Después de los hechos de San Vicente, acordábamos en una discusión entre diferentes compañeros de trabajo, que lo que vimos en la tele, no era ninguna novedad, ya que es la forma habitual que siempre hemos visto actuar al sindicato de Camioneros. Apuñalados y tiroteos a las casas de los opositores durante las elecciones, uso de barrabravas y patotas de todo tipo en las asambleas, son los métodos por los cuales esta burocracia mafiosa ha mantenido en su poder a los sindicatos.
En lo que no acordábamos fue en el papel que jugó en todo este circo el gobierno de Kirchner. Para algunos compañeros, Kirchner no tendría nada que ver con las escenas que se vieron en San Vicente, y que todo lo que pasó fue producto de una cama que le armaron, Duhalde y compañía, para intentar desprestigiarlo. A otros nos parecía que era imposible despegar a Kirchner, invitado y orador principal del acto, del desastre generado por éstas patotas sindicales, porque estos burócratas son los mismos en los que Kirchner se apoyo en la plaza del si del pasado 25 de mayo, y en los que aspira apoyarse para las elecciones de 2007.