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Mundo Obrero

Descontento subterráneo

La entrada de un sector de dirigentes del subte a la fracción progubernamental de la CTA, encabezados por el compañero Beto Pianelli que, de golpe, apareció en el primer cargo de la lista de Yasky en Capital, ha despertado descontento.

Claudio Dellecarbonara

12 de agosto 2010

La entrada de un sector de dirigentes del subte a la fracción progubernamental de la CTA, encabezados por el compañero Beto Pianelli que, de golpe, apareció en el primer cargo de la lista de Yasky en Capital, ha despertado descontento. No podía ser de otra manera, en uno de los emblemas del sindicalismo de base y parte de las experiencias más avanzadas de la clase obrera en el país.
Como tampoco podía ser de otra manera, este giro hacia el gobierno de un sector de los delegados, se hizo de forma completamente burocrática, sin posibilidad de debatir democráticamente. Simplemente, en un plenario, el 15 de julio, 29 delegados (un tercio del total y muchos de ellos sin mandato), votaron finalmente el ingreso de nuestro sindicato a la CTA, con la oposición de 16 delegados que propusimos una discusión amplia de cara al conjunto de los compañeros para abordar las diferentes posiciones antes de cualquier decisión. La actual orientación no cayó del cielo. El antecedente más cercano fue la firma del acta del 26 de noviembre a la que este sector consideró un logro “sin precedentes”, asesorado por Marín de la CTA y bien a la medida de Tomada. Aquel fue un grave alerta sobre la disposición de bajarse de la lucha por el reconocimiento del sindicato que teníamos cerca de la mano y, a cambio, firmar una paz social por un año. A casi ocho meses, y después de decenas de reuniones en el Ministerio, postergando las medidas de lucha necesarias para conseguir nuestros reclamos, no se logró nada. La UTA con la patronal sigue al mando, negociando según sus propios intereses.

Pero los trabajadores del subte y un sector de los delegados que hemos venido alertando este curso, que defendemos nuestros años de lucha y estuvimos a la vanguardia de la pelea por este sindicato, realizando medidas de acción directa, movilizaciones, organizando un plebiscito masivo que mostró la voluntad de la enorme mayoría de los trabajadores del subte por conseguir nuestra propia organización, no podemos permitir que toda esta experiencia se ponga al servicio de burócratas y de los K que gobiernan para la gran patronal, que basan sus ganancias entre otras cosas, en los millones de trabajadores en negro, precarizados, mientras reparten migajas. ¿Cómo vamos a luchar consecuentemente por el reconocimiento y por participar de las paritarias si estamos en las listas progubernamentales de Yasky amigo de Moyano y Tomada que negocia con la UTA? Si algo demostramos los trabajadores del Subte y nuestro cuerpo de delegados es que la independencia del gobierno y la democracia de los trabajadores, base de la unidad en la lucha y la movilización, fue la orientación más eficaz para lograr el histórico reclamo de la jornada de 6 horas, terminar con la tercerización laboral y dar pasos en poner en pie nuestro sindicato.

Nosotros no queremos estar al margen de los procesos de lucha y recomposición de las organizaciones de los trabajadores, aportando nuestra experiencia antiburocrática y antipatronal y la democracia de los trabajadores, manteniendo nuestra independencia. Por eso planteamos entrar a la CTA para aportar a la organización de todos aquellos que comparten con nosotros la confianza en la fuerza de los trabajadores, el respeto a la democracia de las asambleas y los mandatos, con un programa que refuerce nuestros métodos históricos de lucha para combatir a los dirigentes burocratizados, como Yasky o De Gennaro, que dividen al movimiento obrero.

Unidad por la democracia de los trabajadores

La orientación que se impone en forma burocrática, ha generado descontento y división en la propia base del subte. Desde diversos sectores, como en Tráfico de la Línea “B” y en Rancagua, venimos reclamando abrir el debate sobre el destino de nuestra organización. Impulsamos esta condición democrática mínima, desde mucho antes del plenario donde una minoría resolvió entrar a la CTA a las apuradas. Pero ante la política de los hechos consumados, de encontrarnos con dirigentes en las listas oficialistas y que, de pronto, ya todos somos afiliados compulsivamente a la CTA, vamos a enfrentar este curso. Los delegados que nos oponemos a esta orientación que rompe con las mejores tradiciones de los trabajadores del subte, propusimos en la reunión de delegados de la línea “B”, hacer un llamado invitando a todos los compañeros a realizar un plenario que se realizará el viernes 20. A su vez estamos impulsando a una reunión de delegados y trabajadores de todas las líneas para evitar el curso que está tomando nuestra organización.

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