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Internacionales

EL ATAQUE DEL GOBIERNO HA DETONADO LA PROTESTA NACIONAL

12 de febrero 2003

El programa de medida anunciado por el gobierno el pasado fin de semana e inmediatamente bautizado por el pueblo como “el impuestazo”, significa una
declaración de guerra, particularmente contra los asalariados.
Hace dos semanas el gobierno logró el levantamiento de los bloqueos
campesinos mediante un compromiso con Evo Morales que reinstalaba el
“diálogo” y “mesas de trabajo”. Sin embargo, resultaba evidente que la
tregua social y política con que contó durante los primeros meses de su
mandato se había agotado. Al mismo tiempo, la gravedad de la recesión
económica y la dureza del Fondo Monetario Internacional (del cual el
gobierno esperaba mayor financiamiento para sus planes), lo obligaron a una
jugada ofensiva que sobrepasando claramente la relación de fuerzas, a puesto
en marcha un vasto movimiento de protesta en prácticamente todos los
sectores, sobre todo urbanos, ha dividido profundamente a la clase dominante
y empujado a las capas medias a la oposición y está convulsionando a la
clase trabajadora y al pueblo pobre.
El núcleo del “impuestazo” va dirigido contra los salarios, que pasan a
tener tasas de hasta el 12,5%. Con esto y otras medidas, el Gobierno
pretende recortar el déficit fiscal que ya supera el 8,4% y que amenaza
hacerse insostenible. La raíz de este desequilibrio no está en el gasto
público o en los salarios, ya extremadamente reducidos, sino en que la
privatización del petróleo y el gas dejó al Fisco sin su principal fuente de
recursos, desfinanciando al presupuesto y, en momentos de recesión como
éste, tornando incontrolable el desequilibrio. El gobierno no sólo es
incapaz de gravar al puñado de pulpos que se ha apoderado de las principales
palancas de la economía nacional, sino que pretende descargar la crisis
sobre los asalariados y las clases medias.
El gobierno tiene el apoyo de los bancos, las transnacionales y los
intereses ligados al imperialismo, así como de la Embajada yanqui,

