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Internacionales

Desarrollar la movilización obrera campesina y popular hasta paralizar el país con la huelga general

6 de octubre 2003

Esta tercer semana de lucha tiene una enorme importancia para el desarrollo de la movilización contra el gobierno represor y entreguista de Sánchez de Losada y sus planes. ¡No hay que darle respiro! ¡Hay que redoblar la movilización! ¡No pasarán ni la entrega del gas, ni las modificaciones tributarias y en las rentas, ni la reaccionaria ley de “seguridad ciudadana” ni la represión!
En la semana anterior, con los bloqueos en el Altiplano paceño (y el comienzo del bloqueo en Yungas) y las contundentes marchas y protestas de la semana pasada en La Paz, El Alto, Oruro, Potosí, en las que participaron decenas de sectores de trabajadores, campesinos, estudiantes, rentistas, gremiales y muchos más, comenzamos una batalla decisiva. Si se hace realidad la extensión nacional de los bloqueos que han anunciado la CSUTCB (Román Loayza) y otros dirigentes del Chapare y del Movimiento Sin Tierra, así como las medidas de movilización decididas en el último ampliado de la COB, estaremos dando un nuevo e importante paso adelante y el Gobierno se verá arrinconado.
Sin embargo, hay un grave peligro: Varios sectores y dirigentes intermedios y nacionales están buscando generalizar la política de negociación sectorial. Esta política atenta contra las potencialidades de la lucha unificada nacional. No se puede exigir la caída de Sánchez de Losada y a la vez estar sentado negociando con el. La política de “dialogo” nacional o sectorial sobre la base de reivindicaciones inmediatas divide al movimiento, confunde y desmoraliza, y atenta contra la lucha por la recuperación del gas y la derrota del gobierno, pudiendo llevar a una derrota, al menos parcial del movimiento en curso
El movimiento de protesta ha sido logrado pese a la falta de preparación de una lucha nacional unificada y la política de las principales direcciones. Los intentos de diálogo de dirigentes medios y de algunos nacionales –como fue en el Altiplano y con el Mallku- fracasaron gracias a la bronca y a la acción espontánea que desplegaron los trabajadores de base. En otros lugares, los dirigentes dialoguistas del MAS se ven arrastrados a tomar medidas, aunque mas no sea declaratorias, para no verse desbordados por la movilización de los trabajadores del campo y la ciudad. Sin embargo, con sus vacilaciones, su negativa a coordinar, sus intentos de negociar por separado y su estrategia de subordinar la movilización a una política de presiones sobre el régimen y alianza con militares y policías “patriotas” y otros representantes “de izquierda” de la burguesía, están demostrando que no quieren ir hasta el final en esta batalla decisiva.
El gobierno ha sentido el golpe. Sánchez de Losada y sus ministros esperaban que las movilizaciones no cobraran fuerza y aislar a los sectores movilizados combinando represión con negociaciones sectoriales. Esperaban también, con ayuda de los empresarios privados, los medios de TV y prensa y la Iglesia, crear un clima de miedo en la población de las ciudades, particularmente en las clases medias, que justificara la represión y le diera base social. Hasta ahora, y a pesar de la furia de sectores de la clase media privilegiada (que piden a gritos estado de sitio y represión) y del punto de apoyo reaccionario que encuentra el Gobierno en los intereses burgueses de Santa Cruz y Tarija, los planes oficiales no han podido afianzarse. Aunque todos sostienen al presidente cointra las masas, hay “crujidos” en el oficialismo (que se vieron en sus dificultades para el “cuoteo” parlamentario) y en el seno de la clase dominante, como muestra la burguesía cruceña demandando autonomía y mayores cuotas de poder. Las FF.AA. cuya cúpula mantiene un pacto político con Goni, tampoco son un bloque monolítico y sectores se resienten de la política de acercamiento a Chile del Gobierno.
