El brasileño Leonardo Boff es un importante referente de la Teología de la Liberación y tiene muchas expectativas con el papa Francisco, piensa que es "un pastor cercano al pueblo".
La Teología de la Liberación o Comunidades Cristianas de Base es una corriente nacida de la iglesia católica, de militancia latinoamericana que se pronuncia a favor de los pobres y contra la explotación, y muchos de ellos fueron reprimidos en las dictaduras y también por el Vaticano.
"Va a subrayar mucho más la dimensión de una Iglesia pobre, sencilla, despojada de poder, que una renovación en la doctrina", así lo cree Boff.
Sin embargo muchos piensan que “con toda la plata que hay en el Vaticano, podrían dársela a los pobres…”. Y la verdad que frente a un trono de oro como usa el papa, anillos de oro y copones de oro como usa el papa, obras de arte hechas de oro y mucho más oro en las catedrales del Vaticano, la verdad es que nada tienen que ver con los pobres.
Esta controversia sobre la iglesia siempre ha causado polémicas y muy justificadas, porque lo primero que cualquiera se pregunta es: si la iglesia tiene que estar cerca de los más pobres y de los más necesitados, ¿por qué los curas, los cardinales, los obispos, tienen que vivir en la opulencia, rodeados de tantos valores materiales muy lejos de los espirituales?
Aun así hay quienes defienden que ese oro está en piezas de valor artístico y cultural, que del mismo modo que Inglaterra no vendería el reloj Big Ben, ni Francia la torre Eiffel, el Vaticano no vendería el oro de la Capilla Sixtina.
Pero el oro en obras de arte no es la única riqueza que tiene la iglesia. Y no me refiero a la riqueza en valores humanos que embellezcan la vida.
Francisco comenzó su papado tratando de mostrar humildad. No usa los zapatos de lujo ni vive en los mejores aposentos. Pero fue elegido para dirigir un estado (eso es el Vaticano) que posee grandes riquezas.
La Santa Sede posee inmuebles, acciones, diversos negocios y todo tipo de empresas.
Estos bienes son administrados por el Istituto per le Opere di Religione (IOR, Instituto para las Obras de Religión), popularmente el banco del Vaticano, que además no publica balances por no estar bajo control monetario del Estado Italiano. La prueba de la vasta diversidad de negocios que maneja, está en que Pablo VI tuvo que ordenar no invertir más en empresas que produzcan anticonceptivos o condones o armamentos. Al menos para disimular la hipocresía que significa estar contra cualquier planificación familiar que implique usar anticonceptivos y a la vez invertir en laboratorios que los producen. O hablar de la paz entre los pueblos e invertir en acciones de fábricas de armamentos.
Y hay que ver si cumplieron con el pedido del papa Pablo VI, porque si no vendieron las acciones de Chrysler tras la fusión de ésta con la Mercedes, el papa estaría involucrado en la industria armamentista europea y muy lejos de los intereses de los más pobres y explotados.