Una aguda crisis nacional

En nuestro balance de los bloqueos de enero decíamos que tendían a reemerger
los elementos más profundos, prerrevolucionarios de la situación y qu ése
había sido sólo un primer round de una pelea que recién comenzaba El
gobierno se ha encargado de acelerar extraordinariamente los tiempos. Hoy
Bolivia vive una crisis prerrevolucionaria cuya dinámica se mide en horas y
días. Anoche, a las 12, un noticiero cerraba su emisión con el título de
“Goni se tambalea” y enumeraba los diversos frentes que el gobierno se ha
abierto. En otro programa político se decía “el gobierno ha logrado unir a
los bolivianos... en su contra”.
En efecto, los elementos de la crisis detonada tan aceleradamente son:
a) La división de la clase dominante, con la Confederación de Empresarios
Privados y las principales cámaras patronales de Cochabamba y Santa Cruz
(es decir los sectores ahogados por la recesión y por los Bancos) exigiendo
el retiro del plan oficial. El presidente de los empresarios, Carlos Calvo,
se reunió con Evo Morales mientras se negaba a asistir a una cita con los
Ministros.
b) El paso a la oposición de las capas medias, profesionales, etc.,
afectados por el impuesto de un 12,5% a los salarios y otras medidas
impositivas.
c) La efervescencia en el movimiento obrero. En Oruro en los actos cívicos
por la efemérides departamental del 10 de febrero, el Presidente tuvo que
retirarse ante los silbidos insultos y hasta dinamitazos de los mineros y
otros sectores. Los maestros ya lanzaron un plan de lucha que comienza con
el paro de 24 hrs. de mañana, al que también llama la COB. Pero además de
los sectores más combativos, el ataque fiscal afecta a los sectores más
estructurados y mejor pagos del movimiento obrero, lo que puede hacer que se
sumen a la lucha con una mayor irrupción del proletariado fabril y de los
trabajadores de los servicios. Por otra parte, la Universidad está bajo
ataque y no sólo hay conflictos activos en El Alto y en Santa Cruz, sino que
los rectores en pleno han debido pronunciarse contra el plan del gobierno.
d) Si en Enero el gobierno había podido enfrentar a los cocaleros y a la
vanguardia campesina contando con una mayor calma en las ciudades, ahora ha
convertido en principal escenario de la agitación social a éstas, sin haber
logrado, sin embargo, aquietar el descontento en el campo.
e) En la caldeada situación que se ha venido formado en estos pocos días, un
ingrediente explosivo ha sido el amotinamiento policial. Detonado por el
impuestazo y dirigido por amplios sectores de la oficialidad (a diferencia
del motín en el GES del 2000, donde se expresó más la tropa), abarca a casi
toda la policía de La Paz y se estaría extendiendo a Santa Cruz y otras
guarniciones, afectando la capacidad represiva del gobierno cuando este más
la necesita y haciendo emerger la crisis estatal. En la crisis policial
intervienen los más heterogéneos factores: los bajos salarios de la tropa y
el descontento de larga data, la crisis institucional que no ha sido saldada
y que la pone a la policía prácticamente en estado de descomposición, la
jugada de alas mafiosas de la oficialidad que quieren boicotear el proyecto
de “reforma policial” del gobierno, etc.
f) La oposición de la NFR ha endurecido su discurso e incluso en sectores
del MIR y de la coalición gobernante se levantan protestas, reflejando el
rechazo de sectores burgueses y la indignación de las cpas medias. El
régimen cruje y a pesar de la mayoría parlamentaria, no está descartado que
el tratamiento del plan oficial en el Parlamento se empantane.
g) La fuerza política del gobierno se diluye y éste aparece completamente
aislado. Efectivamente, puede decirse que “Goni se tambalea”. Es posible que
en las próximas horas o días deba, o bien redoblar la apuesta con un giro
más bonapartista (insniuado ya la semana pasada en los choques entre Sánchez
Berzaín y el ala dura del gobierno y los periodistas) , lo que incluye
tratar de liquidar la movilización que está emergiendo antes que se
desarrolle con mayor represión y el Estado de Sitio (para lo cual dada la
crisis policial, debería apelar al Ejército), o bien aceptar la derrota de
este intento y abrir una nueva negociación en el Parlamento, lo cual
implicaría la caída del gabinete económico y lo dejaría evidentemente muy
mal.
h) En estos momentos, la agitación popular comienza a sentirse en las calles
de La Paz, facilitada y alentada por el motín policial. Las ventanas del
Palacio Presidencial han sido apedreados. Grupos de manifestantes han
realizado acciones en El Alto, la Autopista y otros sitios. El paro de
manaña promete hacerse sentir con fuerza no sólo en La Paz, sino también en
Santa Cruz y el Resto del país. Es llamativo que esta última ciudad,
tradicionalmente más conservadora, se haya convertido en uno de los
epicentros de la protesta. Médicos y otros profesionales, sindicatos, los
partidos de la oposición, etc., convocan a sumarse con “cacerolazos” al paro
de mañana jueves. Por otra parte, los cocaleros presionan para obtener
alguna respuesta a sus demandas o volver a bloquear. (aunque el Mallku
pretende no lalmar a medidas y reducirse a “chicotear a los parlamentarios
que voten la aprobación del impuestazo en el Parlamento”).
i) El gobierno está tratando desesperadamente de destrabar el conflicto
policial para contar con los policías para enfrentar la ola de protestas y
movilizaciones que está emergiendo. Pero el movimiento obrero y los
sindicatos no pueden limitarse a dar apoyo al reclamo salarial de la tropa.
Es necesario, como mínimo, plantear a los policías amotinados que se
comprometan a no reprimir.
j) En estos momentos según los medios, fuerzas militares se están
enfrentando a los policías amotinados en la Plaza Murillo, con intercambio
de disparos, en un aparente intento de aplastar el amotinamiento y retomar
el control de la situación.
k) Sánchez de Losada, en su discurso presidencial trató de chantajear a la
población con el fantasma de una debacle como en Argentina. Ha conseguido
convocar al fantasma de un “19 y 20”, es decir, de un levantamiento de
tendencias insurreccionales como el que acabó con De la Rúa y abrió un
proceso revolucionario en Argentina.
l) Está planteada la urgencia de que el paro nacional de 24 horas de mañana
jueves sea un masivo golpe al gobierno. Que sea un gran paro con
movilización que pare el país, el inicio de la movilización general de los
trabajadores, los campesinos y el pueblo pobre. Ninguna tregua ni respiro al
Gobierno! Toda forma de acción para garantizarlo, incluyendo la elemental
autodefensa de las masas contra los aprestos represivos del gobierno. Este
debe ser sólo el primer paso hacia una huelga general política con bloqueos
de caminos a nivel nacional, para paralizar todo el país y derrotar al
Gobierno y su “impuestazo”.
m) La crisis nacional pone a la orden del día la necesidad de echar a
Sánchez de Losada, a Carlos Mesa y al gobierno del MIR-MNR. ¿Para que asuma
como presidenta interina la movimientista presidenta del Senado, como
propuso hace pocos días Evo Morales? ¿Para que la crisis política se
resuleva en los marcos de la reaccionaria Constitución vigente? NO. La lucha
de los obreros y campesinos no puede ser llevada a esa trampa. Es preciso
luchar por un gobierno provisional de las organizaciones obreras y
campesinas que estén al frente de la movilización.
n) Es urgente la convocatoria aun congreso o encuentro nacional de
delegados de base de todo el movimiento obrero, campesino y popular, para
coordinar las acciones, preparar la huelga general política y los bloqueos
de caminos, y adoptar un plan obrero y campesino de acción para encarar la
crisis del país. No basta para la lucha planteada un acuerdo de dirigentes
como el “estado mayor del pueblo”. Ni mucho menos la cúpula de la COB puede
arrogarse la representación exclusiva de los obreros y campesinos
movilizados. Tampoco pueden subordinarse las acciones y pasos a seguir a las
tratativas con los empresarios privados del MAS. ¡Por una Coordinadora
nacional de movilización, un verdadero Estado Mayor para la lucha, sobre la
base de la democracia directa!
o) Los sindicatos y otras organizaciones combativas, que como el magisterio
urbano de La Paz y otros, han criticado las conciliaciones de las
direcciones mayoritarias y llamado a la movilización contra el impuestazo
del gobierno, tienen una gran posibilidad y por tanto una gran
responsabilidad: impulsar ya mismo, sin perder el tiempo, la coordinación y
desarrollo de las acciones.
p) A horas 14 del miércoles 12 de febrero, es imposible prever cómo se
desarrollarán los acontecimientos. Pero está en curso un enfrentamiento de
enormes proporciones, que abre la posibilidad real de un “19 y 20” en
Bolivia y toda la acción y la política, más allá de las mínimas fuerzas,
debe estar puesta no sólo en su desarrollo, sino en abrirle una perspectiva
de clase. ¿Lograrán el gobierno y la burguesía contener el desarrollo de la
crisis prerrevolucionaria? ¿Hasta dónde se jugará el gobierno en sus
aprestos bonapartistas, insinuados en la apelación a las FF.AA. para
disciplinar a la policía en huelga y mantener el control de la situación?
¿Podrán impedir que se cuele la acción de las masas en las fisuras del
régimen? ¿En qué medida la agitación social se convertirá en movilización
activa del proletariado?

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