Es posible derrotar al gobierno. La balanza de las fuerzas enfrentadas es favorable a las masas. La enorme fuerza y combatividad demostrada en las calles, plazas y caminos vale por mil referendums: el pueblo trabajador está diciendo ¡Basta! Basta de hambre, de represión y de entrega. Basta de este gobierno representante de los grandes capitales, los bancos y las transnacionales que se apoderaron de las empresas públicas “capitalizadas” y ahora quieren hacer nuevos fabulosos negocios con el gas.
Pero lo hecho hasta ahora, con ser logros muy importantes de la movilización, no es suficiente, para vencer es necesario sostener, extender y profundizar la movilización nacional, incorporando a todos los sectores de la clase obrera y peleando por que ésta se convierta en la vanguardia efectiva de la lucha, uniendo al campo y la ciudad hasta imponer una completa paralización del país, es decir, garantizar una verdadera huelga general y el bloqueo nacional de caminos.
El ampliado de la COB del viernes 3, en la UPEA, tomó algunas determinaciones que si la base las toma en sus manos, pueden ser un importante paso adelante, como la de formar Comités de movilización en todos los departamentos. Se necesita la más amplia coordinación para la lucha a todos los niveles: en cada barrio obrero y popular, entre las fábricas y talleres, de una misma zona, en los centros de estudio, en las distintas regiones del agro y los distritos mineros, etc. es preciso poner en pie Comités de movilización con representantes elegidos y con mandato de sus asambleas de base, incluyendo a delegados de las corrientes políticas que participan activamente en la lucha y centralizándose en un Comité o Coordinadora nacional de organizaciones obreras, campesinas y populares que integre a todos los sectores en lucha con los métodos de la democracia obrera.
La COB, COD’s, COR’s y los sindicatos y federaciones que se reclaman combativos tienen la obligación de impulsar una convocatoria de este tipo. 
Por otra parte no puede descartarse, pese a que el presidente dijo que no dictara el estado de sitio, que apelen a esta medida. Incluso es posible que sectores del gobierno y las FF.AA. que quieren “mano dura” estén preparando una escalada represiva y autoritaria. De hecho, crecen los aprestos represivos en todo el país y la militarización de caminos y puntos estratégicos, así como la represión a sectores de vanguardia y a bloqueos. Los uniformados establecieron un virtual “contrabloqueo” para aislar los centros mineros en Oruro y Potosí y rutas claves del país como en el Chapare. Junto con la extensión y radicalización de las medidas de lucha y la creación de comités y otras formas de coordinación, es preciso discutir como enfrentar la represión y el eventual estado de sitio con los comités de autodefensa o piquetes de “policía sindical” ligados a los sindicatos y organizaciones de masas. Y junto con ello, dotarnos de una política para ganar a la base de la policía y el Ejército, como han comenzado a hacer las madres y padres de conscriptos que se organizan para exigir que sus hijos en servicio no sean enviados a reprimir.
¿Si cae Sánchez de Losada, quien debe reemplazarlo? ¿Cómo discutir y resolver sobre el gas y todos los grandes temas nacionales? Estos son problemas políticos fundamentales que han comenzado a discutirse cada vez más entre los trabajadores, pero ni Solares, ni el MAS ni el Mallku le han dado una respuesta de clase. Si derribamos a Goni no puede ser para que lo reemplace su socio Carlos Mesa, algún parlamentario oficialista o un juez de la Corte Suprema. Es necesario luchar por un gobierno obrero, campesino y popular, basado en las organizaciones de masas que encabezen la lucha. Sabemos que la mayoría de los trabajadores desea hacer pesar su voluntad en todos los problemas nacionales pero no comparte todavía la convicción de la toma revolucionaria del poder por obreros y campesinos. Mientras luchamos por convencer a la mayoría de obreros y campesinos de que ésta es la única salida de fondo, llamamos a todo el pueblo a imponer una Asamblea Constituyente verdaderamente libre y soberana, no negociada con los representantes de la burguesía en los marcos del reaccionario régimen actual, sino impuesta mediante la movilización, es decir, una Constituyente revolucionaria donde se puedan discutir y resolver los destinos del país. La lucha por esta Asamblea podría dar un poderoso aliento a la formación de una Coordinadora nacional que al calor del combate pueda convertirse en un verdadero órgano de poder obrero, campesino y popular, capaz de tomar en sus manos los destinos de la nación.
