En la noche del miércoles 7 el grupo UNO acató la conciliación obligatoria ante el Ministerio de Trabajo Nacional, por lo que serán reincorporados los 25 trabajadores despedidos en Rosario hasta que dure la conciliación. Al cierre de esta edición los trabajadores realizaron una asamblea y festejan este primer triunfo obtenido.

El 30 de marzo habían llegado 25 telegramas de despido en las radios LT8 y LT3, por lo que los trabajadores del Sindicato de Prensa, junto a locutores, administrativos y gráficos, fueron al paro. Al día siguiente la empresa violó la conciliación obligatoria que había decretado el Ministerio de Trabajo, prohibiendo el ingreso de despedidos y no despedidos, manteniendo un “lock out”.

Pero la respuesta no se hizo esperar, y lo más significativo es que votaron paro por tiempo indeterminado los trabajadores del diario La Capital de Rosario, también perteneciente al grupo UNO comandado por los empresarios Vila y Manzano (ex Ministro del Interior del gobierno de Menem).

Desde ese momento se realizaron varios actos frente al diario, con guardias permanentes de los trabajadores, y una masiva movilización de miles de personas el sábado 3 de abril. El Sindicato de Prensa impidió también que circulara una versión “carnera” del diario escrita desde Santa Fe.

Para el lunes 12 estaba anunciada una “caravana” de la CTA y la CGT nacionales, desde las puertas de América TV en Bs.As. (propiedad compartida por el Grupo Uno y el empresario-diputado Francisco De Narváez) hasta las puertas de La Capital en Rosario, en apoyo a la lucha por la reincorporación.

La solidaridad con los trabajadores de prensa fue muy masiva en la ciudad de Rosario, y esto, junto a la firmeza de los trabajadores, fue determinante en la lucha.

Claro que también fue determinante la intervención de la CGT de Moyano y la CTA de Yasky en el conflicto, junto con el gobierno nacional (Agustín Rossi del FPV habló en el acto en las puertas del diario), presionando por que se revirtiera la decisión del grupo UNO.

Moyano, la CGT y el gobierno aparecieron fuerte en el conflicto, participando con figuras importantes de las marchas y exigiendo que se le corten los subsidios del REPRO que les otorga el gobierno. Aún cuando no hicieron ninguna medida de lucha concreta, amenazaron con hacerlo si no los reincorporaban, ejerciendo presión.

Un primer triunfo

Este primer triunfo de los trabajadores de Prensa de Rosario demuestra entonces que la combinación de acción directa por parte de los trabajadores, junto con el apoyo de los sindicatos y la comunidad, puede permitir triunfar.

La CGT y la CTA se ubicaron en esta lucha en un papel claramente diferente al que tuvieron en el conflicto de los trabajadores de Terrabusi, acusándolos de “izquierdistas” mientras el gobierno enviaba la represión contra los trabajadores, o dejando que la empresa viole sistemáticamente las conciliaciones, etc. Muy diferente también de lo que hicieron en el conflicto de Paraná Metal, donde quedaron 500 trabajadores en la calle, y ni asomó la CGT nacional por Rosario.

Sin ir más lejos, durante todo 2009 las dirigencias brillaron por su ausencia en las duras luchas de los compañeros de Crónica, Canal 13, Radio Nacional, El Cronista, entre otros conflictos de medios en varias provincias. Para no hablar del abandono histórico que sufren los propios trabajadores del Grupo Clarín (tan usado hoy por el kirchnerismo en su cruzada contra la oposición de derecha), a quienes desde hace décadas le son arrancadas las comisiones internas y los delegados que se organizan para defender sus intereses, con la mirada para otro lado de la CTA y la CGT.

Lo mismo podemos decir de los diputados peronistas, con Rossi a la cabeza. Ellos como representante del gobierno persiguen a los trabajadores de prensa como en el caso de Radio Nacional durante el 2009, cuando se suspendió y casi despide a decenas de trabajadores que había decidido organizar un sindicato independiente en la emisora. También es conocida la aplicación de los métodos más terribles de flexibilización laboral (herencia del menemismo) hacia el interior de los medios del Estado, donde entre otras cosas la ausencia de sindicalización garantiza la incapacidad de fuerza para luchar.

¿Por qué entonces fue diferente en este caso el papel de la CGT, la CTA de Yasky (kirchnerista) y el propio gobierno? En el caso del grupo UNO el gobierno está enfrentando a un representante de la oposición política, con los que disputan por la Ley de Medios. En el caso de Terrabusi, en cambio, no tuvieron problemas en reunirse con la embajadora norteamericana y defender los intereses de la patronal transnacional. Se enfrentan a los empresarios del grupo UNO porque son parte de la oposición mediática al gobierno, pero conviven con patronales imperialistas, mostrando que lejos están de defender los verdaderos intereses de los trabajadores.
Qué diferente sería la lucha actual de los trabajadores de Cerámica Stefani en Neuquén, abandonados por las centrales sindicales, o de otros trabajadores si la CGT no jugara en contra abiertamente.

En el caso de los trabajadores de Prensa de Rosario, es la fuerza de los propios trabajadores, organizados democráticamente en asambleas y sumando el apoyo de toda la comunidad, exigiendo a las centrales sindicales medidas contundentes de lucha si la patronal no quiere reincorporar a todos después de la conciliación, la que puede garantizar un triunfo definitivo. En caso de mantener despidos será necesario plantear sin titubeos la expropiación de las radios y el diario al grupo UNO, y que sean puestos a funcionar bajo la gestión de sus periodistas y técnicos, junto a comisiones de oyentes y lectores, poniendo estas herramientas de comunicación al servicio de las necesidades y gustos de los trabajadores y el pueblo de Rosario.

Debate por la ley de medios

Desde el Sindicato de Prensa de Rosario plantean que los despidos apuntan no sólo flexibilizar a sus trabajadores y desarmar su organización gremial, sino también a una “venganza” por ser un gremio que apoya la ley de medios, mientras el grupo UNO desde Mendoza intenta frenarla por vía judicial.

Al mismo tiempo que sostenemos nuestro apoyo incondicional a la lucha de los trabajadores y su derecho a defender la ley de medios, planteamos nuestra diferencia con esta orientación. En primer lugar porque el gobierno de los Kirchner ha dejado pasar despidos en otros medios de comunicación sin mover un dedo, como decimos más arriba. Pero mucho más porque la misma Ley de Medios, que puede afectar al monopólico grupo UNO, no tiene otro objetivo central que el beneficio de grupos empresarios que hoy están por fuera del “reparto de la torta” y son afines al gobierno. Como lo dijimos en su oportunidad, desarrollar una prensa verdaderamente democrática e independiente no se dará por medio de leyes y resoluciones judiciales, y menos aún de un "modelo" basado en el capitalismo de amigos, el subsidio a las grandes patronales y la profundización de las desigualdades sociales en beneficio de las corporaciones.