Más allá del cierre en cero de las cuentas provinciales que impone la Ley de Responsabilidad Fiscal, las finanzas de la provincia de Buenos Aires vuelven a contar con un déficit de más de mil millones. Ni el odiado sabueso Montoya pudo evitar esta situación que tiende a opacar, o por lo menos complicar, las ansias re-reeleccionistas de Solá, quien desde los últimos meses -siguiendo los “buenos” consejos de Zaffaroni- viene hurgando en los vericuetos de la Constitución provincial esta posibilidad.
Si bien el propio gobierno se jacta de “poder aguantar” este nivel de déficit, para el 2007 se calcula que el agujero fiscal de la principal provincia del país rondaría los 6 mil millones de pesos, acercándose a un déficit como el existente en el 2001 con Cavallo y Ruckauf.
Solá y su gobierno, luciendo una vez más su caradurismo, responsabilizó a los trabajadores del déficit en las cuentas públicas. La realidad es bien distinta: mientras los trabajadores en este año sólo recibimos una magra recomposición salarial no remunerativa (en negro), y nuestro salario básico se mantiene en $390; el déficit tiene su base en los $2.650 millones que la provincia erogó a lo largo de este año para cumplir con los compromisos externos y tiende a agravarse por los $3.800 millones que debe pagar el próximo año a la banca acreedora1.
Para enfrentar este déficit producido por el pago de la deuda, el gobierno provincial acude a la vieja receta de emitir un bono para cubrir los vencimientos; generando más deuda externa que, como siempre, será pagada con las penurias crecientes de las masas trabajadoras y pobres de la provincia. Todos los sectores que responden al “Sí, Néstor” votaron en la Legislatura por el nuevo endeudamiento.
Pero no sólo esto. También comenzaron a cocinar la formación de una gran mesa multiétnica que englobe las múltiples líneas, sublíneas y porciones en las que está dividido el Frente para la Victoria provincial; como ironiza Ambito Financiero: “tendrán que agregar tablones a esta asamblea itinerante del kirchnerismo”2.
Si bien todas sus alas se unen para seguir endeudando a la provincia, “rosquean” a más no poder para imponer el futuro candidato a gobernador. Pese a todos los esfuerzos de Solá para encontrar una vía que “legalice” su re-reelección, ahora parece que ya no corre tan solo (más allá de que el ex piquetero, ahora funcionario, Pérsico y los partidarios de Libres del Sur se hayan convertido en los más fervorosos militantes por su re-reelección). El mismo Kirchner deja correr a personajes como los ex duhaldistas Pampurro, Massa, Aníbal Fernández y Balestrini. Todo esto sin contar al PJ-K de Díaz Bancalari, ni a los radicales K ni a los muchos intendentes que abandonaron el duhaldismo que también pelean espacios en las listas, para quedarse con una porción del nuevo endeudamiento y picotean de la billetera de Néstor que hasta ahora la viene usando (junto a los fondos de la coparticipación) para chantajear a unos y a otros, especialmente al propio Solá, en esta interna que bajo la égida de Kirchner promete tomar mayor voltaje en los próximos meses.
Solá, buscando su reelección, y todas las porciones del FpV que deambulan por el territorio bonaerense “rosquean” para ver quién de todos ellos continúa con la gran obra peronista, que en casi dos décadas de dominio convirtió a la provincia que concentra los principales arsenales de la riqueza del país en el triste hábitat de millones de desocupados y pobres.
Los trabajadores de las grandes concentraciones existentes en la provincia tenemos planteado el camino de enfrentamiento y ruptura con el PJ. Las organizaciones recuperadas de manos de la burocracia sindical y los partidos de izquierda tenemos una gran responsabilidad para poder superar las traiciones de los dirigentes de la CGT y de la CTA, de UPCN y de ATE, que a cambio de mantener una silla en las paritarias truchas armadas por Solá, se vienen negando a desarrollar una lucha seria y consecuente contra el gobierno.

1 Revista “La Tecla”, 14 de setiembre de 2006.
2 Ambito Financiero, 14 de setiembre de 2006.