Quienes militamos en la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria – Cuarta Internacional) queremos aportar con este nuevo suplemento de Lucha Obrera al necesario balance de lo alcanzado en la lucha, a la discusión de los próximos pasos a dar, y sobre todo, al debate de los problemas políticos y las tareas fundamentales que enfrenta en esta lucha el movimiento obrero, campesino y popular, es decir, a la necesidad de una estrategia de poder obrero y popular para triunfar y de una organización, vale decir un partido revolucionario, que pelee por ella consecuentemente.

La “refundación” del país y la Asamblea Constituyente
 La profundidad de la crisis nacional, desnudando el desmoronamiento del “modelo” económico y político impuesto en dos décadas de neoliberalismo, hace que desde casi todos los ángulos se reclamen cambios de fondo en la organización estatal.
Pero quienes han puesto sobre el tapete la cuestión son los trabajadores y campesinos que desde los levantamientos del 2000 a las jornadas de febrero y el actual proceso de movilización, han resquebrajado los cimientos del actual régimen de dominación política reclamando el derecho a hacer pesar su voluntad en los destinos del país que la actual “democracia para ricos” no hace sino burlar. 
El 1° de octubre el documento de la “sociedad civil” cruceña, impulsado por los empresarios para reclamar "refundar el país" o, por el contrario, "que cada región tome su propio camino", no ha hecho sino confirmar que incluso algunos de los sectores más poderosos de la burguesía cuestionan la actual situación. Por supuesto, lo hacen desde sus intereses como capitalistas. La burguesía cruceña ve con temor la crisis política nacional y cierta autonomía, aparte de permitirle manejar por su cuenta recursos económicos y poder político, le daría márgenes para amortiguar el impacto de las convulsiones en el Altiplano, y todo ello la lleva a exigir un replanteo de la organización institucional y política.
Por su parte el gobierno está preparando con sus ministros y en el marco del “programa de reencuentro nacional” que la Iglesia le sirvió en bandeja una nueva ley de reforma constitucional que permitiría revisar ciertos artículos de la Constitución... luego del 2007. ¡A tal extremo llega la reaccionaria legislación vigente! Esto sólo puede ser una trampa para burlar una vez más las legítimas aspiraciones democráticas de los trabajadores, los pueblos originarios, la mayoría humilde de las ciudades, mientras los representantes de la burguesía resuelven sus diferencias y maquillan un poco mejor aquí y allá a este régimen de democracia para ricos enfeudado al imperialismo.
Evo Morales ha dicho que “Hace varios meses el MAS planteó como única solución para el país una verdadera refundación. No comparto los objetivos de las instituciones cruceñas porque esta refundación debe nacer desde abajo, no desde las oligarquías sino con la participación de las mayorías nacionales que son los pobres del país” El MAS ha hablado en distintas oportunidades de la convocatoria a una “Asamblea popular Constituyente”, pero sin darle un contenido concreto de lucha.
Es preciso sí, “refundar el país” pero en beneficio de la mayoría explotada y oprimida de la nación. Y esto pone en primer plano la cuestión de una Asamblea Constituyente. ¿Quién debe decidir sobre el destino del gas y todos los grandes problemas nacionales? ¿Después de Sánchez de Losada, qué?
Hasta ahora los dirigentes nacionales, como Evo Morales, el Mallku o Solares no han sido capaces de dar una repuesta clara y concreta a estas cuestiones elementales.
Creemos que en la actual situación la respuesta a cómo “refundar el país” debe comenzar por plantear la lucha por una Asamblea Constituyente revolucionaria, es decir, realmente libre y soberana, no atada por la reaccionaria Constitución actual ni por las leyes de esta “democracia para ricos”, sino impuesta sobre las ruinas del régimen existente y sus podridas instituciones.
Una asamblea que pueda reunirse y deliberar no bajo la sombra de las bayonetas de las FF.AA. represoras, sino custodiada por milicias obreras y campesinas.
