logo PTS

Debates

LANZAMIENTO DEL MST DE VILMA RIPOLL

El MST llama a un frente de centroizquierda

Tras realizar un plenario en el Hotel Bauen, el MST-Nueva Izquierda lanzó su campaña electoral para las próximas elecciones nacionales de octubre presentando la precandidatura de Vilma Ripoll. Con la finalidad de poner en pie una “alternativa” al “gobierno y los partidos tradicionales y que recoja el espíritu de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001”1, el MST convoca “a Pino Solanas y a los sectores populares y antiimperialistas con los que impulsamos la defensa del patrimonio nacional, a Claudio Lozano y su espacio Movimiento por Buenos Aires” y, nuevamente, “a Soberanía Popular de Mario Cafiero” para avanzar hacia una “verdadera alternativa de poder”.

Miguel Raider

2 de agosto 2007

Tras realizar un plenario en el Hotel Bauen, el MST-Nueva Izquierda lanzó su campaña electoral para las próximas elecciones nacionales de octubre presentando la precandidatura de Vilma Ripoll. Con la finalidad de poner en pie una “alternativa” al “gobierno y los partidos tradicionales y que recoja el espíritu de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001”1, el MST convoca “a Pino Solanas y a los sectores populares y antiimperialistas con los que impulsamos la defensa del patrimonio nacional, a Claudio Lozano y su espacio Movimiento por Buenos Aires” y, nuevamente, “a Soberanía Popular de Mario Cafiero” para avanzar hacia una “verdadera alternativa de poder”.

Resulta curioso proponerse construir una alternativa al gobierno y los partidos tradicionales con figuras que coquetearon con el gobierno y los partidos tradicionales. Claudio Lozano no sólo fue diputado electo por la fórmula Ibarra-Telerman en el año 2003, sino que ante el ballotage en la Ciudad de Buenos Aires le exigió al candidato kirchnerista Daniel Filmus un “compromiso programático” para brindarle su apoyo. Es vox pópuli que Lozano y la dirección de la CTA se negaron a movilizar a los trabajadores durante las jornadas de diciembre de 2001 con el objeto de “no desestabilizar el gobierno de la Alianza”, del cual fueron fervientes impulsores. Qué decir de Mario Cafiero, un saltimbanqui que como funcionario del menemismo promovió la privatización del Astillero Río Santiago, pasó por el ARI, y luego llegó a defender a su padre, Antonio Cafiero, implicado en las causas judiciales contra los crímenes de la Triple A por haber firmado los decretos represivos en 1975 como ministro de Isabel Perón.

Pino Solanas, como diputado del Frente del Sur, votó en diciembre de 1993 el envío de la Gendarmería Nacional contra el Santiagueñazo, y actualmente impulsa la “recuperación” del petróleo en los marcos del estatismo burgués, es decir no como administración de los trabajadores de los recursos energéticos nacionalizados sino como una reedición de la vieja YPF que fue utilizada por los sucesivos gobiernos en función de los intereses de la patria contratista y en la exploración a costas del Estado para abrir los negocios de las grandes petroleras.

Esta convocatoria del MST a figuras de la centroizquierda va acompañada de un programa que reivindica la “ley de abastecimiento” de Alfonsín para “ejercer el control de precios”, clama por un “verdadero presupuesto participativo” después de la experiencia de Lula en Porto Alegre y Aníbal Ibarra en la Capital, abandona la lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito limitándose a reclamar la “despenalización del aborto”. Y, peor aún, exigiendo “una seguridad para reprimir el delito” y la “elección de los comisarios por voto popular”.

Toda una trayectoria

El MST viene aplicando esta orientación de conciliación de clases desde que selló su alianza de más de una década con el PC en Izquierda Unida, para luego “ampliarse” en un acuerdo con el PS en la provincia de Buenos Aires. Estos aliados terminaron en los brazos del oficialismo: el PC recientemente aportó el vice de la fórmula oficialista junto a Filmus en la Capital, Carlos Heller, y los “socialistas” Jorge Rivas y Ariel Basteiro hoy revistan bajo las órdenes de Alberto Fernández, el primero, y como director estatal de Aerolíneas Argentinas el segundo. En las pasadas elecciones de la Capital, el MST, pese a haber disuelto todo vestigio socialista en su programa (“ser de izquierda es también preocuparse por los semáforos”, dijo Patricia Walsh), apenas recuperó la banca de la vieja Izquierda Unida, pero de ninguna manera se proyectó como la nueva fuerza de izquierda emergente ni como heredero del espacio vacante del desaparecido zamorismo. Como dijimos en La Verdad Obrera luego de aquellas elecciones: “En su campo, surgió en la Capital otro postulante, Claudio Lozano y su agrupamiento de centroizquierda Movimiento por Buenos Aires. (...) Es decir, que esta situación empuja al MST a dar, tarde o temprano, otro paso en su curso a la centroizquierda”. Y efectivamente lo dieron con la actual convocatoria.

En realidad esta política “amplia y no sectaria” presentada como una “Nueva Izquierda” demostró ser la cobertura de un proyecto de ocupar el espacio vacante de la centroizquierda, que podría resumirse en la fórmula: para dejar atrás “proyectos falsamente progresistas”, hay que construir, como dice el propio Claudio Lozano, “un progresismo verdadero”.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: