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El camino más corto a la derecha

Tras morder el polvo en las PASO, los kirchneristas mutaron y enarbolaron un discurso de mano dura para captar la atención de las clases medias reaccionarias, dejando atrás la doctrina de la llamada “seguridad democrática”.

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29 de agosto 2013

Tras morder el polvo en las PASO, los kirchneristas mutaron y enarbolaron un discurso de mano dura para captar la atención de las clases medias reaccionarias, dejando atrás la doctrina de la llamada “seguridad democrática”. El secretario de Seguridad Sergio Berni señaló que “la inseguridad ciudadana no es una sensación” porque “no está influenciada por los medios, sino que es palpable y la gente la padece permanentemente”. Así el gobierno de Cristina responde tanto a la solicitada firmada por los intendentes massistas de San Isidro y Hurlingham, Gustavo Posse y Luis Acuna, como a los pedidos de los intendentes kirchneristas de La Matanza y Tres de Febrero, Fernando Espinoza y Hugo Curto, los que exigían incrementar las dotaciones con más policías en los municipios. “La inseguridad crece y la cantidad de efectivos decrece”, afirman (Clarín, 26/08). Con justa razón, la ex funcionaria del Ministerio de Seguridad, Florencia Arrieta, acusó que “hay un giro a la derecha de un Gobierno que pasó de la demagogia garantista a la demagogia punitiva” (Clarín, 26/08).
Sin embargo, massistas y kirchneristas mienten. Como bien declaró el juez Zaffaroni, el índice de homicidios registra 6,57 personas cada 100.000 habitantes, 40% producto de riñas entre vecinos, el más bajo de Latinoamérica (Honduras registro 86 asesinatos cada 100.000 personas), sólo comparable con los países desarrollados de la UE (La Nación, 28/11/12). Del mismo modo, jamás hubo tanto efectivos en el Gran Buenos Aires, sumando el total entre los 54.000 efectivos de la Bonaerense, los 6000 egresados recientemente de las policías comunales y los 6000 gendarmes del Operativo Centinela estacionados desde 2010 en las bases-dormitorio de La Matanza, Quilmes, Ezeiza, Esteban Echeverría, Campo de Mayo y en la CABA, donde funciona el Operativo Cinturón Sur con 1200 gendarmes y 1200 prefectos. Los kirchneristas capitularon totalmente ante los barones del conurbano y sus perspectivas de una sociedad carcelaria en sintonía con los barrios privados de los grandes ricachones y el gatillo fácil en las barriadas más plebeyas.
Acusando recibo de esta realidad, Cristina acaba de emitir el decreto 1177 que anuncia el “Programa Federal de Colaboración y Asistencia para la Seguridad” con la finalidad de coordinar las 24 jurisdicciones provinciales, disponiendo planes de acción y asistencia, como los próximos 350 patrulleros que recibirá la Bonaerense. El programa prevé el envío de miles de gendarmes y prefectos a las ciudades más grandes del país así como la provisión de los sistemas de inteligencia más sofisticados (SIBIOS y SAIB) para el espionaje y la persecución, tras el antecedente del Proyecto X. Complementariamente, el gobierno resolvió un redespliegue de los 6000 efectivos de Gendarmería del Operativo Centinela, pasando del concepto de “saturación policial” en puntos neurálgicos a la diseminación de patrullas en los municipios. ¡Qué ironía, el progresismo kirchnerista resultó el camino más corto a Scioli, Massa y la derecha!

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