Una asamblea en las que los representantes democráticamente elegidos de los trabajadores, los campesinos, los pueblos originarios, los pobres de las ciudades, puedan debatir y decidir sobre todos los grandes problemas nacionales: la recuperación del gas y los recursos nacionales, así como de las empresas públicas “capitalizadas”, el salario y el empleo, la tierra y el territorio, la coca, que los impuestos los paguen los ricos y la ruptura de las cadenas que nos someten al imperialismo. 
La única garantía de una Asamblea así sería por supuesto el amplio desarrollo de órganos de poder obrero, campesino y popular, y que fuera convocada bajo un gobierno de las organizaciones
Los trotskistas de la LOR-CI consideramos que la única forma de dar una salida obrera y campesina a la crisis nacional es la toma revolucionaria del poder por los trabajadores y el pueblo humilde del campo y la ciudad, imponiendo el gobierno de los órganos de poder de las masas que éstas mismas construyan en el curso de su lucha, y defendido por milicias obreras y campesinas.
Sin embargo, la mayoría de los explotados y oprimidos no comparten aún esta salida. Creemos que la lucha por una Asamblea Constituyente como la que proponemos sería un gran paso adelante, para ayudar a obreros y campesinos a acercarse al convencimiento de que sólo tomando el poder en sus propias manos se acabará con la opresión, la explotación y el sometimiento al imperialismo.
Desde el POR y otros sectores de la izquierda se argumenta contra la lucha por una Asamblea Constituyente oponiéndole la lucha por un gobierno obrero y campesino en abstracto. Al no dar respuesta política concreta, dejan el camino abierto para que sean los reformistas y partidos políticos burgueses los que manipulen las aspiraciones democráticas de las masas, y se reducen a la impotencia sectaria.
Lejos de oponerse a la lucha por el gobierno obrero y campesino, la demanda de una Asamblea de este tipo puede ser un gran motor de la misma si es ligada a una estrategia de desarrollo de los órganos de poder (de la que carece el POR). Hoy para nosotros la estrategia de desarrollo de órganos de poder se concreta en el combate por poner en pie una verdadera Coordinadora Nacional de Lucha que pueda convertirse en un verdadero Consejo o Parlamento obrero, campesino y popular, capaz de tomar en sus manos los destinos de la nación, y que entre sus tareas pueda convocar a una Asamblea Constituyente revolucionaria. Por eso mismo, la Asamblea Constituyente, así planteada, puede ser un gran motor para el desarrollo de órganos de poder, si se la levanta consecuentemente como parte del programa transicional para la lucha de masas.
Esta es la única política que permite ir preparando el terreno para un verdadero gobierno obrero y campesino, en la construcción de una sociedad socialista, que liquide de una vez por todas la base de explotación, opresión y racismo sobre la que se ha construido nuestro país. 


MAS – MIP – COB
La política de las direcciones y la ausencia de estrategia obrera revolucionaria
El MAS

En estas dos semanas convulsivas, Evo Morales ha viajado a Libia y a Suiza, tomando toda la distancia posible del incendio. Las principales direcciones influenciadas por el MAS han hecho todo lo posible por no generalizar la movilización y evitar que la misma se convierta en un embate frontal contra el gobierno. El MAS trata de rebajar los planteos de la movilización a una “consulta popular” para que el gas no salga por Chile y a que renuncien Kukoc y Sánchez Berzaín. Sus 40 parlamentario hicieron parte del bochornoso sainete del jueves 2/10 a la noche en el Parlamento, sin ligar para nada la lucha en las calles a su propio “combate” contra el cuoteo de cargos...
Esta escandalosa política ha levantado fuertes críticas en el Ampliado de la COB y en los medios de vanguardia. Y merece una explicación política: Evo Morales y el MAS no quieren una ruptura del régimen burgués bajo el embate de masas. Pese a sus críticas al Gobierno de Goni, se ubican políticamente para sostener el régimen como tal.
