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MOVIMIENTO OBRERO

Despertate, Felfort

En los últimos días vengo escuchando y leyendo conceptos acerca del rol de un revolucionario frente a la lucha de clases. Puedo leer textos y comprenderlos teóricamente, pero comprobé que lo más importante es el accionar, la propia experiencia.

Carina Brzozowski

26 de febrero 2015

En los últimos días vengo escuchando y leyendo conceptos acerca del rol de un revolucionario frente a la lucha de clases. Puedo leer textos y comprenderlos teóricamente, pero comprobé que lo más importante es el accionar, la propia experiencia.

Llevo más de seis meses despedida de Felfort. A mi despido (en el marco de otros 22) se sumaron 74 en diciembre y la semana pasada, tras las vacaciones de casi todo el personal, Felfort despidió a dos compañeros más.

Cuando en los Boletines de Lucha les escribo a mis compañeros “Despertate Felfort” no es una mera metáfora. Es un deseo enorme que tengo, como obrera y luchadora, de que de una vez por todas se rebelen frente a las injusticias.

El lunes 23 volví a la puerta de Felfort a llevar el Boletín de Lucha N° 16. Me paré en la puerta, como siempre, a la salida del turno mañana. A medida que salían, con muchísimo calor y pleno sol, muchos se quedaban para darme un abrazo, un saludo y una expresión común: “Cari, ¿cuándo volvés?” o “Cari, vos te reincorporás”. No es un dato menor, teniendo en cuenta que la Comisión Interna, que se dice combativa, no conduce a los obreros a la lucha, más bien los lleva con sus acciones a resignarse y pensar que contra la patronal no se puede.

En las manifestaciones de cariño noto el deseo reprimido de que algo cambie de una vez por todas en la fábrica. El pensamiento de “si no podemos entre todos, que al menos Cari por vía judicial le doble el brazo a la patronal”. No los culpo, los compañeros ven la solución al conflicto de manera individual, porque aún no probaron su propia fuerza. Pasamos un paro de cinco días encerrados en el comedor, sin sacar el conflicto a la calle y sólo conseguimos míseras reivindicaciones. La gente tiene memoria.

El juicio por mi reincorporación está encaminado. También existen abogados que luchan por los derechos de los trabajadores. La causa está en marcha y cada vez es más fuerte el deseo de volver, de recuperar mi puesto, de luchar para que los contratados “suspendidos” vuelvan también, como vanamente prometió la empresa en un acta firmada junto a los delegados en diciembre de 2014.

Desde la Agrupación Bordó vemos que la tarea inmediata es organizarse, conseguir mi reincorporación y levantar la moral en la fábrica.

En este sentido toma forma el concepto de las tareas de un revolucionario. Es imperante que por encima de los conflictos personales se ponga la lucha de clases, para crecer, avanzar, tener el corazón siempre latente y poder después compartir.
¡Vamos a volver!

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