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Cronología

Crónica de una operación de Estado contra los sin techo

200 familias dan el primer paso. Hartas del hacinamiento, de pagar entre 800 y 1000 $ una pieza miserable en las villas vecinas, ocupan el Parque Indoamericano.

Ruth Werner

16 de diciembre 2010

Crónica de una operación de Estado contra los sin techo

Martes 7 de diciembre

 200 familias dan el primer paso. Hartas del hacinamiento, de pagar entre 800 y 1000 $ una pieza miserable en las villas vecinas, ocupan el Parque Indoamericano. Son la avanzada de los cientos que vendrán después, desde la Villa 20, desde los Piletones y otros asentamientos de la Capital y del Gran Buenos Aires.

 El apoderado de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, el ultra K Sergio Schoklender fue el primero en apuntar contra los ocupantes. Días antes de la toma había pedido la intervención de la Justicia, acusándolos de “narcotraficantes armados” que querían “usurparle” su predio para la construcción de viviendas en Los Piletones. La jueza María Cristina Nazar le dio la razón y ordenó el desalojo.

 Por la noche la represión será con saña. Juntos, la Metropolitana y la Federal tiraron a mansalva, apaleando a mujeres y niños, insultando a los inmigrantes, dejando un tendal de heridos y dos muertos: Bernardo Salgueiro, paraguayo de 22 años y Rosmary Puqueña, boliviana, de 28. El Jefe de Gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta calificó el operativo de “excelente”. El Frente Popular Darío Santillán denunció que en el caso de Salgueiro las balas provinieron de escopetas o Itakas de la Federal.

¿Qué defendieron las fuerzas represivas de kirchneristas y macristas?
Desde su asunción, Macri no hizo más que desalojar a los pobres y vender terrenos fiscales a precios de remate. Lo hizo con la complicidad del gobierno nacional. Juntos fueron socios de las mega constructoras (la empresa IECSA, de la familia de Mauricio es una de las constructoras favoritas de los K.). Juntos integran el directorio de la Corporación Buenos Aires Sur dedicada a “gestionar” el uso de las tierras públicas en el sur de la Capital favoreciendo a los especuladores inmobiliarios. Este interés capitalista es el que subyace cuando coinciden en defender el “orden público” y acabar con el peligro de la acción directa de los explotados.

Miércoles 8

 Desde Clarín a 6-7-8 se repite el gran “descubrimiento” de que fueron usadas “armas tumberas” para desligar a las policías y demonizar las tomas. Al mismo tiempo crecen las acusaciones entre Macri y el gobierno nacional. “No vamos a dialogar con los que violan la ley, primero hay que desalojar el parque” dice el jefe de gobierno mientras exige a Cristina que la Federal vuelva al predio. Los K responden que usen a la Metropolitana.

 Por la noche el ministro Julio Alak anuncia la separación de los jefes del operativo, para licuar las culpas de la Federal. “El mandato de Néstor es no reprimir” dijo cínicamente. Los cruces entre macristas y kirchneristas eran sobre quién pagaba el costo político.

Los funcionarios gubernamentales vinculan la ocupación a la falta de soluciones habitacionales por parte de Macri. Pero en la Argentina K 2.500.000 familias carecen de vivienda, y en Santa Cruz un par de vivos se enriquecen con la especulación inmobiliaria.

Jueves 9

 Macri profundiza su discurso racista y xenófobo: “Con inmigración descontrolada no se puede”. Mauricio parece pretender una nueva Ley de Residencia como la que hace más de 100 años aplicaban los gobiernos conservadores contra los trabajadores inmigrantes que luchaban por sus derechos.

 La prédica anti inmigrante prende en sectores de clase media y media baja, en cuya movilización se encubre una banda organizada dispuesta a matar.

Ante la crisis política que obliga al repliegue de las fuerzas represivas estatales, la banda de facinerosos juega un rol auxiliar del Estado. Como lo dijo el jefe de la patota ferroviaria cuando mataron a Ferreyra: “lo que no hacen jueces y policías lo hacemos nosotros”. La zona queda a disposición de las bandas fascistas que actúan, blandiendo armas de fuego ante todas las cámaras de los medios.

La historia se repite. Reaparecen los progromos como en la Semana Trágica de 1919. Pero no son ahora los jóvenes de la oligarquía que formaban la Liga Patriótica cazando judíos en Villa Crespo, sino barras y matones sindicales, alentados por los punteros del macrismo y el peronismo duhaldista.

Viernes 10

 “No puedo solo”. Le insiste Macri a Cristina.

 A las 20 horas, la Presidenta habla por cadena nacional y anuncia que Nilda Garré encabezará el nuevo Ministerio de Seguridad. Una evidencia de la crisis del gobierno de los “derechos humanos” que en menos de dos meses acumula más muertes que el gobierno de Duhalde.