Lo explica bien Antonio Peredo: en todo caso nosotros pensamos que al pueblo le conviene más seguir con el hilo democrático porque este gobierno es imposible que en las próximas elecciones gane, empezando por las municipales que serán el próximo año, saldrán perdedores los del gobierno y el movimiento social, los movimientos populares de Bolivia van a ganar contundentemente este proceso. Así que a nosotros más que a nadie nos interesa mantener y ser garantía del proceso democrático, por eso estamos agotando todas las posibilidades políticas para obligar al gobierno a un diálogo” (entrevista en Correspondencia de prensa N° 17). Es decir, su estrategia para resolver la actual crisis política es... llegar a las elecciones del 2004 (municipales) y del 2007 (presidenciales) y entre tanto, defender a esta democracia tal como es, con Goni incluido. A eso conduce la concepción reformista, de colaboración de clases con la burguesía, expresada una y otra vez como “recuperación de la democracia secuestrada por los partidos neoliberales” de Filemón, Peredo, Evo y la cúpula del MAS.
El “Mallku”
Ha sido el ala más conciliadora con el Gobierno, hasta el punto de perder el control de la CSUTCB, perder influencia en varias provincias paceñas y llevar al estallido al MIP. La huelga de hambre que había empezado a mediados de septiembre fue una salida ante el fracaso completo de sus llamados a bloquear de un mes antes. Ahora, después de Warisata, ha dado un giro a izquierda en sus discurso combativos (planteando “estado de sitio” en las comunidades contra las FF.AA., amenazando con declarar la “autonomía” aymara e incluso con la “guerra civil”). Pero de las palabras a los hechos...: Él mismo reconoce que está cuestionado por izquierda: Preguntado por qué no va a Warisata contestó que no podía ir por ahora: “...Yo conozco a mi gente. Hay que estar cuando estén calmados, ahí no te dicen nada...”. (Pulso 3/10).
Mientras mantiene el llamado a la huelga y los bloqueos mantiene abiertos los canales para negociar por su cuenta, intercambiando contactos y cartas todo el tiempo con los Ministros, aunque no pueda sentarse a “dialogar” mientras la situación siga tan caldeada. Es que tampoco busca nacionalizar la lucha sino sentarse a negociar en las mejores condiciones posibles y sin verse desbordado por la base, estando como está ya debilitada su influencia.
 La COB
 La COB de Solares se ha fortalecido como el ala izquierda de este proceso de movilización, con su enfrentamiento radical al gobierno y la declaratoria de la huelga general indefinida. Solares ha surgido como dirigente como parte de un proceso de renovación en los sindicatos y la COB que ha hecho en los últimos meses que las viejas figuras de la burocracia sindical más desprestigiadas por sus compromisos con el gobierno fueran cayendo.
Ahora plantea radicalizar las medidas de lucha y enfrentar un eventual estado de sitio con resistencia civil y en el Ampliado Nacional del 3/10 se acordaron algunas determinaciones progresivas para el desarrollo de la lucha, si es que realmente se llevan adelante.
Sin embargo toda su práctica se ha mantenido en los estrechos límites del sindicalismo, la huelga general indefinida ha sido convocada sin ninguna preparación por abajo y sin tener en cuenta los problemas que enfrenta la clase trabajadora y que obstaculizan sus movimientos a la hora de movilizarse. Así, no hay paralización del aparato productivo.
Tampoco ha impulsado la creación de ninguna forma de Coordinadora o Comité de Movilización o de Huelga a nivel nacional, y a todos los niveles, única política que permitiría unir las filas obreras, de sindicalizados y no sindicalizados, de las fábricas organizadas y los pequeños talleres sin sindicato, rebasar a los dirigentes conciliadores de los sindicatos y poner a la clase obrera a la vanguardia efectiva de la movilización nacional.
Al mismo tiempo que endurece el discurso, su estrategia política giró a la derecha, formalizando una alianza con el Tte. Cnel. Ugarte (echado en abril del Ejército, junto con Vargas de la policía), la “Coordinadora por la Defensa de la Patria”, con un programa limitadamente nacionalista burgués.
