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“Desde los campos ajeros de Mendoza...”

Lo decimos bien claro: toda la vida hemos sido esclavas. Nuestros padres lo fueron, tanto como nuestros abuelos.

PTS

2 de mayo 2008

Lo decimos bien claro: toda la vida hemos sido esclavas. Nuestros padres lo fueron, tanto como nuestros abuelos.

Las mujeres comenzamos esta lucha sólo pidiendo nuestros aportes jubilatorios pero la empresa se negó y entonces pedimos el blanqueo. Reclamar contra el trabajo en negro no nos costó poco. Las cooperativas de los grandes empresarios del país fueron con nuestro patrón a la comisaría y desde ahí llamaron a sus amigos del poder político y judicial, y a las pocas horas sufrimos una brutal represión.

No teníamos experiencia, no estábamos organizados, íbamos detrás de los dirigentes sindicales que tenían sus propios intereses, y durante meses nos dieron vueltas y vueltas. Hablamos con legisladores, intendentes y funcionarios, y hasta le pedimos personalmente a la Presidenta, que sólo queríamos trabajar y estar en planta. Pero el tiempo pasó y seguimos despedidos y nuestros compañeros en negro.

Pero los tiempos tienen ciclos y hace poco uno de los relojes se apagó. Carlos Erazo, el más viejo, que después de años se decidió a reclamar por nosotros y por ello había sido apaleado por las bestias de la policía, no resistió más las consecuencias de sus golpes. Y su cerebro se fue apagando hasta morir pobre en un hospital de pobres. Por el empeño de él y el de nosotros seguiremos hasta el final.

Es necesario organizar a estos miles de esclavos. La Sociedad Rural, la Federación Agraria o la Cámara del Ajo, que son los que impulsan el paro del campo, son patrones que demuestran estar unidos sólo para defender sus ganancias. Nosotros pensamos que los que tenemos que estar unidos y organizados somos los trabajadores, no sólo los de la ciudad sino también los del campo. Hoy en el día internacional de los trabajadores estamos llamando a todos nuestros compañeros trabajadores, ajeros, aceituneros, peones y obreros del campo a organizarnos por nuestros derechos laborales y sindicales. Los obreros no tenemos fronteras. Somos golondrinas, como dicen. Por eso tenemos que estar unidos aquí desde el obrero boliviano y en todo el mundo. Desde los campos ajeros de Mendoza queremos hacer un pequeño aporte a esa unidad. Porque queremos trabajar con dignidad.

Trabajadora del ajo de Mendoza

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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