perón, pero ninguno de los de ahí quería "romper" con la JTP.
En esa situación no había que dilatar la construcción de una Coordinadora con todos los sectores que estuvieran dispuestos. Piccinini respondió " tenemos que ser realistas, un frente no se realiza de un día para otro. Tenemos que tener muchas conversaciones, muchas reuniones y allí sí va a salir un verdadero frente donde nos unamos todos".
Una oportunidad perdida
Pero pasó el tiempo, Perón echó a la JTP y los Montos de la Plaza el 1° de Mayo (y dos meses después murió), la reacción siguió atacando, la Triple A matando activistas, siguieron a su vez durísimas luchas en fábricas y gremios por todo el país y ni la Coordinadora Nacional ni siquiera las Coordinadoras regionales -a las que muchos, como el caso de Agustín Tosco, decían estar de acuerdo- se formaron durante el "74. El mismo lucifuercista cordobés debió pasar poco después a la clandestinidad.
La Marrón de Villa ganó las elecciones de la UOM pero sólo 4 meses después, el 20 de marzo del ’75 un impresionante operativo represivo tomó Villa por asalto y encarceló a toda la Directiva, y pese al heroísmo de los trabajadores y el pueblo, del Comité de huelga, de los piquetes de autodefensa para enfrentar a los fachos, la huelga de 59 días se perdió. Sus secuelas fueron duras. Murieron decenas de compañeros, anticipando el golpe del ’76. La Marrón de Picci que podía haber tomado la posta de los sindicatos clasistas de Córdoba (SiTraC- SiTraM) de principio de los 70 y nuclear a su alrededor a todos los sectores antipatronales y antiburocráticos no lo hizo y le cabe una gran responsabilidad en eso. Y obviamente el PC, el PCR y la izquierda peronista ni siquiera se plantearon dicha tarea cuando no la boicotearon de forma abierta o encubierta como vimos en Villa del ’74.
Sin embargo, el PST que tuvo una política correcta de proponer la formación de la Coordinadora nacional no fue consecuente y abandonó esa consigna como ordenadora y no hizo ningún intento serio por ver como se podía desarrollar esa perspectiva en algún lugar. El PST no levantó tampoco la consigna de piquetes de autodefensa, para que los dirigentes obreros amenazados por la Triple A fueran defendidos por los mismos trabajadores. Estos errores se deben a que no tuvo una clara estrategia revolucionaria, más allá de que tuvo aspectos reivindicables en su accionar y política.
La falta de una auténtica dirección política revolucionaria, proletaria y marxista, en fin de una dirección al estilo de los bolcheviques en Rusia de 1917 es la causa última de porqué ese ensayo revolucionario que fueron los llamados años ’70 no terminara en una revolución abierta en Argentina. El PTS como organización trotskista lucha por construir ese partido internacionalista y considera que sacar las lecciones del pasado es un paso indispensable para esa tarea.

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