 Ausencia de una estrategia de poder obrero y campesino
 En esta lucha, esto se manifiesta en la negativa de las direcciones a darle una clara perspectiva política de clase, independiente del régimen y sus instituciones al odio de masas contra el gobierno de Goni, como sería la lucha por un gobierno obrero y campesinos basado en las organizaciones de masas y una Asamblea constituyente impuesta sobre las ruinas del régimen actual de “democracia para ricos”.
 El MAS, el Mallku y la COB, pese a sus grandes diferencias políticas actuales, comparten en última instancia una estrategia reformista de presión sobre el régimen y de búsqueda de alianzas entre los representantes de “izquierda” de la burguesía, con los que pactar alguna reforma que permita “recuperar la democracia” y “humanizar el capitalismo”.
Por eso comparten en el “enamoramiento” con los uniformes que andan sueltos, contando para ello como “prenda de unidad patriótica” con una defensa del gas limitadamente nacionalista y teñida de “antichilenismo”.
El Mayor Vargas tiene “tribuna libre” y se sienta junto a Evo y Olivera en todas las reuniones. El retirado Almirante Angulo firma con la Coordinadora en defensa del gas, impulsada por el MAS. Solares se une políticamente con el Tte. Cnel. Ugarte y llevó al ampliado de Huanuni al ex candidato presidencial y ex juez Costa Obregón.
Los representantes de izquierda uniformados y togados de la burguesía son portadores de una política democrática y nacionalista burguesa (no hay una fracción real de la burguesía detrás) y a ellos se aferran las direcciones reformistas, indigenistas y la burocracia sindical, para juntar los materiales de un “frente popular” que sólo puede ser un grave obstáculo estratégico en el camino de las masas hacia el poder.
Por eso también se niegan a impulsar un frente único de las masas en lucha, democráticamente organizado desde las bases, que no pueden garantizar ni la COB por sí sola ni un acuerdo de dirigentes como la llamada “dirección Única”. Es decir, una Coordinadora o Comité de Huelga nacional, apoyado en instancias de coordinación para la lucha a todos los niveles, que agrupen a cada fábrica o taller, centro minero, barrio popular, centro de estudios o comunidad campesina, estén o no sindicalizados.
Desde la LORCI opinamos que en el camino de construir esta coordinadora o comité de huelga nacional hace falta que los verdaderos combatientes de las actuales luchas tengan un lugar destacado en los ampliados y demás encuentros de la COB. ¡Basta que figurones como los Costa Obregon ocupen las tribunas obreras¡ . ¡Todos los detenidos, heridos y organizadores de movilizaciones y bloqueos en las ultimas semanas, junto a las organizaciones políticas obreras y sindicatos de base que quieren luchar deben tener un sitial con derecho a voz en los ampliados de la COB.¡


 
Para recuperar el gas, expulsar a las transnacionales
 La “batalla por el gas” ha comenzado, pero la misma implica un enfrentamiento abierto con el gobierno y el conjunto de la clase dominante y sus instituciones, hasta derrotar al frente burgués y expulsar a las transnacionales que ya se han apoderado, gracias a la “capitalización” y las distintas leyes y decretos de Sánchez de Losada y los anteriores gobiernos proimperialistas.
La cuestión central entonces no es el “puerto de salida”, sino la recuperación del que quizás sea el último gran recurso natural estratégico no explotado del país.
Por eso, la medida fundamental que hay que imponer es la derogación de toda la legislación “hecha a la medida” de las petroleras, la anulación de todos los contratos, concesiones y “joint ventures” que permiten el control y explotación de los hidrocarburos por las transnacionales y la renacionalización sin indemnización de YPFB y demás “capitalizadas” bajo control de los trabajadores y de los consumidores y usuarios humildes.