Lo que Página/12 llamó “un vuelco copernicano” en materia de seguridad, es en realidad, como lo interpreta hasta Mariano Grondona, una “señal positiva” para la oposición de derecha, por el solo hecho de crear un ministerio bajo ese nombre que es parte de la agenda del Grupo A. Sin embargo, los kirchneristas se empeñan en presentarla como una “profundización del modelo que legó Néstor” ya que, así, el control de la Federal caería en manos de una fiel “cristinista”, asesorada por el CELS de Horacio Vertbisky, y enfrentada con Aníbal Fernández que detenta la responsabilidad efectiva de la fuerza. Pero lo que primero demuestra el verdadero carácter de la medida es, como se difundió en variados medios, que el candidato que se barajó como alternativa a Garré, era nada menos que Juan José ˜álvarez, que ocupó ese rol bajo el gobierno de Duhalde (cuando ese gobierno asesinó a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán) y ha ingresado al “proyecto nacional”.

Para completar la escena por TV, al lado de Cristina están Hebe de Bonafini y Estela Carlotto, las caras justas para el discurso que se vino: edulcorado para el progresismo y un dardo contra Macri, cuestionando la xenofobia, recordando a las mucamas chilenas, los albañiles peruanos y los porteros uruguayos que realizan los peores trabajos. Toda una confesión. ¿Qué hizo el kirchnerismo para cambiar las condiciones laborales de los que más sufren?

 Cuando ningún canal trasmite, empiezan los ataques de los fachos quemando las carpas de los ocupantes. Más tarde, cuando vuelven las cámaras, se supo del brutal ataque a un joven de 19 años, al que bajaron de una ambulancia para rematarlo.

 La crisis obliga a la negociación. El gobierno nacional, el de la Ciudad y los representantes de los movimientos sociales se reúnen por la noche en la Rosada. Comienza un fuerte operativo en pinzas, entre el kirchnerismo y Macri, para desalojar a los ocupantes del predio y restablecer el “orden” público.

Sábado 11

 Cientos de gendarmes enviados por el gobierno nacional rodean al Indoamericano que se ha llenado de familias que se suman al reclamo. En la toma el dirigente kirchnerista “Pitu” Salvatierra realiza una asamblea y dice que la Fuerza viene a defenderlos de los vecinos que los atacan, a traer comida, y a evitar que más pobres entren al predio. “Si no, no va a haber para todos”, les dice. Entre las familias crece la expectativa de que habrá una solución a sus demandas. En el Censo posterior el gobierno contabilizará más de 13000 personas sin techo.

Lunes 13

 Las tomas se extienden a distintos puntos de la ciudad y se producen enfrentamientos entre vecinos y con la policía.

 Por la noche, representantes del Grupo de los Seis, de la industria, los bancos, el campo, la Bolsa y la construcción se reúnen para manifestar su temor de “ser los próximos en la lista (...) en caso de repetirse una toma de fábrica como la producida este año por los delegados “clasistas” de la alimentaria Kraft”.

Martes 14

 La conferencia de Aníbal Fernández, Rodríguez Larreta y Guillermo Montenegro fue la imagen más explícita del vuelco a la derecha del gobierno nacional. El significado de este pacto está sintetizado en la tapa de esta edición de La Verdad Obrera: “Orden para los ricos, muerte y miseria para los de abajo”.

 Habrá un “plan de urbanización de villas” y “créditos blandos” dijeron. La implementación queda bajo las directivas de Macri y el gobierno aportará “un peso por cada peso que ponga la Ciudad” grafica el jefe de Gabinete de Cristina. Rodríguez Larreta aclara, además, que: “Las prioridades las tendrán quienes más lo necesitan y los ocupantes serán incluidos, pero no serán prioridad”. La idea se complementa con el chantaje de suspender todo plan social a cualquier ocupante de tierras, algo que es moneda corriente en la práctica clientelar del aparato pejotista en los barrios, pero que los “estadistas” Larreta & Fernández asociados quieren convertir en un precedente jurídico.

Esta máxima de defender el “orden público” para garantizar la protección de la propiedad privada es la razón de fondo que une hoy a macristas y kirchneristas. Para consumar el desalojo no dudaron en usar la represión estatal, unos alentaron y otros dejaron correr a las bandas fachas, y por último, la extorsión de los planes sociales. Después del pacto reaccionario, Alak volvió a la carga con que los asesinatos de Soldati fueron producidos por “armas tumberas”, buscando cerrar el círculo de impunidad sobre la Federal y la Metropolitana.

Toda una operación de Estado contra los sin techo.

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