Con la excusa de que el régimen de Saddam Hussein representa un “peligro” para el “mundo libre”, es decir, para los intereses norteamericanos, y que poseería armas de destrucción masiva, Estados Unidos y Gran Bretaña preparan una nueva masacre contra el pueblo de Irak. Buscan derrocar al gobierno de Hussein y reemplazarlo por uno más dócil a los dictados imperialistas, y de paso garantizar a sus monopolios la expoliación de las reservas petroleras iraquíes, una de las más ricas del mundo.
Las potencias imperialistas europeas y Rusia, a excepción de Gran Bretaña, hasta el momento se oponen a esta acción “unilateral” del imperialismo norteamericano. Su supuesto “pacifismo”, no es más que una hipocresía, como ya lo demostraron participando en la Guerra del Golfo en 1991 y apoyando el ataque norteamericano contra Afganistán el año pasado. Lo que no quieren los gobiernos de Schroeder, Chirac y compañía es ir a la cola de la política norteamericana. Quieren que la “comunidad internacional” sea la que defina una acción contra Saddam Hussein, por eso reclaman la vuelta de los inspectores de armas de las Naciones Unidas a Irak. En realidad temen la reacción en sus propios países y el surgimiento de un fuerte movimiento de oposición a la guerra. Lo mismo que los gobiernos árabes proimperialistas que temen que el odio de las masas al imperialismo por tantas humillaciones se vuelva contra ellos.
Una derrota de Irak fortalecería la política imperialista en Medio Oriente y a su aliado el asesino Sharon y significará un duro golpe para la intifada palestina y para los trabajadores y las masas oprimidas del mundo. Por eso los revolucionarios, sin darle el más mínimo apoyo político al régimen reaccionario y opresor de Hussein, llamamos a la más amplia movilización para derrotar la campaña guerrerista imperialista.
Junto a los preparativos de guerra va creciendo una fuerte oposición en los países centrales. Blair enfrenta la oposición de la mayoría de los parlamentarios de su propio Partido laborista, de los sindicatos y de la juventud. En Alemania y Francia las encuestas reflejan que más del 80% de la población se opone a esta nueva ofensiva militar imperialista. En Gran Bretaña, donde se desarrolló un fuerte movimiento contra la guerra en Afganistán, ya está llamada una movilización para el próximo 28 de septiembre. Incluso en Estados Unidos, donde Bush logró el apoyo de la población para su “guerra contra el terrorismo” después de los atentados del 11 de septiembre, crece la oposición a la guerra y se están preparando acciones para repudiarla.
Es necesario que la bronca y el repudio de los trabajadores, los jóvenes anticapitalistas y los inmigrantes en los países centrales ante este nuevo ataque, se transforme en boicot activo al esfuerzo de guerra y en lucha abierta contra sus propios gobiernos imperialistas.
Más que nunca es necesaria la más amplia unidad internacional contra el imperialismo y sus guerras, que en las principales ciudades del mundo decenas de miles rodeen las embajadas norteamericanas, las bases militares y las sedes de los gobiernos. Como demostró el poderoso movimiento contra la guerra imperialista en Vietnam, sólo con grandes acciones se podrá detener esta nueva masacre.
No hay tiempo que perder. Tenemos que frenar la guerra imperialista en Irak antes de que empiece. Los miles que en Argentina echamos a De La Rúa, las asambleas populares, las organizaciones piqueteras, las organizaciones obreras y estudiantiles, los organismos de derechos humanos, los partidos de izquierda, todos aquellos que repudiamos la visita de O’Neill, el enviado del imperialismo a Argentina, los que enfrentamos los planes del FMI, la expoliación de los monopolios imperialistas y a sus gobiernos y políticos patronales sirvientes, tenemos que lanzar ya una gran campaña para detener esta nueva masacre imperialista, poniendo en pie comités contra la guerra, organizando movilizaciones, rodeando la emabajada yanqui al grito de ¡Abajo la campaña guerrerista de Bush y Blair! ¡Fuera el imperialismo de Irak y de Medio Oriente! ¡Fuera yanquis de Argentina y América Latina!