Quienes pregonan una política antichilena (es decir nacionalista burguesa y no antiimperialista) como Vargas, Angulo, y a la cual se adaptan o suman el MAS, el MIP y muchos dirigentes, ocultan que salga por Chile o por Perú, el negocio será de Sempra, Pacific LNG, y sus socios. Además, esa política nos separa de nuestros aliados fundamentales en esta batalla contra los intereses imperialistas: nuestros hermanos los obreros, campesinos, indígenas y estudiantes de Chile y Perú. Por eso, contra el imperialismo, los pulpos petroleros y los gobiernos cipayos de Sánchez de Losada, Lagos y Toledo decimos: unidad de los pueblos andinos en la lucha contra el imperialismo. Por la unificación económica y política de nuestros países en una Confederación de Repúblicas Obreras del Pacífico, en el camino por la Unión de Repúblicas Socialistas de América Latina.
Esta perspectiva estratégica es vital, pues el gas sólo podrá ser puesto al servicio de la industrialización nacional en beneficio del pueblo trabajador si se impone un plan obrero y campesino que entre sus medidas fundamentales debe incluir la liquidación del latifundio mediante una profunda revolución agraria, la renacionalización sin indemnización de todas las empresas públicas “capitalizadas”, la estatización bajo control de los trabajadores y sin pago de la gran empresa y la banca privada y extranjera, un plan nacional de empleo basado en el reparto de las horas de trabajo y el no pago de la deuda externa.
Sólo sobre la base de un plan así y coordinando con nuestros hermanos de América Latina, podría lograrse un gran impulso al desarrollo de las fuerzas productivas, del cual el gas y nuestros demás recursos naturales podrían ser el combustible impulsor para superar la pobreza y el atraso. Pero la única garantía de ello es, por supuesto, que las palancas de la economía nacional pasen a manos obreras y campesinas
 Hace falta una dirección revolucionaria
 Para triunfar definitivamente y acabar con el actual orden de explotación y opresión, los obreros y campesinos necesitaremos forjar una nueva dirección, un verdadero “estado mayor” revolucionario dotado de una estrategia de poder. La “materia prima” para esa nueva dirección comienza a gestarse en las luchas actuales, entre la vanguardia que quiere ir hasta el fin en la lucha, aunque muchos de ellos confíen todavía en el MAS o el MIP. El surgimiento de formas de frente único superiores, como podría ser la Coordinadora, y la extensión de la más amplia democracia directa en todas las organizaciones puede ayudar a su desarrollo.

Por supuesto la única garantía para su construcción es poner en pie un verdadero partido de los trabajadores, revolucionario, socialista e internacionalista, capaz de enfrentar tanto a los golpes del fascismo como a las trampas de la colaboración de clases con la burguesía “democrática” o “nacionalista”. Este partido hoy no existe. El POR, que desde hace largos años se “autoproclama” como tal, ha demostrado una y otra vez su impotencia centrista, su adaptación a la burocracia sindical, su negativa sectaria a responder de manera concreta, desde una estrategia de desarrollo de órganos de poder de las masas, a los problemas políticos y tareas vitales que encara el movimiento obrero en esta hora.
Nuestra joven y pequeña organización, la LOR-CI, combate por la construcción de ese partido, como parte de la lucha por reconstruir la Cuarta Internacional –el partido mundial de la revolución socialista. Sin embargo, no creemos que el partido revolucionario pueda surgir espontáneamente, ni caemos en la autoproclamación sectaria. El partido revolucionario se construirá mediante la fusión entre la vanguardia obrera y el programa marxista, al calor de los combates de la lucha de clases, fusión que hay que preparar activamente. 
Por eso, luchamos activamente por todo paso progresivo hacia el reagrupamiento revolucionario de la vanguardia. Creemos que sería un importante avance en esa dirección formar un bloque o frente obrero revolucionario, que pueda convertirse en un referente para la vanguardia y los núcleos de militantes que buscan una estrategia revolucionaria. 
 Lamentablemente, no hay un polo, un referente claro para la vanguardia combativa y la izquierda que busca una salida revolucionaria y que actúa dispersa en los distintos sectores en lucha. Sería un paso muy progresivo comenzar a acordar en una política común, centrada en los problemas vitales de la hora, como la necesidad de impulsar la movilización consecuentemente, coordinando a todos los niveles e impulsando una coordinadora nacional de lucha y planteando una salida política de clase basada en la lucha por un gobierno obrero y campesino a la actual crisis nacional.

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